~My Kitty Called Nana~ 《Na Jaemin x Lectora》

Eighth

Ese día Denise había ido a trabajar temprano, dejando a Jaemin con una duda existencial y un aburrimiento indescriptible. <<¿Ahora qué hago?>> se decía. Caminaba por toda la casa en busca de algún entretenimiento, pero nada funcionaba. Ya se había visto todas las series que tenia en su lista y no estaba de humor para ver anime.
Por alguna razón, escuchar música era lo único tentador, pero le costó encontrar el reproductor. En cuanto pudo, puso al máximo los mejores temas de Big Bang y no contuvo sus deseos de bailar, haciendo complejos movimientos sobre la mesa y cantando los estribillos a todo pulmón.

–¡BANG BANG BANG! –gritaba moviendo el brazo en alto sobre la encimera de la cocina.

En lo que se dejaba llevar por las rimas y el rap, el timbre sonó, por lo que bajó el volumen y fue a abrir.

—Perdone, estaba... ¿Yuta?

—¿Jaemin?

—¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Acaso me sigues?!

—Soy el vecino, idiota. No por nada te eché de la casa. No puedo creer que alguien te haya adoptado.

—Para tu información, soy más feliz aquí que con ustedes.

Yuta miró de arriba a abajo al muchacho.

—Tu postura... Tus ojos, esas orejas... Es una chica, ¿no?

—No es de tu incumbencia.

—Así que quieres ser como tu padre, ¿eh?  —rió con ironía— Tener hijos con tu dueña y dejarlos a su suerte...

—¡No! ¡Fuera de aquí! ¡No quiero verte!

Cerró la puerta con tal violencia que se agrietó por la parte de arriba.

—Vamos, Nana, no seas así —canturreó del otro lado.

—¡Dije que te fueras, maldito! ¡Vete! ¡Aléjate de mi casa! —dio un golpe a la puerta— ¡De mí! —otro más— ¡De mi familia! —otro— ¡Y de mi vida!

No se oyó nada mas excepto los pasos de Yuta alejarse.

—Basura...

Subió el volumen una vez más y olvidó casi de inmediato su crisis nerviosa.

***

Por la noche, lo primero que Denise notó al regresar a casa fue que la puerta tenía una gran grieta.

—¿Qué pasó? —preguntó al verlo acurrucado entre las frazadas.

—¿Con qué?

—Rompiste mi puerta.

—Ah sí... Me enojé.

—¿"Me enojé"? —elevó una ceja— ¿esa es tu excusa?

—No quieto hablar de eso.

—¿Por qué te enojaste?

—Es largo de explicar —insistió tapándose más con una manta.

—No me importa. Explícate.

—No quiero.

—¡Jaemin!

—¿Qué?

—¡¿Qué pasó?!

—¡El vecino nuevo es mi dueño anterior!