Nuestra oscuridad

XIV

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No podía creer que provocara tantas cosas en mi, miedo, nervios y hasta terror, ¿acaso terminaría como las chicas de sus lienzos?.

Continué inmóvil frente a él, aguardando su siguiente movimiento, él aún en cuclillas esperando una respuesta que obviamente no tendría, delicadamente me tomó del rostro con sus manos y recostó a su lado sobre el piso, me sentía como una muñeca de trapo.

Sumisa ante él, no quitaba su mirada de la mía, la dirigió hacia mi cintura y recorrió todo mi cuerpo bajando hasta mis pies y la regresó hasta mi hombro, yo solo comenzaba a tener una sensación en mi interior, ese vacío que ya tanto conocía. Con su mano izquierda hizo a un lado el cuello de mi suéter guinda y observó el gran moretón, lo acarició, dirigió su vista a la mía y hundió su pulgar en mi hombro, el dolor del hombro irradió hacia todo su alrededor provocando un escalofrío en mi, dejando escapar un quejido doloso y tembloroso, soltó una sonrisa venenosa.

Como si fuera un animal, de un brinco se colocó sobre mi, dejando su pierna derecha entre las mías, a pesar de la situación y sensaciones provocadas no podía dejar de deleitar su torso tatuado, me sujetó bruscamente del cabello con su mano izquierda, provocando más quejidos de dolor, me levantó hacia él, sus pupilas se encontraban dilatadas y temblorosas junto con sus labios, su respiración agitada, pareciera que intentaba decir algo.

De golpe acercó sus labios a los míos, húmedos, carnosos y fríos, la sensación invadió mi cuerpo, mis labios comenzaron a temblar exactamente como los de él y se extendió hasta los músculos de mis piernas, él se quedó estático sin ningún movimiento por unos segundos, apretó sus manos jalando mi cabello, comencé a soltar gemidos de dolor y excitación y él me siguió.

Solo sentíamos nuestro aliento, mis ojos se encontraban cerrados así que no podía observar su rostro, no soportaba tantas sensaciones combinadas, esto ya era demasiado, esas sensaciones comenzaron a aumentar hasta sentir que saldrían de mi pecho, colocó su mano derecha en mi espalda y hundió sus dedos con fuerza, como queriendo arrancar mi ropa y piel.

En un momento de furor, comencé a besarle apasionadamente, fui correspondida, sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo mientras sentía su lengua y labios, saboreaba su saliva, él aún mantenía su fuerza en mi cabello y espalda, aumentándola cada vez más y dejando escapar gemidos de excitación.

Su muslo acariciaba mi entre pierna, me abrazó con fuerza con sus enormes brazos haciéndome sentir su pecho al descubierto, estaba perdida en él, no tenía control de mi, solo sentía como manejaba mi cuerpo a su placer.

Y llegó esa otra sensación, la sensación que me indicaba querer llegar al clímax, abrí totalmente los ojos, la música de fondo seguía siendo los temas en piano, la sensación no me dejaba en paz, junté mis fuerzas y de un fuerte golpe en el pecho, lo aparté de mi.

Su rostro era de sorpresa, era evidente que, al igual que yo, no podía creer lo que había sucedido, me levanté rápidamente y corrí hacia el pasillo oscuro hasta llegar a la puerta que daba a la cochera, intenté abrirla, mi respiración aún agitada y mis nervios no me dejaban controlar la situación, logré abrirla y salí hacia la entrada que daba a la calle, la abrí y continué corriendo, corrí y corrí hasta llegar al parque donde lo conocí.

Era una noche fría, caí en el césped y me tranquilicé mientras pasaba por mi mente lo anterior, las sensaciones, las habitaciones, las pinturas, los videos, todo... repetía sus palabras en mi cabeza "creí que eran las indicadas pero no he logrado nada aún".

¿A que se refería?, ¿de que habré escapado?, él dijo que era la primera persona aparte de él en cruzar su puerta, ¿porqué sucedió todo esto?.

Pasó una media hora, me levanté y miré a mi alrededor, no estaba él o su escarabajo a la vista, quizás solo me dejó ir, comencé el camino hacia mi casa aún pensante.