Septuagésimo primero

8K 549 180
                                    

Stella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Stella

Los días han sido duros, al yo tener que estar todos los días en tratamientos en el hospital me he puesto a pensar que saliendo odiaré este lugar. Los doctores me han dado noticias sobre mi pequeño bebé, él está más sano que nunca pero no lo he podido ver por mi complicación y ha sido muy difícil para mí tener que pasar por esto. Me informaron que él estará bebiendo lactancia artificial en lo que yo me recupero, solo deseo poder salir de aquí en cuanto antes.

En mis eternos días de reposo en la camilla, luego que mi estado con la columna estaba mejorando luego de mi fisioterapia manual, me dieron las buenas noticias que mañana por la tarde podré por fin salir. Pero antes, me mandaron a una terapia de rehabilitación para restablecer mis movimientos y que estos vuelvan a ser como los de antes. La verdad estaba muy contenta de saberlo, sonará extraño pero ya me sentía como una persona nueva.

Al día siguiente, me vino a visitar mi padre, quien me trajo ropa limpia. Él me había estado viendo durante la semana, mi madre solo lo acompañó para verme una vez ya que ella prefería irse directo a ver a Thomas y no a mí. Y Harry, él me veía cada vez que podía y me daba información de mi bebé que tanto necesitaba oír, pero no podía exigirle que se quedara más tiempo conmigo porque sabía que él tenía mucho trabajo por atender.

Ya aseada, y con mi ropa limpia, fui a recoger a Thomas pero no fue necesario porque mi madre se acercó a mí con sus brazos cargando al bebé, y a su lado caminando, estaba Daniel con una sonrisa tan tranquila.

—¿Qué haces aquí, Daniel? De repente te apareces —murmuré, estaba demasiado molesta y mi rostro fruncido lo mostraba muy fácilmente.

—Oh no no, he estado viendo al bebé. Lo he estado alimentando y cuidando de ratos junto a tu madre —seguía con esa sonrisa. Yo no podía creerlo, no me importó que no me viera a mí, lo que me sacaba de quicios es que él ha estado cerca de mi hijo todo este tiempo y encima con mi mamá. Yo sé que él es el padre, pero solo es de sangre, y eso no significa nada sinceramente.

—Vaya, tenías tiempo, ¿Y eso cómo lo tomó tu otra familia? ¿Les dijiste que eran asuntos de trabajo? Ya sabes, algo muy común que decías —dije con ironía, a la vez que tomaba a mi bebé en los brazos. Ahora sí, él se mostró incomodo debido a que mis padres estaban aquí— Pero tranquilo, si te preguntas yo estoy bien, luego de que me golpearas y que mi razón de haber estado aquí fue solo por tu culpa —él negó tan pronto en cuanto dije aquello.

—¿Qué dijiste Stella? —mi papá preguntó entre confuso y molesto— ¡¿Él te golpeó?! —volteó para mirar a Daniel con ojos furiosos.

—¿Eso es verdad? —mi mamá preguntó con extrañeza en su voz, volteando también a verlo, pero con una expresión como si no lo creyera.

—Ah... ah —balbuceó— Hablemos, Stella —tomó mi brazo a la fuerza y me llevó a unos cuantos metros lejos de ellos para poder charlar— ¡¿Qué crees que estás haciendo?! —se exaltó.

Dr. StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora