Capítulo 4

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Sora seguía con el ceño fruncido cuando Shuto se despertó. Seguía mirando el mismo sitio en el que aquel extraño había soplado aquel diente de león del cual las semillas ahora volaban hacia un nuevo destino.

Shuto no le preguntó nada a su compañero. Estaba tenso, a punto de saltar. Y no quería ser un churrasco de muerto.

Sora no dudó antes de llamar a Neku. Solo hicieron falta unos pitidos en su gumífono para que el chico contestase.

¿Sora?

—Necesito hablar con Joshua. Me dijiste que él era el que rulaba todo esto, ¿no? Necesito hablar con él.

No sé si pueda contactarlo. Menos durante un Juego. Suele estar ocupado. ¿Es muy urgente?

—Sí, lo es... Por favor, pásame su número o llámalo tú.

Voy a llamarlo primero. No sé si está permitido que un Jugador entable conversación con el Compositor si este no lo decide. Ahora te llamo.

Sora escuchó cómo su amigo colgaba, y esperó pacientemente... Bueno, en verdad, caminó de un lado a otro.

Shuto se había decidido por volver a dormir antes de morirse, así que se tumbó de nuevo y Morfeo lo acogió entre sus brazos.

Si no hubiese sido un alma que no era vista por nadie, Sora hubiera puesto nervioso a todos los transeúntes de aquel parque. Caminaba de arriba a abajo, murmuraba cosas y a veces incluso gruñía. Tras diez minutos, ya era un manojo de nervios andante.

Cuando por fin Neku lo volvió a llamar, Sora ya casi se subía por las paredes.

—¿Y?—preguntó, ansioso.

La línea se mantuvo por unos segundos en silencio. A Sora aquello solo lo puso más nervioso.

—Sora, Joshua...

***

Riku caminaba entre los edificios con una mirada perdida, ajeno a aquella ciudad en la que se encontraba. No sabía cómo había acabado allí. Simplemente, se durmió y se despertó allí, bajo una pequeña llovizna que, sin embargo, ya le había calado hasta los huesos, y sus pelos habían acabado pegado en los lóbulos de sus orejas y en su frente.

Así que con el cuerpo temblando a causa del frío y la lluvia, y el desconcierto que tenía y que conseguía infundar en él un sentimiento de desazón, caminó por aquel lugar, perdido. Puede que no tuviese miedo, porque él nunca había sido de experimentar un terror que lo atenazase, pero sí se sentía intranquilo, y aquel sentimiento le gustaba incluso menos que sentir miedo. Porque miedo sentía ante las historias infantiles de miedo, o a perder a sus amigos, pero la intranquilidad la asociaba a problemas, y eso, válgase la redundancia, lo intranquilizaba.

Siguió y siguió caminando por minutos, tal vez horas, hasta que se sintió demasiado cansado y con frío para seguir. Así que se resguardó bajo el techo de uno de los edificios, observó el cielo intentando pronosticar cuánto tiempo más duraría. Pero el sueño lo ganó, y se quedó dormido en una posición un tanto encogida.

Cuando se despertó, notaba el peso de una manta encima suya, y alzó la vista, aunque no se encontró a nadie. Pero solo tuvo que girar su cabeza a la derecha para descubrir una familiar cabellera rubia ceniza con ojos lavanda mirándolo fijamente.

***

—Tenemos que hacer algo—murmuró Sora al final del relato de Neku.

No estamos en posición de hacer algo... Tú menos que yo... Aunque es extraño que me diga que el número no está disponible...

—¡Pero no podemos dejar esto así! ¡Seguramente necesite ayuda! ¡No creo que en medio de un Juego se vaya sin más o tenga el móvil apagado!

Si hay algo que sé, es que Joshua es capaz de cuidarse de sí mismo. Así que concéntrate en terminar los días que te quedan ahí. ¿Cuántos son, por cierto?

—Tres...

Entonces en tres días lo ayudaremos. Tienes mi palabra.

—Vale... Nos vemos, Neku.

Anímate Sora, Joshua es fuerte. Por algo es el Compositor.

—Está bien...

Lo que ni Sora ni Neku se dieron cuenta era de que el problema no podía residir tan solo en su amigo. También estaba en el propio Sora.

Porque... ¿Cómo podía ser devuelto a la vida, si el Compositor no estaba allí para ello?

7 Days Left [Post Kingdom Hearts 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora