Capítulo veintiuno.

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Limpio las lagrimas de mis ojos y al instante en el que los policías salen mamá entra.

—Sólo vine a preguntar si todo está bien, los chicos están desesperados por entrar —sonrío de lado.

—Si mamá, diles que pasen.

Varios pasos se escuchan y una silla es arrastrada a mi lado. Me imaginé que habría un sillón, no una silla.

—Cuéntanos todo —dice Louis.

Suspiro y cuento de nuevo la historia, solo que ésta vez con más detalles. También les cuento lo que los policías me dijeron; que ésto será tratado como un caso confidencial ya que incluye a personajes públicos al igual que quizás ellos piensen que estoy muerta o algo por el estilo, aunque lo más probable es que sepan dónde estoy. También me informaron que al salir interrogarían a Thomas ya que sus declaraciones pueden ser importante, él conoce a ambos y les será útil cualquier tipo de información. Me aseguraron que iban a hacer todo lo posible por encontrarlos y me preguntaron si quería levantar una demanda en contra de ellos.

—¿Lo harás? Por favor dime que lo harás. Ésas escorias no pueden salirse con la suya, definitivamente tienes que hacerlo —opina Shelly cuando termino.

—Estoy de acuerdo Kia. Si no los detienes a la primera quizás haya una segunda —habla Ema.

—Tengo que hablarlo con mama, sé que soy mayor y toda la cosa pero quiero que ella me aconseje y aun no sabe lo que pasó —froto mi rostro con mis manos —Ahora díganme ustedes ¿Cómo fue que llegue hasta el hospital?

Hay un silencio y un suspiro de Louis se escucha, él es quien habla.

—Yo fui el que te encontró, junto con Ema. Maura me llamó preocupada preguntando si estabas conmigo. Le dije que no y se alteró aún mas cuando le aseguré que tampoco estabas con Shelly o con Ema, me dijo que habías salido a comprar comida a las trece y ya eran las diecisiete y aún no habías llegado. Thomas tampoco estaba contigo así que pasé por casa de Ema y los dos fuimos en mi auto a buscarte. No respondías las llamadas. Pasamos tres horas recorriendo todo Doncaster, yendo a lugares que conocíamos y preguntando por ti. Todos estábamos a punto de volvernos locos, la policía no quiso ayudarnos, decían que tenían que haber pasado veinticuatro horas de tu desaparición y apenas habían pasado siete. Para el punto en el que estábamos cansados, preocupados e histéricos fue cuando pasamos más allá del Riverhood, nunca pensamos que estarías por ése lugar, digo, nadie anda por allí y tú no saliste de la casa en auto.

>>Fue horrible Kiara, jodidamente espantoso. Estabas tirada casi en medio de la calzada, tu pierna tenía una posición rara, tenías sangre por toda el rostro y un pequeño charco estaba debajo de ti. Tuvimos mucho miedo ¡Mierda pensábamos que estabas muerta!... Llamamos a la policía, Ema dijo que no podíamos moverte porque tu pierna estaba rota o una mierda así. Le avisamos a Maura y a Thomas y todos vinimos al hospital.

Respiro hondo. Calculo en mi mente y cuando me lanzaron del auto eran alrededor de las quince. Pase cinco horas en medio de la carretera inconsciente.

—Yo… no sabía eso, no le pregunté a mama y ella tampoco me contó nada, supongo que estaba esperando a que le preguntara. Es horrible. Sé que pase dos días en coma por las contusiones pero no éso.

—Los malditos van a pagar —estoy a punto de preguntar quien dijo eso porque no puedo creer que la dulce voz de Ema haya soltado una grosería y sin una gota de alcohol.

-—Mierda Ema, controla tu vocabulario —la regaño y reímos.

—¿Estas lista para ver a Thomas? El tiempo de visitas terminará en una hora —asiento hacia donde creo que escucho la voz de Louis.

Canciones Olvidadas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora