Capítulo 19: "Deidades choripaneras."

38 11 0
                                    

Capítulo 19: "Deidades choripaneras."


Acá estoy, junto a Lymfort y la madre de Freixla caminando en dirección al lugar donde todas las deidades de este mundo se juntan a comer. Estoy muy nervioso. Menos mal que por lo menos, tengo las palabras de apoyo del dragoncito. Eso hace que me tranquilice un poquito.

Por alguna razón, esta Nikeyra, está vestida muy diferente a todas las demás veces que la vi, bueno a la anterior vez que la ví. Cierto que cuando la conocí, estaba totalmente desnuda. Ahora tiene puesto un vestido de esos elegantes que usan las celebridades en las entregas de premios. Falta que traigan la alfombra roja.

—Ya falta poco. Tengo muchas ansias por probar esa comida tuya, señor. ¿Dijiste que se llamaban choripanes? Es un nombre que me despierta mucho la curiosidad. Tengo que probarlo. —Bueno, se nota que está entusiasmada con comer esto. Está todo el tiempo relamiéndose.

—Le aseguro que no se va a arrepentir. Yo también los probé y me encantaron. Eso sí, espero que tenga algo de autocontrol, porque son realmente adictivos. —Lymfort nuevamente diciendo cosas que me levantan más el ánimo. Definitivamente, este es mejor compañero que Freixla. ¿Por qué lo digo? Porque lo dice la ciencia, ja...bueno, ni idea de que tiene que ver una cosa con la otra.

—Si tú lo dices, debe ser verdad. Oh, Lymfort, siempre siendo tan bueno con nosotros. ¿Acaso nunca te cansas de nuestra insistencia y nuestras exigencias? —Mierda, espero que no se pongan de esa forma conmigo. Al menos hoy, no tengo ganas de escuchar quejas.

—Para mí, son simplemente los gajes del oficio. Cocinar para ustedes es todo lo que necesito para desear seguir viviendo un minuto más en este mundo. —Un momento, ¿a Lymfort no le gusta estar en este mundo? Pero si se lo ve muy cómodo.

—¿Y no tenés sueños para perseguir? —Y salí yo con una pregunta boluda. Típico de mí. Aunque espero que sí me conteste algo para poder darle un sermón y que esté más animado con respecto a estar acá.

—En realidad, quería abrir una cadena de restaurantes de comida estadounidense en este mundo, pero la forma de dragón no ayuda. Solo se les permite tener negocios a humanos y razas humanoides. O sea, adiós a mis sueños. —A la mierda, este tipo la pasó muy mal desde que llegó acá.

—En la tarde voy a encargarme de que esto cambie. Intentaré conseguir algunos lugares donde puedas empezar con esa cadena de restaurantes que tanto quieres iniciar. También te ayudaré un poco en lo económico. —Nikeyra siempre tiene una solución para todo. Es una puta genia.

—¿Pero cómo lo harás? Después de todo, antes de la venta, es un lugar de ellos. Además, están las leyes de cada reino. —Me voy a quedar escuchando atento. Yo también tengo curiosidad sobre eso.

—Fácil. Soy una deidad que representa a la sexualidad. Siempre visto sensual...si es que estoy vestida, y puedo seducir a cualquier hombre con mucha facilidad. Si tenemos en cuenta que casi todos los que venden locales son tipos gordos, sucios y pervertidos...¡Lymfort, tienes tu negocio asegurado! —Mierda, cuando dije para dentro que es una puta genia, tuve que haber hecho énfasis en el "puta".

—¿De verdad harás todo eso por mí? —Al parecer, Lymfort no pudo contenerse mucho más y se acercó a ella para abrazarla. Por supuesto, antes me pasó la bandeja de choripanes que él estaba llevando. Por poco no la tiró al suelo, ja, que divertido hubiera sido eso.

—Tú hiciste mucho por mí, es justo que yo haga algo por tí alguna vez, ¿no? —Al final, ella también abrazó a Lymfort. Ahí estaban los dos apretonados, y yo como un tremendo pelotudo con toda la comida. Menos mal que ya faltaba casi nada para llegar al lugar donde comen. Estamos a, no sé, ¿unos veinte metros? Sí, mas o menos.

—Bueno, ya casi nos pasamos del mediodía, apresurémonos en servir estos choripanes. —Lymfort agarró la bandeja que estaba llevando él, y continuamos la caminata hasta ese lugar que parecía un templo budista por afuera, pero por dentro era como estar en una mansión de multimillonario muy moderna.

En cuanto entro, lo primero que veo es a todas las personas sentadas y esperando por la comida. Hay de todo. Desde un tipo hecho de rocas y fuego, hasta una sirena, pasando por un tipo con cabeza de caballo y Freixla. El panteón entero de este mundo estaba ahí reunido. Espero no mandarme ninguna cagada porque acá sí que me las voy a ver feas.

—Es un placer conocer al famoso parrillero argentino que hizo feliz a tanta gente cocinando. Yo soy Kiz, el dios que protege a los escritores, pintores, escultores, músicos...a todos los artistas en general. Hoy brindaré por usted. —El primero en hablar es el tipo con cabeza de caballo. ¿Será esa una máscara o su cara real? Digo, desde que llegué a este mundo, vi muchos centauros de los que son cuerpo de caballo y cabeza humana, pero es la primera vez que veo algo como esto.

—Yo soy Magmite. El dios de los volcanes. Un placer conocerte. —En segundo lugar, habló el tipo de roca y fuego. Lo sentí un poco frío, algo curioso teniendo en cuanta cómo es, pero viendo su robustez y su cara de muy pocos amigos, mejor con este no me meto.

—Y yo soy Kim. No soy ninguna deidad, solo soy una sirvienta de Freixla. Estoy aquí para ayudarlo a servir la comida. ¿Se me permite? —De golpe, se me aparece una piba joven, vestida con uno de esos trajes de mucama sexys, pero viendo lo pequeño que es, nadie pensaría que es una camarera, parece más una actriz porno.

—No hay problema. Si somos tres, la comida estará servida más rápido. Entonces, Lymfort...y tú...¿Kim? Empecemos, es hora de que estos conozcan el verdadero alimento de los dioses. —Nikeyra tomó asiento al lado de Freixla y yo empecé a agarrar choripanes para comenzar a servirlos.


Continuará...


Soy un parrillero argentino que llegó a otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora