Capítulo catorce.

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Mi mente está en otro lugar y mi mano automáticamente va hacia su mejilla. Es inevitable no reaccionar de esa forma pero ya es demasiado tarde para arrepentirme.

Todos se quedan en silencio y Shelly sujeta su mejilla furiosa.

-¡Mierda ya es suficiente! No son unas malditas niñas! -grita Louis acercándose de nuevo a nosotras -me toma por el brazo y me jala lejos de Shelly.

Me desconecto y dejo que haga lo que quiera.

-Mateo ¿trajiste tu auto? -el chico sacude su cabeza reaccionando y asiente. Louis le regresa el asentimiento y luego me observa- vete con Mateo e intenta calmarte. Ya hicieron suficiente las dos por hoy.

Nunca había visto al castaño tan molesto y menos gritandonos de esa forma, sí que la hemos jodido hoy.

Ema se acerca a mí y caminamos al auto de Mateo.

-Ema -nos detenemos al escuchar la voz de Shelly -quédate -dice firme y Ema la observa.

-Shelly... yo no...

-Por favor -susurra y noto como hay lágrimas en sus ojos.

Ema voltea a ver a Louis y éste le niega la cabeza. Sé que la pobre Ema se encuentra en una difícil situación y se debate entre ella misma.

-Vamos -me dice y me sigue conduciendo hasta el auto sin mirar atrás.

[...]

Noviembre 18, 2006.

-¡Mierda! -chillo cuando sin querer derramo un poco de chocolate en mi blusa.

Busco una toalla para limpiarlo pero es inútil. Me quito la camisa y la cambio por otra. Doy un largo suspiro y me lanzo en la cama.

Más de un mes. Más de un puto mes sin que nuestro grupo se haya reintegrado de nuevo. Y todo por el gran orgullo que todos tenemos.

La habitación se siente vacía los días en que Ema no está. Decidió alternarse y unos días se queda conmigo en el campus mientras que otros se va con Shelly quien compró un auto y la trae cada mañana. Creo que la pequeña del grupo está a punto de explotar entre tanto ir y venir y tanto estrés.

Louis por otro lado está diferente. Me habla muy poco y cuando lo busco me evita disimuladamente. No sé qué mierda le pasa, quizás decidió ponerse del lado de Shelly.

Y sobre Thomas, volvió a Estados Unidos al siguiente día del campamento. No he recibido ninguna llamada o mensaje y aunque me repito miles de veces que es porque no debe no puedo evitar enfadarme y desilusionarme cada vez que pienso en él. Es frustrante el hecho de que después de lograr olvidarlo a pesar de que estaba en cada noticia de farándula, en cada revista de chismes, luego de borrar su nombre de mi mente se aparezca para volver a donde empezó todo, él yéndose a Estados Unidos y yo como una tonta esperando que vuelva.

Cubro mi rostro con una almohada y grito haciendo que ésta opaque el sonido. Todo está tan mal en éstos momentos y me doy cuenta que Shelly tenía razón, soy patética y sin ellos no sería nada.

Miro el reloj y me quejo porque tengo una clase en un par de minutos. Comienzo a meter lo que necesito en mi mochila y me dirijo hacia el salón.

Salgo de la habitación y me detengo en el ala común de las chicas. Están casi todas viendo algo en la televisión a pesar de que es horario de clases. Me acerco curiosa.

-¿Qué ocurre? -pregunto en general.

La chica de al lado de mi habitación voltea hacia mí y noto que tiene lagrimas en los ojos.

Canciones Olvidadas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora