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Semanas habían pasado y aún no olvidaba la sensación vivida con Tony, ¿Que estuve a punto de hacer?, por poco clavaba las tijeras en él.
No podía concentrarme, dibujar o leer, nada, y si lo intentaba, en mi mente se repetía una y otra vez la escena, la sensación al tener las tijeras en mis manos y la emoción liberada al ser clavadas, no paraba de preguntarme que sucedía con migo.
Era viernes y durante clases seguía pensante, así que al llegar a casa decidí hacer algo diferente, cerré la puerta de mi habitación, la mayoría del tiempo mi padre no se encontraba en casa, así que prendí las bocinas de mi computadora, elegí una lista de música "tranquila", subí al máximo el volumen de las bocinas y la computadora.
Abrí el cajón de mi tocador, ahí tenía guardado el hitter rojo, saqué el encendedor y lo prendí, comencé a fumar, desde que me lo entregó Tony no lo había usado, así que esperaba aún tuviera algo servible para hacerme alucinar.
Inmediatamente sus efectos llegaron a mi, comencé a sentir la música en mis oídos, me encontraba escuchando a "Cabaret Nocturne", un poco de música tipo electrónica.
Los cambios de tono en la melodía ocasionaban en mi una pequeña sensación, así que tomé mi cuaderno y comencé a dibujar. Sentía la música en mi interior, en mis manos con cada trazo dado en la hoja de dibujo, un rostro, un puñal, un cuerpo... solo me deje ir.
Terminó y los efectos de la droga mágica habían disminuido, revisé mi cuaderno de dibujos, imágenes de cuerpos masculinos desangrados por puñales y navajas clavados en el pecho y espalda, eso fue todo lo que dibujé en una hora de música y droga.
No continuaría resistiéndome, era claro lo que necesitaba, repetir esa sensación y esta vez concluirla, pero primero debía armar el plan:
1-Lugar indicado para realizar la hazaña.
2-Instrumentos a utilizar.
3-Sujeto que sacrificar.
4-Engañar o convencer al sujeto.
5-Como deshacerme del cuerpo.
La lista estaba en creación, pero muchas preguntas me llegaban, ¿Como elegiría al sujeto?, no tengo sentimientos y cualquier humano me provoca repulsión, pero he de aceptar que a pesar de lo anterior, no sería capaz de lastimar a un inocente, debía de elegir a una persona que rompa con mis ideales.
Así comenzó la búsqueda, teniendo al sujeto sería más fácil terminar de completar la lista, tenía que colocar más atención de lo normal en mis alrededores, había unos cuantos chicos en la escuela que sin pensarlo dos veces serían perfectos para ser mi primera víctima, Sebastian, un chico promiscuo que caería fácilmente en mis redes, Edgar, un estúpido bravucón que solo goza de hacer la vida miserable a otros.
Una mañana me escapé de clases y escondí detrás de los baños para continuar armando el plan y entonces escuché un golpe muy fuerte dentro, al principio los ignoré, pero ganó mi atención cuando detecté unos quejidos dolosos, me levanté, apoyé el pie derecho en una abertura que sobresalía en la pared y asomé por la ventana.
Era una compañera de la generación pero no estaba sola, había un chico con ella, la tenía de espaldas contra la puerta principal del baño y toqueteaba debajo de su falta, nos obligaban a llevar una falda escolar como parte del uniforme, por un instante pensé que estaría a punto de abusar de ella pero la idea cambió cuando noté que ella gozaba.
La escena era agradable a la vista, erótica, he de admitir, así que regresé a mis asuntos y alejé de ese lugar, no necesitaba seguir escuchando sonidos sexuales.
Unos días pasaron y me encontraba detrás de unos edificios solos, esta vez no me arriesgaría a encontrarme con otra escena como la anterior pero mi tranquilidad fue interrumpida por unos chillidos sin control, torcí los ojos hacía arriba en seña de disgusto, los sonidos venían de la vuelta del edificio, eran unas chicas.
-¡No puedo creer que me hiciera esto!- se escuchaba una voz temblorosa.
-¡Vamos!, no dejes que te afecte, él es un idiota- -Te advertimos que no eras la única- decían otras dos voces.
-¡Lo sé! Pero dijo que yo era especial y que con migo era diferente, no se porque me hizo esto-
En ese momento decidí levantarme y largarme del lugar.
-Hacía todo lo que quería, me abordó muchas veces en el baño y nunca me negué-
Al escuchar eso me detuve, ¿Será la chica del baño?
-Eso no era sano, él te lastimaba, recuerda los golpes que te dejo en la espalda-
Me acerqué hacia las voces, necesitaba ver si era la misma chica del baño, avancé lentamente sin hacer algún ruido hasta mirar del otro lado del edificio pero sin ser descubierta.
Estaba ella sentada en el piso con sus manos en la cara llorando desconsoladamente, sus dos compañeras se encontraban a su lado tratando de tranquilizarla.
-¡Lo odio!- Dijo con rostro enfurecido -¡Lo odio con todo mi ser! ¡ojala se muera!-
"Interesante" pensé, no podía evitar interesarme por la situación, lo que entendía era que el tipo la lastimó, más que solo un corazón roto, era un cuerpo roto, quizás había encontrado a mi sujeto.

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Nuestra oscuridad
RomanceLisa tiene un pequeño secreto, un secreto oscuro, el cual la lleva al clímax cada vez que tiene la oportunidad de alimentarlo. Ella nunca ha buscado la interacción con otras persona, no ha propósito, hasta que por causas del destino, aparentemente...