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Pov Harry Potter.

Potter, Harry Potter, ese es tu apellido. El apellido que me había sido otorgado al nacer, el de mi padre, mi pasado. Desde que llegué al castillo siempre había tenido cierta fijación por el quidditch, nunca hubiera imaginado que James fue uno de los mejores jugadores de ese deporte, yo particularmente quería jugarlo pero estar montado en una escoba no era lo más apropiado para una persona en periodo de embarazo.

— Oh, hola Harry —levante la cabeza, Remus Lupin, uno de los mejores amigos de James Potter sostenía varios libros en sus manos, me levanté y agarre tres para aligerar su carga, finalmente vi su rostro, le sonreí con amabilidad—, te lo agradezco.

— No hay nada que agradecer —el profesor Lupin impartía DCAO, una materia que a mi en lo particular me fascinaba y que gracias a él como buen profesor llegué a tener un vasto conocimiento de la misma, muchos decían que era un puesto maldito, que todos los que daban la materia tenían un raro destino, yo creía que los rumores no eran fundamentados y que los que agarraban el puesto tenían vidas extrañas, de allí su mala suerte. Puse los libros en su escritorio, él siguió caminando para después sentarse en su silla yo hice el mismo gesto sentándome frente al profesor con marcas extrañas en el rostro.

— Cuéntame que es lo que te preocupa —le sonreí apenado, siempre venía por alguna duda en particular, ya que preguntar por él era una pérdida de tiempo aún si insistía no comentaba nada de su vida personal, no al menos que fueran cosas de mi padre y sus amigos, quienes se hacían llamar los merodeadores.

— Ví el nombre de James en una insignia, era jugador de quidditch, mi amigo Ron me la mostró —entrelace los dedos, la sangre era más espesa que el agua, sentía una gran fascinación por ese juego del mundo mágico, Severus quería llevarme a un campeonato el próximo año, a él particularmente no le llamaba la atención pero citando sus palabras “por ti haría lo que sea”—, me fascina ver jugar a los alumnos, nunca me he montado en una escoba y por mi embarazo no puedo así que debo esperar, aún así me resulta fascinante saber que James fue un gran jugador.

— Papá —trague y agache la mirada ante su repentina palabra— ¿Por qué no lo llamas así? A Lily le dices mamá.

— Y-yo —carraspee, él no hizo más que amarme y protegerme según me contaba Lupin pero ¿No hacen esos los buenos amigos? Hablar bien del otro para mostrar una buena imaginen, Ron tenía una particular forma de comer, por no decir asquerosa, pero si una chica me preguntara por él diría que tiene buenos modales, claro que ninguna chica se le acercaría ya que él y Hermione eran una pareja ahora pero el punto es que mentiría para hacerlo ver mejor— no puedo juzgar a una persona por los errores del pasado pero ¿Por qué eran tan malos con Severus? La crueldad es innecesaria en todos los sentidos y más si la persona no ha hecho nada no le veo sentido ¿Era envidia?

— Sí —asintió, suspire, este hombre era comprensivo y aplicaba la parte lógica más que la sentimental así que generalmente no le daba la razón a James—, él tenía a Lily, a tu padre le gustaba, por supuesto que James no sabía que ella en realidad era su alma predestinada, Snape era un alumno sobresaliente y solitario, sin contar que estaba constantemente con tu madre, así que lo vió como presa fácil.

— Eso no justifica la violencia y no estoy de acuerdo con “eramos jóvenes” —hice comillas con mis dedos, él sólo asintió, no odiaba a James, lo amaba pero aunque no hubiera nacido para ese entonces me incomodaba saber que tuvo una época en su adolescencia conflictiva, quizás tuvo problemas con los abuelos y su reacción fue remitir el daño a “los blancos fáciles”— en fin, mencionaste que tengo un padrino, amigo de ustedes ¿Cuál es su nombre y dónde puedo encontrarlo?

— Su nombre es Sirius Black —soltó sin más, destellos de luces alumbraron en mi cerebro, la semana pasada sentado leyendo el periódico, El Profeta, en primera plana había una fotografía, trague grueso, quien iba a pensar que mi padrino era el responsable de una masacre ocurrida hace años atrás ¡Quien había escapado de askaban!— por la reacción en tu rostro puede ver que sabes quien es.

Mezcla el verde con el negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora