Capítulo 13: "Banquete para el rey."

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Capítulo 13: "Banquete para el rey."

Bueno, queridos lectores. Los voy a poner al día. Pasaron ya ocho horas de encierro en la cocina del castillo y el asado está casi listo. Lo único que falta es que Freixla termine de preparar las empanadas santiagueñas. Ah, y que se termine de levar la masa para hacer el pan de los choripanes. ¿Algo más? Me parece que no, eso es todo. Bien, ya saben lo que pasa, ahora ya puedo terminar el capítulo...ja, ja, ja, ¿de verdad creyeron que esto sería algo tan corto? Por favor, si tengo muchas cosas para este fragmento de mi historia. Empecemos.

—La concha de tu madre, me cago en esta puta levadura de mierda inútil que no sirve para nada. A este paso los choripanes los vamos a tener para el próximo siglo. —Sí, la lentitud con la que está levando la masa, me tiene bastante desesperado, aunque esta vez, creo que estoy en un extremo muy grande de ese sentimiento. ¿Ira? Para nada, yo nunca me enojo...malditos bastardos los que fabricaron esta levadura barata, les voy a partir la geta de una trompada.

—Puedo preguntar a alguien si tienen pan que les sobre de la merienda a la nobleza. Pero vale aclarar que es baguette, cuando yo creo que necesitás algo mas pequeño. De todas formas, podemos cortarlo para adaptarlo a lo que necesitamos. ¿Quieres que vaya? —A la mierda, ¿y por qué no dijo esto antes?

—Sí, andá a buscar. Lo necesito ya mismo. Fijate también si podés traerme un poco de chimichurri, y de queso tipo Mar del Plata. ¿Puede ser? —Ella me lanza una mirada desde la puerta como diciendo: "¿Es en serio que me decís?". Si es en serio, tarada.

—Dudo mucho que tengas las dos últimas cosas, pero no dejaré de preguntar, señor. Aquí es mas común el queso mozzarella, ¿ese le va a servir? Es mas probable que consiga ese. —Bueno, por mí está bien, ya que después de todo, el queso lo quería para comer yo. Llevo todo el día sin satisfacer mi panza cuando la tengo acostumbrada a los atracones de choripanes.

—Sí, vos dale con ese o con cualquier otro tipo de queso menos el roquefort. Ese es horrible. —¿Miento o no? A nadie le gusta el roquefort. Si estuviera en mi anterior mundo, me inventaría un hastag para esto, porque dudo mucho que se pueda usar Twitter acá.

Pasaron, mas o menos, unos veinte minutos hasta que Freixla volvió. Tenía sus manos llenas de cosas, aunque no parecían precisamente lo que yo había pedido. A ver si puedo observar que es lo que tiene. Hmm, ¿hay un dulce de leche? Veo una salsa, ¿será el chimichurri? También alcanzo a ver un frasco de mermelada, otro de miel, un paquetito violeta que me recuerda a los chocolates que tenían una vaca en su logo, ¿un pote de helado?, y un paquete de yerba mate. Bueno, al menos vamos a tener algo para tomar.

—Estos son ingredientes que sobraron de la preparación del almuerzo y la merienda en la otra cocina. Me dieron directamente todo lo que tenían. No sé si te servirá algo de todo esto. Esa salsa es algo parecida al chimichurri, solo que le falta un condimento, aunque no me dijeron cual. Es una receta exclusiva para los almuerzos del rey y ningún plebeyo puede comer algo con esto. Ya si le agregas ese condimento, será otra cosa y podrá comerlo cualquiera. —Bueno, lo importante es que, al menos, tendré algo para ponerle a los choripanes y que no los coman sin nada. Ahora toca saber qué es lo que falta para agregárselo para que también puedan disfrutar esto los invitados.

—Bien, ¿alguna idea de qué es lo que puede estar faltando en esta versión de la salsita? —No creo que ella sepa, pero por las dudas, pregunto. Por hay tengo la suerte de que me sorprende diciéndome todo con lujo de detalles.

—Le falta provenzal, y déjame decirte que nunca encontrarás eso. Al menos en este continente, no existe el ajo, y creo que en todo este mundo se encuentra ausente. Es algo que todavía no se descubrió o que directamente nunca fue creado por los dioses superiores. Mala suerte, pero por lo menos, sí tenemos perejil y aquí mismo. Asi que podemos asimilarlo un poco y además podrá ser consumido por cualquier persona. —Entiendo. A darle entonces. No va a ser lo mismo, pero se va a parecer, y yo estoy contento con eso. Prefiero entregar algo incompleto antes que seguir complaciendo el egoísmo de una persona.

Soy un parrillero argentino que llegó a otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora