Lovely •Joshler•

20

Josh lo miró maravillado, Tyler no era nada comparado a todo aquello que haya visto alguna vez. Él era lo más preciado que tenía y de verdad que no soportaría estar sin él.

El tintado se sentó al borde de la cama para observar de más cerca a Tyler, quién notó la presencia de Josh y se removió entre las sábanas para dejarle un espacio.

─Aún no te duermes, ¿eh? ─ Musitó Josh abrazando el torso desnudo del menor.

─No sin ti.

Josh sonrió, tenía a Tyler nuevamente con él y nada lo hacía más feliz que esto.

[...]

Tyler tanteó con su mano izquierda la cama, para abrazar a Josh. Pero ese lado de la cama estaba vacío y frío.

Se refregó los ojos una y otra vez para acostumbrarse a la luz del sol que abrazaba las cuatro paredes de la habitación. Se incorporó en la cama y bostezó, estirando todas y cada una de sus extremidades.

─¿Josh? ─Preguntó al aire, esperando una respuesta.

¿Y si todo había sido un sueño?
¿Y si en realidad nunca se dirigió a la casa de Josh o siquiera sucedió lo de Debby?

No, no podía ser eso. Estaba en la cama de Josh, en la habitación de Josh. Se levantó y al no encontrar su ropa, fue por el armario del tintado y tomó lo primero que vió.

Una remera roja extremadamente larga, iba a cerrar el armario cuando logró divisar los calzoncillos de Josh. Una resplandeciente sonrisa se formó en sus labios.

Aún sabiendo que se encontraba en la casa de Josh, y que su madre no sabia de lo de ellos, bajó las escaleras con tan solo la remera roja y los calzoncillos de Josh.

Laura estaba en la cocina, Josh no estaba ahí. Laura lo vió bajar y se aclaró la garganta, en realidad no le sorprendía, ya lo veía venir. Pero no sería fácil acostumbrarse, lo admite.

Tyler se dio cuenta que estaba siendo totalmente irrespetuoso luego de que ya estaba abajo, en la cocina y frente a Jordan y Laura.

Sus mejillas adoptaron un tono carmesí, haciéndolo sentir vulnerable.

─Buenos días, cariño. ─Saludó Laura.

«¿Cariño?» Pensó Tyler.

—Buenos días, señorita Laura.—Saludó Tyler, tomando la remera que traía puesta empujándola más hacia abajo, para que cubriera más sus piernas.

Unos brazos extremadamente grandes para la cintura de Tyler lo abrazaron por detrás. Haciendo que éste se estremeciera de piezas a cabeza.

—Buenos días, cariño.—Esa dulce voz resonó en la mente de Tyler, Josh había susurrado en su oído, lo había abrazado por detrás y lo había llamado 'cariño' frente a su familia. Increíble.

—Josh.—Llamó en un susurro, sin soltarse del agarre.

—Te quedan muy bien mis calzoncillos.—Susurró en su oído, otra vez—. Y mi remera también.

—¡Josh! —Llamó nuevamente en un grito susurrado.

—¿Si, cariño?

—Tu familia.., está observándonos.—Dijo preocupado.

Josh se separó, se paró frente a Tyler y lo tomó por las mejillas, cuan padre a hijo adorable.

—Ya lo saben. —Tyler abrió ligeramente sus labios, sorprendido—. En cuanto mi madre fue a despertarme, nos vió. Y me vi obligado a decirle todo, ella me dijo..

Laura lo interrumpió—. Le dije que no me sorprendía, ya lo sospechaba e incluso te vi en el armario aquél dia, cariño. Deberían ser más discretos.

Dijo entre risas.

Tyler estaba más que sorprendido y avergonzado, cuando recordó que acababa de salir prácticamente desnudo de la habitación de Josh; su vergüenza creció.

Josh calmó a Tyler, desayunaron y subieron a la habitación del tintado una vez más.

Josh ya estaba vestido para ir a la secundaria, pero Tyler no, por lo tanto debía sacarse la ropa de Josh, ¿No?

Comenzó a sacarse la remera y Josh lo detuvo.

—¿Qué haces? —Preguntó Josh bajando la remera, para que cubra nuevamente el pecho de Tyler. —¿Por qué te la sacas?

Tyler lo miró—. Hm, es tu remera, Josh.

—Oh, por favor. —Desordenó el cabello de Tyler—. Puedes quedártela.., y los calzoncillos también.

Permitió, riendo.

Tyler lo miró con adoración.

—Gracias, cariño. —Dijo y luego dejó un suave y casto beso sobre los labios del tintado.

Se agachó para tomar su pantalón, que yacía en el suelo. Cuando estuvo listo, Josh tomó su mochila y bajaron, tendrían que pasar por la casa de Tyler para ir por su mochila.

Cuando llegaron a la casa de Tyler, no había nadie. Lo más seguro era que Kelly haya ido a trabajar, los chicos a la escuela y Zack a la secundaria.

Tyler corrió a su habitación, tomó su mochila y bajó, encontrándose a Josh observando las fotos familiares.

—¿Tyler?—. Llamó.

—¿Si?

—¿Tu padre también los abandonó?—Soltó en un suspiro ronco.

Josh había observado todas y cada una de las imágenes que colgaban en las paredes e incluso las que reposaban sobre mesas o sobre la estufa a leña. Solo habían cinco en las cuales aparecía un hombre mayor, de unos cuarenta, tal vez. Tyler suspiró y desvío su mirada de la de Josh, quien lo miraba con ojos suplicantes, tristes y llenos de nostalgia.

—No. —Respondió, al fin, Tyler—. Él es dueño de una importante red de barcos pesqueros y cruceros, mamá siempre nos dijo que debíamos ser pacientes, que él volvería. Recibimos una carta de él cada dos meses, diciendo que falta poco y lo veremos aquí con nosotros. Pero aún no ha sucedido. Lleva cuatro años embarcado, no lo he visto hace cuatro años. —Josh se acercó a él, entendía perfectamente lo que era vivir en ausencia de un padre protector, pero su historia era otra—. Él estuvo bastante presente en mi vida, pero me afecta demasiado no poder verlo, las cartas que recibimos de él siempre son de diferentes localidades, nunca sabemos específicamente dónde se encuentra. —Un gemido escapó de sus labios, y Josh lo abrazó—. No solo me afecta a mí, mi madre suele quedarse despierta a veces, solo por qué lo extraña, mis hermanitos siempre preguntan por él y Zack, parece que ha perdido la esperanza, pero yo sé que no.

—Cariño, lo siento. No debí preguntar..—Se disculpó Josh abrazando a Tyler.

—No te preocupes, estoy acostumbrado a estas escenas. —Dijo tomando las mangas de la sudadera que traía puesta, también de Josh, para limpiarse las lágrimas que amenazaban con salir—. Vamos, llegaremos tarde.

El tintado asintió y partieron juntos, Tyler iba con su mirada totalmente perdida. Había logrado olvidar la ausencia de su padre, ahora lo extrañaba más que nadie.