CAPÍTULO 3

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(Éste capítulo contiene lemon, en caso de no agradarte te sugiero adelantar hasta los otros puntitos).
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Con mi cuerpo lentamente lo voy empujando hasta acostarlo en la cama mientras lo beso en el cuello; diferente a lo que creí no me lo impidió solo giró la cabeza hacia la derecha.

-Quiero que me mires- digo con tono autoritario.

-No me obligues-.

-Está bien, si no quieres no tienes que verme-.

Desabotono mi camisa y la saco fuera de mí, también desabotono la de Jin, pero no se la quito; solo la abro.

Me acuesto sobre él y de nuevo siento nuestras pieles tocarse, entre caricias hago un camino descendente desde su cuello hasta su cintura.

Me levanto para despojarlo de zapatos, calcetines, pantalón y boxers; también me desnudo yo y vuelvo sobre él.

-No me estás dando nada, Jin- le llamo la atención mientras me muevo de arriba a abajo sintiendo la fricción de nuestros cuerpos rozándose.

-No quiero darte nada- responde inmune a mis caricias.

Tomo su mano derecha y la dirijo a mi miembro; ésta vez espabila dirigiéndome una mirada que dice "qué estás haciendo?".

-Jódelo. Jódelo como lo hiciste antes- le ordeno al tiempo que agarro su cabello en mi puño y tiro de él.

-No... No recuerdo-.

Me acerco de nuevo a él y muerdo su oreja. Jin grita en un gemido.

-De ésto si te acuerdas?-.

Con mi mano derecha cojo su brazo izquierdo y en un rápido movimiento lo giro boca abajo.

-Me vuelves loco, Jin- le susurro al oído -Debo prepárarte para tu castigo- Jin gira el rostro hacia atrás para verme.

-Cas.tigame?-.

-Lo estás preguntando?-.

-No sé qué se supone que deba decir-.

-Pídemelo-.

-No-.

No lo entiendo, quiere o no quiere?

Con cuidado meto dos dedos en su entrada casi como si le estuviera pidiendo permiso, él se retrae.

-No hagas eso- me dice empujando lejos la mano que tenía en su entrada.

-Quieres que entre así sin más?-.

-Lo que sea hazlo rápido-.

Hago una corta pausa antes de decidirme por entrar en él; pongo mis manos en ambos lados de su cadera y lo hago subirla.

Está ahí frente a mí, tan dispuesto.

Lentamente entro en su interior; se siente tan bien, está tan apretado; Jin aprieta el edredón en sus puños intentando ahogar sus gritos de dolor.

Empiezo a embestirlo para que se acostumbre a mi presencia, cuando creo que ya está listo aumento mi ritmo y mi fuerza.

Noto sus ojos cerrados; su rostro está rígido intentando fingir calma, noto también como su respiración se va volviendo pesada; mi respiración también va tomando fuerza y profundidad.

Hundo mi cabeza en su cuello y aspiro su aroma, es delicioso; no puedo evitar probarlo, Jin parece inmune a mis besos, le resto importancia y continuo deleitandome.

Mi intromisión comienza a tomar más fuerza, escucho un gemido de Jin que es inmediatamente callado; ese sonido logró motivarme, no quiero detenerme, no planeo hacerlo.

SIN TÍ-tulo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora