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"Para mayor disfrute, escucha la música de fondo mencionada en el relato"

El sábado llegó, cité a Sebas en el estacionamiento de un mall. Llegó, un joven realmente sexy y de figura envidiable, llevaba una camisola azul marino ajustada y remangada, permitía admirar sus enormes pectorales y brazos tatuados, unos jeans azul claro y tenis negros, yo, solo llevaba una cazadora larga, pero delgada, ya que el clima del día era caluroso, sobresaliendo mis botas negras favoritas tipo combate, mi cabello suelto y lacio con unas gafas oscuras.

Me encontraba recargada en mi vocho Guinda (Obvio tengo uno, los amo).

-Hola- saludé de forma seductora mientras lo miraba de pies a cabeza

-Woow, GirLover, si que eres hermosa-

-Gracias, ahora, sube a mi auto-

-¿No entraremos al mall?-

-¿Que prefieres? ¿Perder el tiempo ahí o mejor ir por el postre?-

-Ja, tienes razón-

Él había llegado en un sedan negro, así que hice lo dejara en el estacionamiento, lejos del punto importante, nos subimos a mi auto. Durante el camino fanfarroneaba sobre lo bien que nos lo íbamos a pasar, que no tenía idea del buen sexo que podría dar, no me arrepentiría de esto. Yo nunca me arrepiento de nada...

Tenía una pequeña "cabaña" a las afueras de la ciudad, un lugar que mis padres me obsequiaron hace tiempo, llegamos y bajamos.

-¿Que es este lugar? Creí que iríamos a un Motel-

-Esta será mi primera vez, así que armé un pequeño nido de amor- pareció satisfecho con la respuesta, así que lo encaminé hacia la entrada.

Al abrir la puerta, todo estaba cubierto por un manto rojo oscuro, paredes, piso y la luz tenue, para ayudar con el ambiente deseado, no tenía cama, solo una colchoneta para dar un soporte en el suelo y una cabecera de fierro negro mate sujeta a la pared.

-Quiero que cierres los ojos- le dije antes de dejarlo entrar -Claro linda- me hizo caso, tomé su mano y lo encaminé -te avisaré cuando puedas ver- Aseguré la puerta, como muchas otras ocasiones.

Prendí las luces, el ambiente era un infierno fresco, rojizo, brillante y sensual.

-Abre los ojos- dije seductora

-Carajos, esto es genial, en serio que eres especial, este es un muy buen nido de amor- dijo mientras observaba la habitación -Mucho mejor que los moteles- Soltó una pequeña carcajada.

-Lo sé, pero será mejor en unos momentos- caminé hacia una cajonera en donde tenía mi reproductor de música, las bocinas estaban distribuidas por la habitación, así sentiría la música al extremo. El ambiente, debe de ser el indicado para llegar al clímax.

Coloqué mi lista favorita para los momentos especiales, Ghost

-Un poco de heavy metal para la ocasión- susurré.

Comenzó "He is", inicié con movimientos sensuales al ritmo de la música, cerré los ojos para disfrutarla mientras Sebas se encontraba a mis espaldas, giré hacía él y desaté los botones de mi cazadora lentamente, fijé la mirada a él que me observaba incrédulo, esperando ver mi cuerpo sin esa molestia, destapé mis hombros y la deje caer a mis espaldas, mostrándome.

-Por dios, que sexy eres- observaba mientras mordía sus labios con deseo.

Llevaba puesto un conjunto negro de encaje, un arnés del tipo cinturón delgado en la cintura de cuero negro conectado por medio de aros a mi cuello con otro que pasaba entre mis senos, del cinturón bajaba hasta mis medias negras de red a medio muslo, sujetándolas.

Nuestra oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora