11. Fantasía con Premio

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Después de reír por la actitud escandalizada de Percy, los chicos volvieron a coger la botella, dispuestos a seguir con la diversión. Ya llegaría el turno de Percy y verían cuánto le apenan las intimidades. Por lo pronto, con el inicio de la noche, los chicos iban haciendo notas mentales de las fantasías que parecían mejores, seguramente de ahí saldrían con la creatividad bastante estimulada y nuevas ideas.

Luego del recuerdo y de beber un poco, la seriedad de Ron persistía y empezaba a ser notorio para más de ellos. Que Ron mantuviera una expresión seria como esa por más de 2 minutos tenía que ser una broma muy buena o… algo realmente desagradable. Nadie hizo comentarios pero se esforzaron por integrarlo más y se dispusieron a ver otro recuerdo.

–Vamos Ron, ¿Qué te apetece ver ahora? – preguntó Sirius animando a la concurrencia.

Ron suspiró mirando a los chicos con la misma expresión desanimada.

–Mmmh, ¿Harry?... hace mucho que no le veo las pechugas a Ginny.

–¿Mucho? Nomás desde tu boda… - ironizó George con mirada sofocada.

–Es cierto. Harry, ¿cómo permites que Ginny use semejantes escotes en público? – reprochó Percy.

–Por mí serían sólo para uso privado, pero no me pide permiso, sabes… Y con lo que me costó el modelito, más vale que lo use bastante. – dijo Harry sacando el recuerdo de sus pantalones. –Sirius, yo… bueno, después… - terminó el pelinegro apenado.

Las últimas palabras de Harry antes de liberar el recuerdo produjeron un poco de confusión en algunos de los chicos, mientras que Remus pareció comprender casi al instante esbozando una sonrisa que compartió con el mismo Sirius que no lució afectado al respecto.

El recuerdo empezó a correr en el pasillo principal de la Mansión. Ginny estaba cerca de la cocina con una gran pila de ropa recién lavada que doblaba, Harry a 5 pasos de ella guardando un par del libros en el librero; pero con la mirada puesta en ella. En los entallados leggings que lucían descaradamente el volumen de su trasero y en el escote de la blusa tipo cuello "V" que parecía hacerle guiños cada que Ginny movía los brazos.

Harry se acercó cauteloso y la abrazó por detrás metiendo la cara en su cuello. Ella sonrió sin dejar de doblar la ropa.

–Que bien te ves hoy… - susurró Harry con exceso de alientos.

–Uy si, de pasarela jajaja. – respondió la chica presumiendo su deforme chongo de ama de casa.

–Deja eso… -le dijo Harry mientras empujaba su cadera contra ella atrevidamente. Ella volvió a sonreír sin dejar de doblar la ropa.

Harry empezó a frotar sus labios dejando saliva sobre el cuello de Ginny mientras sus manos sobaban y estrujaban sobre su pecho. Al principio la chica iba apresurando su labor mientras sonreía, pero después su expresión fue cambiando. Harry no parecía cansarse de apretar.

–Yaa, deja esa ropa.

–Sii, y tú deja de apretarme así. – dijo la chica dejando la ropa y girándose hacia él.

–¿Y desde cuándo te molesta?

La chica se quedó mirándolo indecisa unos momentos. –¡Por tu culpa estoy aguada!

–¿Aguada? ¿Quién dijo eso?

Pues… pues el espejo. Me aprietas y me aprietas… en un año me van a llegar hasta el piso.

–Estás loca. - le dijo Harry sonriendo seductoramente volviendo a tocarla con mucha más suavidad. La chica cedió con expresión mortificada.

La pareja comenzó a besarse y al minuto de estarlo haciendo ya estaban las manos de Harry moviéndose por debajo de la blusa con insistencia.

Otra Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora