―¡Denise! ―oí desde la sala de estar mientras veía una serie.
―¡¿Qué?! ―pregunté tomando un puñado de pochoclos.
―¡Necesito que vengas!
―¡Estoy muy ocupada en estos momentos!
―¡Por favooooor!
―¡¿Qué necesitas?!
―¡Sólo ven y no hagas preguntas!
De mala gana, me levanté del sillón y subí las escaleras con pasos pesados y poco constantes, mientras oía cosas moverse desde arriba. Al llegar, toqué la puerta y escuché un "pasa" desde el interior del cuarto. Lo primero que vi tras abrir fue a Jaemin sentado con las piernas cruzadas sobre su cama.
―Denise, necesito que tomes asiento ―señaló el borde de la cama.
Extrañada, hice lo indicado lo miré con una ceja levantada.
―Seguro te preguntas para qué te he traído aquí...
―Efectivamente.
Se puso de pie frente a mí, con los brazos cruzados y expresión estoica.
―Sigo en celo, Denise ―dijo fríamente.
―¿Y qué?
―Que este proceso no va a terminar hasta que se satisfaga la necesidad.
―Ni siquiera lo pienses ―intenté levantarme, pero me sostuvo de los hombros, impidiéndomelo.
―Oh, sí, lo pienso ―me señaló con el dedo―. Como mi dueña, tienes la obligación de satisfacer mis necesidades.
―¡Pero no ésta!
―Sí, ésta también.
―¡¿Y qué pretendes que haga?
Jaemin cerró la boca y la curvó en una extraña sonrisa entre vergonzosa y pícara, dirigió sus ojos hacia abajo y luego de nuevo a mí, levantando una ceja.
―Se vale soñar ―reí y traté de irme otra vez. Pero nuevamente fui devuelta a mi lugar.
―Ya lo soñé ―confesó sin cambiar su cara―. Por favor, Denise... necesito que me ayudes.
―¡No!
―¿No quieres?
―¿Quién te dijo que no quiero?
―Tú me lo demuestras.
―Si no quisiera, no habríamos hecho eso en el sofá.
―Fue un beso solamente.
―¡¿"Un beso solamente"?! ¡Un poco más y terminamos en la cama!
―¿Por qué no hacerlo ahora?
―Si serás...
―Vamos... sólo sería una vez y mañana fingimos que nunca pasó. Todo volverá a ser como antes y no voy a insistirte nunca más.
Hice una pausa y ladeé la boca con desconfianza.
―¿Lo prometes...?
―Lo prometo...
―En todo caso... creo que no le hará daño a nadie.
Esbozó una amplia sonrisa y llevó sus manos al botón de su pantalón, bajando entonces el cierre. Ayudé a deslizar hacia abajo los jeans con manos temblorosas y los labios apretados. Quería y no quería hacerlo. Me parecía lo más bizarro que hubiera pensado hacer en toda mi vida ¿Quién en su sano juicio tiene relaciones con un Ameg? Bueno... prácticamente no íbamos a "tener relaciones".
―¿Alguna vez te hicieron algo así? ―pregunté acercando los dedos al elástico.
―Eh... no, nunca. Pero vi videos una vez.
―¿Cuándo?
―Eso no importa, ¿podrías darte prisa?
Asentí cerrando la boca y terminé de bajar su ropa interior. Abrí los ojos como dos inmensos platos y levanté la vista hacia su penetrante y extraña mirada.
―¿Te sorprende? ―rió un poco― No sé si sentirme ofendido o halagado...
―Cállate ―dije volviendo a mirar―. N-No sé si me sentiré cómoda haciendo esto... ―hice otra pausa― Pero todo con tal de que me dejes en paz.
***
Jaemin ahogó un gemido y su cuerpo comenzó a estremecerse antes de tirar la cabeza de Denise hacia atrás, quien secó su boca con el dorso de la mano y miró cómo él manipulaba su miembro en busca del orgasmo (que llegó momentos después ante los aún incrédulos ojos de su dueña).
―Eh... ―Nana luchaba por subirse los pantalones― gracias por... todo.
―No, de nada, eh... ―se puso de pie― Voy a hacer la cena.
―¡Bien! Bien... ah... voy a... darme un baño y...
―¡Está bien! ―titubeó― Yo... eh... nos vemos.
Salió a paso ligero de la habitación, dejando solo a Jaemin, transpirado, sucio, con la respiración aún dificultosa y con culpa y alegría mezcladas en el pecho. También estaba avergonzado, aliviado... en realidad no sabía qué pensar o sentir. Ni siquiera sabía qué pensaba Denise o cómo se sentía al respecto. No se comprendía y no terminaba de estar satisfecho. No sexualmente hablando... o tal vez sí. No lo sabía ni lo entendía. No sabía nada.
Decidió entrar al baño de una vez por todas, y tras una hora allí dentro, su cabeza seguía hecha un bollo. Como un ovillo de lana o esos auriculares que no se pueden desenredar.
―¡Ya está la comida! ―oyó desde el piso de abajo.
―¡Voy! ―gritó terminando de vestirse.
Al bajar encontró a Denise poniendo ambos platos sobre la mesa. Extrañamente, a primera vista puso notar que seguía sonrojada y con los labios algo hinchados. Aunque tal vez fuera por el agua hervida y que había probado algo de salsa y le había salido muy picante (lo comprobó ni bien dio un bocado a los tallarines).
―¿Tiene mucha pimienta? ―preguntó ella al ver su cara― Perdón, me temblaban las manos.
―No. Está bien ―mintió.
En realidad, los fideos estaban hervidos de más y tenían muy poca sal. Que se compensaba de sobremanera con el picante de la salsa. Quiso apasiguarlo con queso, pero no había.
Terminó todo por mera educación (Denise apenas tocó su plato).
―¿Te sientes bien? ―preguntó Nana al ver que no despegaba los ojos del agua a medio consumir.
―Sí. Perfectamente.
―No se nota...
―¿Por qué lo dices?
―Te noto rara.
―Soy rara.
―Más de lo usual.
―Es sólo tu imaginación... y tengo trabajo nuevo, así que mañana me voy temprano ―corrió la silla y se fue rápidamente, dejando una vez más a su mascota con las palabras en la boca.
La conclusión a la que pudo llegar Jaemin aquella vez fue que era un completo imbécil que que deseaba golpearse a sí mismo con un bate.
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~My Kitty Called Nana~ 《Na Jaemin x Lectora》
FanfictionDescubrir que tu gato no es un gato puede llegar a ser molesto.