Capítulo 1: "Un nuevo lugar para laburar"

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Capítulo 1: "Un nuevo lugar para laburar"




Lo primero que hago es pararme para no estar ahí tirado en la tierra, cualquier bicho raro pudo haber cagado ahí hace poco, y no es muy agradable escucharme cuando estoy puteando a los cuatro vientos. Acá todo es árboles, en serio, ¿donde mierda estoy? Esto ya es demasiado frondoso para ser algún lugar que conozca, parece un buen lugar para ser usado por parejitas jóvenes como un telo gratuito.

Camino por algunos minutos por el angosto camino de tierra, seguramente re contra cagado por caballos que pasaran por ahí, y en la lejanía se alcanza a ver lo que parece una ciudad. Por fin te encuentro civilización. Cuando llegué a esta ciudad, noté algo raro, las casas eran de piedra y tenían puertas de madera. Todo tenía un aspecto muy de la época de los chabones con espada y armadura. ¿En qué puta ciudad europea estoy?

—¿Quien es usted, apuesto hombre? —pregunta alguna pendeja de algún lado. No sé de donde carajo viene esa voz de pito terrible, pero ya quiero mandarla a freír churros.

—¿Donde estas? —Observo a todos lados en busca de la piba que tiene esas horribles cuerdas vocales.

—Estoy aquí, señor. Enfrente de usted. —¿Qué carajo pasa? Veo una jovencita que tiene aproximadamente, unos 15 años, vistiendo una túnica muy escotada que deja ver casi la todas sus tetas chiquitas. Tiene un pelo rubio con raíces negras. Bah, negra arrepentida.

—¿Y vos sos...? —Aun que quería hablarle mirándola a los ojos, no podía dejar de mirar el escote. Mierda, me re calientan las minas con tetas pequeñas. Mejor me controlo porque sino, no me va a importar un carajo su edad, la voy a amordazar para que no hable, y le voy a pegar la cogida de su vida.

—Déjame presentarme, señor. Mi nombre es Freixla Tygron. Soy una asistenta de la diosa que lo trajo aquí, me ha pedido que lo ayude a iniciar su nueva vida en este mundo. —Pará el carro, frenemos todo acá. ¿Cómo mierda es eso de que estoy en otro mundo? ¿La mina esa no podía joder a otra persona? Que rompe pelota, ahora tengo que, posiblemente, sobrevivir en esta pocilga de ciudad, donde probablemente ni conozcan la maravilla que es el asado.

—¿Estoy en otro mundo? Pensé que, por la forma esa de vestirte tan trola, seguía en la Tierra. Ahora veo que no solo a las pibas de allá les gusta mostrar el culo y las tetas. —Estiré el cuello para verla por atrás y, efectivamente, la ropa que esta tal Ferixa, Freixla o como carajo se llame, lleva puesta, dejaba mitad de su culo a la vista de todos.

—¿Trola? No se que signifique esa palabra pero me gusta, ¿puedes llamarme así? —Pará un cachito, ¿me está pidiendo que le diga 'trola'? Si mi hermano me estuviera viendo, se estaría cagando encima de la envidia.

—Bueno, trola. ¿Qué vamos a hacer? —¿Vos querías que te diga trola? Ahí tenes, mierda.

—¡Oh, que bien señor, me encanta! —Ja, a mi también— Acompáñame, lo llevaré a su nuevo lugar especial. —La seguí sin dejar de mirarle la manzana hermosa que tenía por culo. Creo que va siendo hora de convertirme en el nuevo Steve Jobs.

—¿Qué mierda es esto? —Señalo lo que tenía pinta de ser un restaurante bastante elegante. Odio lo elegante, a mi me va mas lo rústico.

—Usted mencionó que era un excelente asador, la ciudad tiene un gran ganado de vacas que están ahí molestando porque nadie aquí sabe como consumirlas. Piénsalo, continuarás desarrollando tu amor por la comida a la parrilla aun en este nuevo mundo y le instalaras a esta gente, tu cultura. —Mierda, que oferta. Tiene que haber alguna letra chica por algún lado, no puede ser todo tan simple.

Soy un parrillero argentino que llegó a otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora