La tensión se palpaba en el ambiente. Sora miraba fijamente a la figura encapuchada, intentando recordar dónde había visto una silueta como aquella. De dónde venía aquella tan reconocida voz. Shuto y Neku estaban detrás de Sora, tensos, por si tenían que saltar al combate, aunque ambos tenían claro que no servirían de nada.
—¡¿Dónde está Joshua?!—inquirió Neku, rompiendo la tensión del ambiente.
No pudieron evitarlo, y los dos Jugadores se giraron a mirarlo con cara de "¿en serio?", ya que esa no era la principal preocupación... aunque bueno, también lo era.
—¿Preguntas tú de entre todos? ¿A quién le traicionaron la confianza? ¿A quien le arrebató su vida para lanzarlo a un infierno? ¿Tú, de entre todos, te preocupas por él?
—Deja de meter mierda—fue la única respuesta de Neku—. Ya lo perdoné por lo que hizo. Y si no hubiera hecho lo que hizo, no habría cambiado. No tendría amigos, seguiría viendo las cosas por el lado negativo. ¿Jugó conmigo? Sí. ¿Traicionó mi confianza? También. Pero, ¿y qué? Me dio amigos. Me abrió la mente. Me hizo valorar las cosas. Mi propia vida. Y no puedo pedir más. ¡Así que dime qué hiciste con él!
—Solo lo desterré a otro sitio. Uno parecido a este. Él mismo lo dijo una vez, ¿no? El mundo es tantas cosas como la gente necesite que sea.
—¿Hay otra versión de Shibuya?—preguntó Shuto, confuso.
—¿Y has tomado el puesto de Compositor, verdad?—le inquiso.
—Si no no estaría aquí—aunque no lo veía, sabía que estaba sonriendo, y luego se giró hacia los otros dos muchachos que habían ido hasta aquel lugar—. Ah, mis queridos Jugadores... Ahora deberéis pagar las consecuencias de entrometeros aquí...
***
—Kairi, ¡¿adónde vas?!—preguntó Ventus mientras la veía marchar a la orilla con decisión.
—Riku ha desaparecido, Sora no está... Ellos una vez me ayudaron... No, una no, me han ayudado más veces de las que puedo contar—se giró a Ventus con una sonrisa—. Es la hora de que haga algo para traerlos a ambos de vuelta.
—Riku no ha muerto, puedo sentir su conexión...—habló Naminé, preocupada por ella.
—Lo sé. Yo también. Pero no está aquí. De un día para otro desapareció. Necesito encontrar respuestas. Necesito hacer algo por ellos, por una vez.
—Deja que te acompañe—se ofreció Ventus—. Es peligroso ir sola por los mundos. Yo mejor que nadie te lo puedo decir. He estado a punto de morir tantas veces que ni los dedos de las manos y los pies me sirven para contar todas. Así que iré contigo. Yo también le debo a Sora muchas cosas.
La pelirroja se lo pensó por un momento. No se decidía si aceptar su compañía o no. Tal vez le viniera bien cuando se viniese abajo, o tal vez se sintiera inútil una vez más. El rubio sabía pelear mucho mejor que ella. Finalmente, tras unos instantes más de vacilación, aceptó con un asentimiento de cabeza.
—Prepara tus cosas rápido. Nos vamos.
—Ya las tenía preparada—se mofó—. Sabía que no ibas a negar mi compañía.
Los demás solo los miraron preocupados. Terra y Aqua no querían perder una segunda vez a Ventus. Claro que confiaban en el muchacho, pero no confiaban en el mundo exterior. Aunque la experiencia les decía que lo dejasen marchar. Ya una vez intentaron impedirlo, y el resultado fue un completo desastre.
Por otro lado, Naminé y Xion estaban muertas de preocupación por Kairi. Su desempeño no había sido el mejor, eso lo sabían, pero su mayor preocupación era que esta vez pudiese perder su corazón, para siempre. No habría segundas oportunidades nunca más. No estaba Sora para proteger su corazón. Y Xehanort, sabiendo que al mundo no podía faltarle una de las siete Princesas del Corazón, tan solo acabó con el cuerpo de la muchacha, no su corazón. Pero esta vez, si perdía su corazón a manos de un sincorazón, la partida se acabaría. El universo perdería a uno de sus pilares.
Aún así, nadie los paró. Solo se despidieron entre abrazos y buenas suertes, y marcharon de allí, rumbo a lo desconocido.
***
—¡No, por favor, deja a Shuto fuera de esto!—le rogó Sora.
—¿Por qué debería? Ambos habéis infringido las reglas.
—Yo cargaré con ello por ambos. Por favor. Solo déjale terminar la semana y luego devuélvele la vida. Déjame encerrado en tu estúpido Juego si quieres, pero no le hagas eso a él. No es él a quién quieres, sino a mí.
—¿En vez de quitaros la vida a ambos?—el encapuchado pareció pensárselo un momento—. Está bien. Será divertido tenerte a mi merced.
El desconocido —porque solo sabían su nombre— les había dicho que las consecuencias por entrar en un sitio no permitido serían altas, muy altas. Debían pagar con sus propias vidas. La cara de los dos muchachos habían perdido color, pero una vez más, Sora había saltado para defender a alguien. Y ahora, estaba condenado a estar encerrado en el Juego de los Reapers hasta que muriese por un Ruido.
Pero si era por un amigo, a Sora le merecía la pena.
—Oh, por cierto, chico. Es una pena que no me hayas reconocido antes. Pero para que sepas quién será el dueño de tus pesadillas a partir de ahora... Para que sepas la cara de aquel que te tiene bajo su yugo...—el hombre se quitó la capucha, y el corazón de Sora se paró mientras miraba aquella sonrisa de superioridad.
—Xigbar...
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7 Days Left [Post Kingdom Hearts 3]
FanfictionATENCIÓN, SPOILERS MAYORITARIOS DEL JUEGO Y DEL FINAL SECRETO!! LEER BAJO RESPONSABILIDAD!! *** Sora despertó en una gran ciudad, desorientado. Sin saber cómo llegó hasta allí y siendo su último recuerdo el de él salvando a Kairi, sacrificándose por...