VIII

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Continué por el pasillo oscuro, puedo decir que me pareció haber avanzado metros, pero en realidad fue solo uno, la falta de visión ocasionó que mis sentidos se agudizaran, mi tacto y oído, lograba detectar sonidos extraños, no podría explicar algunos, rechinaban las puertas, pequeños golpes por las paredes del alrededor, ¿susurros?, una respiración muy cerca, a pesar de eso, avancé.

La pared era lisa, hasta que llegué a una puerta de metal que se encontraba a mi izquierda, imaginé que era la siguiente habitación, la empujé pero no abría, busqué la manija y no la encontré, seguí tocando en busca de abrirla, su relieve era singular, presentaba medias esferas distribuidas, continué palpando hasta que presioné una de ellas y la puerta crujió, empujé y sobresalió la luz de su interior.

Todo era de un color gris, me encandiló por un momento, abrí la puerta lentamente, era muy pesada, al abrirla por completo, entré, era totalmente diferente a la anterior habitación, caminé hacía su interior, en todas las paredes había pantallas apagadas, una tras otra, tapizando la habitación.

Un sonido fuerte me sorprendió, giré y la puerta se había cerrado, algún tipo de mecanismo se activó ya que las pantallas prendieron. Las escenas en ellas eran totalmente extrañas y fuera de lo común, una extraña combinación de videos sacados, a mi parecer, de películas de terror, muertes, asesinatos, tortura, sangre, animales y personas deformes.

En cada una de las pantallas se repetían una y otra vez las diferentes escenas, me coloqué en medio de la habitación, me parecían familiar, alguna vez había visto una colección similar en internet, seguramente en la deep web, ya hacia tiempo de eso.

Me acerqué a una de las pantallas, busqué algún conector, un interruptor, ¿los videos tendrían sonido?, no encontré nada, ningún botón, se esmeró en colocarlas de tal forma que no se pudieran desconectar o apagar, quizás estaba diseñada para despertar algo en él.

Regresé hacia la puerta, buscando abrirla de nuevo, pero en su interior, no había nada, relieve o botones, nada, solo una gran puerta de metal pesado, decidí regresar al centro de la habitación y sentarme en el piso, exactamente igual que en la pasada, pero esta vez observaría las pantallas.

Varias imágenes... ¿Grotescas?, podría decir que no aptas para algunos sensibles: snuff, gore, tortura, mutilación, animales masacrando a sus víctimas. Algunas eran escenas de películas como saw, american guinea pig, el ciempiés humano, holocausto caníbal, entre otras, pero las que llamaron mi atención fueron en donde se encontraba un hombre de espaldas torturando a diferentes mujeres en cada escena, se repetía su imagen en las pantallas de forma intermitente entre las falsas de las películas. Se podía observar el grito de las mujeres, sus miradas de sufrimiento, dolor, desesperación y súplica. Su rostro nunca giró hacia la cámara, lograba ver su espalda descubierta, tatuada y manchada de sangre.

Sobresalía un rostro de calavera del tamaño de toda la espalda, las cavidades orbitarias se encontraban exactamente bajo sus omóplatos, grandes y oscuras, la típica sonrisa dental justo al nivel de la cintura posterior o espalda baja, como mejor se entienda, el rostro presentaba el clásica semblante de maldad. A nivel del coxis llegaba el final de la mandíbula, pero esta era adornada por algún tipo de joya, en el área de la frente, al nivel de las vertebras cervicales, se lograba ver una figura formada por triángulos, la calidad de video no permitía identificarla.

Sus brazos se encontraban totalmente tatuados y obviamente esa fue la razón por la que esas imágenes llamaron mi atención, tal arte no debía ser ignorada, debo confesar que su cuerpo estaba realmente marcado, por lo cual daba una mejor vista.

Unos diez minutos pasarían y la puerta volvió a crujir, giré a causa del sonido, vi como se abría, pero no a alguien, Ted no estaba ahí, solo yo, exhalé, ya que a pesar del grato momento que pasé, el aburrimiento estaba comenzando a nacer en mi.

Como antes, caminé hacia la puerta de la habitación, decidí salir hacia el oscuro pasillo para continuar con la exploración, al momento de colocarme hacia el exterior, la puerta de metal cerró a mis espaldas, una vez más me encontraba en la oscuridad sin oportunidad de ver, avancé tocando a mi alrededor en busca de otra puerta para conocer la siguiente habitación sorpresa.

Una respiración se encontraba a mi alrededor, inmediatamente di la media vuelta y traté de tocar, pero no había nadie ni nada, las respiraciones se escuchaban cada vez mas fuertes y cerca.

-¿Ted?- giré una vez más y moví mis manos en el aire tratando de encontrarlo

-Bien, continuaré- con el seño fruncido susurré y seguí el camino del pasillo.

Un tremendo golpe se escuchó a mi izquierda, reaccione de inmediato, giré hacia esa dirección y unas manos desde mis espaldas cubrieron mis ojos y boca, me llevaron a otra habitación.

Nuestra oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora