2. La Noche de Hermione

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Aquella misma noche se reunieron las chicas en la misma Mansión, pero en su caso hubo un minúsculo detalle que cambió las cosas al lado opuesto. Mientras con los chicos todo era diversión, cercanía y confianza, la tensión que había entre las damas hacía el ambiente pesado y casi irrespirable. Y eso que aún no sabían cuánto compartirían esa noche.

A partir de que Remus hiciera a Harry padrino del pequeño Teddy, la relación con Andrómeda se había acortado notablemente pues de alguna manera en las periódicas temporadas en que Remus y Dora se ausentaban, tanto Harry como Andrómeda se mantenían en comunicación al pendiente del pequeño. Ginny se llevaba muy bien con ella también y al no ir Dora a la despedida de Hermione, se sintió un poco comprometida de invitarla, después de todo Andrómeda sabía los mejores juegos para esos eventos. El de su despedida había sido un éxito. El problema fue que… no llegó sola

Resulta que después de la muerte de Bellatrix, Narcissa y ella se habían vuelto más unidas. El dolor y lo vivido las llevaron a la reconciliación. Y estando Draco recién casado, había que integrar a la nueva miembro de la familia, que conviviera con chicas de su edad. Andrómeda presentó a Astoria al llegar como su nueva sobrina y las chicas no pudieron más que saludarla con la sonrisa congelada.

Hermione estaba molesta. ¿Cómo se le ocurría a Andrómeda aparecerse con Astoria Malfoy en su despedida de soltera? Aunque al menos a simple vista no parecía particularmente peligrosa, es decir, nada que no pudieran resolver cualquiera de ellas. Ni Hermione, ni Ginny, ni Fleur ni Luna, ni aún incluso Hanna o Parvati, eran tan inofensivas que no pudieran responder a cualquier actitud arrogante que viniera de esa mujer. Y además, estando casada con Draco, aunque apenas tuviera 2 meses, no podría decirse que le asustaría lo que sucedería ahí. Ya se imaginaba Hermione como podría ser Draco en la cama…

Hechas pues, las formales presentaciones las chicas se sentaron con toda propiedad en la sala sin decir una palabra y comportándose con el mayor recato y dignidad posible. Ellas podían ser tan aristocráticas o tan zorras como fuera necesario para cualquier situación. No iba a llegar cualquier Slytherin a ganarles en cualquiera de esas modalidades. Pero la chica se comportaba con mesura. Observando. Parecía incluso casi tímida, era precavida…

A saber qué le habría dicho Andrómeda o el mismo Draco de ellas.

En esta ocasión la decoración de la Sala de Estar tuvo que ser necesariamente más recatada dado que los chicos estarían en la casa, no hubo corsage pero Tonks se las ingenió para mandar con su madre al menos unos popotes con forma de pene para las bebidas; las cuales se sirvieron con su respectivo pene del que la chicas absorbían sin rastro de pudor alguno. Astoria parecía un poco desconfiada de poner su boca sobre el popote. Cuando finalmente lo hizo Luna le sostuvo la mirada y le sonrió.

–Oh, mi pobre Dora. Le habría encantado venir Hermione, me pidió que te mandara un abrazo fuerte.

–No se preocupe, lo sé. También yo la extraño. – respondió amablemente Hermione.

–Bien chicas, ¿quieren cenar primero o empezamos ya?

–Deberíamos ir comenzando ¿no? Para que cuando nos suban el pensadero ya estemos listas. – sugirió la anfitriona.

–Aah, olvidaba decirles… para la actividad que traigo tal vez no sea necesario el pensadero… - Andrómeda traía entre sus cosas una libreta de notas que sacó e inmediatamente comenzó a escribir algunas líneas.

–¿No usaremos pensadero? ¿Entonces qué pasará con los regalos de Hermione? – preguntó Hanna claramente confundida e intrigada.

–No se preocupen por eso chicas. Ya lo sabrán. Yo seré su maestra de ceremonias y las iré conduciendo pero, cada cosa en su momento.

Otra Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora