1. La Noche de Ron

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Pasados 6 meses apenas del matrimonio de Harry y Ginny, venía encadenada ya la boda de Ron y Hermione. Ellos habían decidido esperar un poco pero no habían podido hacerlo demasiado. Ambas parejas empezaron a planear sus bodas al parejo pero Ginny y Harry se adelantaron un poco.

Ahora Harry tenía ya seis meses de matrimonio y participaba de la organización de la despedida de soltero de Ron y tenía bastante ayuda. Desde una semana antes había llegado Charlie desde Rumania a poner desorden a sus planes. Y a eso se debe agregar que había demasiados organizadores y pocos invitados pues todos querían ser organizadores. Charlie había traído la idea de llevar unos días antes a Ron a una despedida de soltero muggle. Ir a algún bar con table dance, chicas nudistas, alcohol y un ambiente muy muggle. Charlie le encargó a Harry se hiciera cargo de eso.

Entonces Charlie, George y Sirius… –sí, Sirius– se encargarían de la despedida mágica a realizarse ese día. Pero a veces con el paso del tiempo hay algunos cambios. Buenas y malas noticias. Ron fue zapeado por toda la familia porque desafortunadamente no fue capaz de ver el calendario lunar al planear la fecha de su boda y ésta quedó en luna llena lo que le impedía a Remus y Tonks asistir tanto a la despedida como a la boda. Situación muy triste que ya no se pudo modificar.

Pero en cambio, el regreso de Sirius a la antigua casa Black fue de una alegría desbordada para casi todos. Les platico: sucede que la boda de Harry fue ampliamente documentada y cubierta por diferentes medios de comunicación mágica. Esto, alertó a nada menos que un pintor que muchos años atrás, cuando Sirius pertenecía a la primera Orden del Fénix, le hizo una pintura, un retrato mágico como el de su madre, en el que pudiera vivir si algo llegaba a pasarle. Nadie sabía de él. Ni siquiera el mismo pintor que lo hizo lo recordaba, pero en una ocasión que entró a su almacén Sirius lo llamó desesperadamente y le dijo a quién debía ser entregado, pero el hombre no sabía cómo dar con Harry. Cuando aquél pintor vio la noticia de la Boda en los periódicos, fue al evento y le dio a Harry un regalo de bodas inolvidable. Ahora Sirius tenía un lugar muy especial en el salón de la casa.

Cuando los preparativos para la despedida mágica comenzaron, Charlie pareció embonar perfectamente sus ideas con Siruis. Harry los oía cuchichear con George con un entusiasmo que le daba miedo. Ellos no querían hablar nada de esos preparativos con nadie más, y menos con Harry porque sabían que no podría ocultarle a Ron las sorpresas. Ron también estaba asustado, Charlie, George y Sirius juntos eran de temer sin duda.

Después de su juerga muggle 3 días antes, Ron creía que no podría ver cosas peores. Se habían divertido a lo grande. Harry se había informado sobre un estupendo lugar en Londres que había puesto una cantidad de diversión aquella noche, que los chicos temieron como nunca que sus chicas se enteraran, aunque al menos Hermione podía imaginar bastante de ello. Sirius lamentó mucho no haber podido ir, pero cuando le insinuó a Harry llevar el cuadro, éste puso una cara que le arrebató las esperanzas.

Una vez más, dos días antes de la boda se reunieron en la casa de Harry. Al salir de la tienda, George se encargaría de llevar a Ron. Harry había pedido permiso en la oficina de Aurores para salir temprano y se las había arreglado con Ginny para dividir la casa pues la despedida de Hermione también se haría ahí y querían evitar las interrupciones incómodas. Después de todo la casa era enorme. Obviamente los chicos ocuparían el salón donde el cuadro de Sirius estaba.

Y como para variar las chicas se habían apoderado de la cocina y no lo habían dejado entrar, ellos habían tenido que conformarse con unos apurados sandwichitos de atún que Ginny hizo de malos modos a petición de Harry, y los tradicionales cacahuates… además de varias botellas de firewhiskey. Eso no podía faltar.

Fue entonces que desde temprano llegaron Bill y Fleur. Después llegó Charlie, quien a pesar de haber estado bastante rato a solas con Bill y Harry no soltó prenda de nada con ellos. Incluso Bill le lanzaba miradas a Harry; él se había ofrecido también a organizar pero le dijeron que no querían abrumarlo ahora que Fleur estaba embarazada. La razón sonaba algo incomprensible.

Otra Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora