Se refugió dentro de la cueva pero eso no evitó que el agua entrara. Habían huecos y goteaba por todos lados, así que fue inevitable no mojarse.
Extrañamente cerca de donde se encontraba Andrey, había un barco deteriorado el cual estaba tapado y lleno de enredaderas, pero eso no evitaría que se mojara menos de lo que ya estaba. Por suerte, aún conservaba las velas que podían servirle, aún cuando estas no estubieran en perfectas condiciones.
Se acercó para ver por donde podría subir, jalando una cuerda que sin darse cuenta estaba atada al mástil, pero estaba el barco tan deteriorado que no resistió.Andrey asustado vió como le caería encima, así que lo único que hizo fue agacharse tapándose la cabeza con los brazos esperando lo peor, cosa que no sucedió. El mástil habia quedo aun lado suyo, sosteniéndose de la pared y haciendo que toda la tela le cayera encima.
Se levantó aún con ellas y se las quitó, acomodandolas. Recogió la cuerda que se veía aún atada y que era la que mantenía las velas arriba, la amarró alrededor de una roca grande haciéndole un gran nudo para que no se soltase y ayudándose del mástil hizo un refugio para él y Arman.
Entrando se quedó mirando a Arman que hablaba en sueños. Con frío y temblando un poco, se acercó para inspeccionar las heridas con una mirada preocupada, tocando con cuidado la herida del lado izquierdo de la espalda escuchándolo quejarse.
Se le había hecho de noche, pero al menos había conseguido aquella planta que Arman le había dado para sus heridas. La preparó y con cuidado se la puso en los lugares afectados. –Solo no te muevas.– Le dijo Andrey, para terminar rompiendo parte de su camisa para vendarlo y darle la vuelta quedando boca arriba. –Tranquilo, buen dragón.– Dijo para ponerlo despacio sin que se despertara, sobre sus piernas y limpiarle la cara con delicadeza quitándole la suciedad que había adquirido, le siguió hablando. –Viste, cuando quieres...– Fue interrumpido por el dragón dentro de Arman, que al parecer no le había gustado lo que decía intentando una vez más salir, sin obtener resultado.
Por el contrario Andrey no estaba tan asustado y se dedicó a tranquilizarlo hablándole calmadamente. –Tranquilo, tranquilo.– Pero viendo que no funcionaba, empezó a cantarle mientras lo mecía sobre sus piernas.
Por Bayeux, Bayeux.
Abanicos, abanicos volando...
Entonces hasta que amanezca...
Me quedaré esperando.Vió como poco a poco, el dragón se calmaba para volver a descansar. Lo acomodó de forma que no se lastimase más y se dispuso a tratar de dormir también dándole la espalda, quedándose lejos pero el frío que estaba haciendo era demasiado, así que se acercó a la espalda del otro buscando compartir calor. Siguió cantándole para que estuviera tranquilo.
Por Bayeux, Bayeux.
Nadas en una costa lejana,
Donde las nubes son pesadas,
Pero mi voz te guía adelante.Por Bayeux, Bayeux.
Y de nada tenemos que temer,
En ese profundo sueño lejano,
Alguien te recuerda.Siguió tarareando hasta que al fin se quedó dormido, pudiendo descansar de aquel horrible día.
Aún era de noche cuando por la entrada de la cueva entró Igor, con un estandarte de su reino en su mano. Andrey lo observaba feliz, al fin había llegado y sin pensarlo corrieron a los brazos del otro dándose un fuerte abrazo.
–Mi Andrey.– Le dijo al oido mientras lo sostenía, suspirando encantado.
–Sabía que vendrías.– Andrey estaba contento y se acerco para besarlo más cuando lo miró, al que tenía delante era Arman quien mantenía los ojos cerrados y no hacía o decía nada. Andrey lo miró asustado retrocediendo, siendo detenido por el brazo de Arman que lo sujetó de la cintura para atraerlo hacia él, siendo rechazado por Andrey quién por la fuerza que estaba usando no podía soltarse. En algún momento dejo de resistirse mirándolo atentamente y como si estuviera hipnotizado, detallando sus facciones, su cabello algo rebelde y aquellos labios tan lindos que Arman poseía. Como si fuera poco, se le hizo imposible seguir resistiendose a la atracción que estaba sintiendo. Poco a poco se acercaba más hacia sus labios sin apartar la mirada de ellos y sin más lo besó.
Fue entonces que se despertó. El sol le daba en la cara y escuchaba a las gaviotas cantar. Al levantarse se dió cuenta de que estaba arropado con una tela de color rojo y azul, también observó que cerca de allí habia una pequeña fogata y a su lado derecho alguién le había dejado una fruta. Y no había que pensar mucho para saber quien fue, solo habian dos personas en aquella isla y esos eran él y Arman.
Cogió la fruta y sin pensarlo le dió un gran mordisco, gimiendo de lo deliciosa que estaba. No había comido nada desde que llegó, asi que aquella extraña fruta rosada le supo a gloria.
Se levantó de donde estaba para asomarse fuera, viendo a Arman que se encontraba abajo entre las rocas cazando peces con una lanza. Bajo hasta allí y al acercarse Arman le tiro un pescado al lemur, ignorando su presencia.
–¡Buen día Arman!– Saludó Andrey, observando la interacción entre los dos “amigos” por lo que veía. Arman solamente lo miró un momento para seguir con lo que hacia.
–Solo tengo curiosidad, ¿Porque me dejas comida y mantas, si no deseas hablar conmigo?– Le preguntó para verse ignorado otra vez. –Arman, ¿Entonces me disculpas?– Volvio a intentarlo, esta vez acercándose más al susodicho. –Te alejas de mi, me arrojas a un pozo, después me salvas... ¡No te entiendo!– Le reclamó sin recibir ni una mirada. –Arman,¡Contéstame!– Se estaba desesperando.
Viendo que no se atrevería a hablar ni mucho menos, vió a sus pies un plato hondo de metal en la cual esta echando los peces, y sin pensarlo le dio una patada haciendo que cayera en el agua y los peces escaparan, recibiendo una mirada de indignación por parte de aquel lemur que no hizo más que observar lo que haría Arman.
Andrey estaba satisfecho por lo que había logrado, ya que al fin Arman lo miraraba, no de la mejor manera pero era algo, se dijo a si mismo que valia la pena si lograba que le hablase. –O me hablas, o no te dejaré en paz.– Dijo sonriéndole. –Y no podrás evitarme.– Lo desafío con la mirada.
Arman estaba con su pecho al descubierto, solamente tapando sus partes íntimas con una tela delgada de color rojo. Lo miraba enfadado recogiendo el plato metálico, para volver a tirarlo con rabia mientras decía. –Ahora entiendo porque mis ancestros, luego de que los raptaran, no los dejaban ni hablar.–
–Arman, se que es cierto. Pero tú no quieres matarme como lo hacian tus ancestros.– Mientras decía aquello Arman solo pensaba “No me tientes” pero dejó que terminara de decir lo que quería. –Y si asi es, no tengo porque quedarme aquí, podrías llevarme a casa.– Andrey esperaba que le escuchara o al menos entendiera que podía ayudarlo a irse, pero este siguió sin hablar recogiendo el palo de madera que en algún momento había tirado, pasándole por el lado a Andrey hasta sentarse en una de las rocas.
–No es tan simple.– Le dijo serio.
–¿Y que si es complicado? Entre los dos podemos encontrar una forma.– Andrey no quería rendirse y se sentó a su lado.
Arman parecía perdido en sus recuerdos mientras miraba al horizonte y suspiraba. En ese momento decidió contarle su historia.
ESTÁS LEYENDO
On-drakon
FanfictionCuando el reino celebra la boda del príncipe Andrey, este es secuestrado por un dragón y llevado a una isla remota. Quedando todo atrás, su familia, sus amigos y su futuro esposo, es encerrado en una jaula de piedra. Su único contacto es Arman, un...