Capítulo dieciocho.

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Le grito a Thomas que abra el auto y aún sobre el ruido logra escucharme. Un clic suena y abro la puerta para introducirme en él. Segundos después Thomas también logra hacerlo.

No sé qué clase de mafia tienen éstas chicas pero en un abrir y cerrar de ojos todo el cine estaba repleto de fans de Tommen que a duras penas y nos dejaron llegar hasta el auto. Thomas no fue grosero, simplemente dijo de manera amistosa que estaba en una situación personal y lamentaba rechazarlas. Claro que eso no bastó. Imagino que para mañana esto será noticia, tan sólo imaginarlo me da nauseas:

La nueva conquista de Tommen.

Agh, idiotas.

Siento frustración pues nuestra cita fue rotundamente arruinada y me doy cuenta de que había olvidado que Thomas es mundialmente famoso y por ende éstas situaciones son comunes para él. Pero no para mí.

-¡Mierda! -golpea el volante con sus manos y me sobresalto. Se da cuenta y me observa.

Doy un brinco cuando alguien pone su mano en el espejo de mi puerta y es una chica, muchas más vienen detrás de ella.

Thomas enciende el auto y los de seguridad llegan para poder abrirle el paso y apartar a las chicas para evitar algún accidente. Salimos del estacionamiento y comenzamos a andar por las calles de Doncaster.

No digo nada porque estoy molesta, me ordeno calmarme, si voy a aceptar a Thom debo aceptar también la fama que ha conseguido y por ende a todas sus fanáticas.

Mi corazón se estruja cuando comienza a tomar el camino a casa y quiero llorar porque ésta cita es un fracaso. Pero miro confundida a nuestro alrededor cuando nos detenemos, observo el lugar y sonrío recordando.

-El parque -susurro voltea a verme.

-Escucha, lo siento. Es algo que no puedo controlar, me advirtieron que no viniera sin ningún guardaespaldas pero no quise hacer caso. Lamento que la cita se haya arruinado -mira hacia abajo pero sonrío. Tan solo ver el parque y recordar me ha subido el ánimo.

-No. La noche aún no termina -alza la vista y le sonrío saliendo del auto.

Corro hacia el parque y subo a los columpios. Viene tras de mí y se sienta en a mi lado.

-Vaya, creo que soy un poco grande para ésto -suelto una carcajada porque a penas y puede sentarse.

-Hemos cambiado mucho desde la última vez que estuvimos aquí. No había venido desde que te fuiste, no podía, era demasiado doloroso para mí -admito en voz baja.

-Pues míranos ahora, dos años y juntos -sonríe.

Me levanto y camino hacia la banca que hay a un lado. Él hace lo mismo y toma mi mano. Hay un silencio durante unos segundos, silencio que él rompe.

-Me preguntaste cómo me deshice de la disquera -volteo a verlo pero su mirada esta fija en el piso -quizás no es una historia que quieras escuchar pero debes saber.

>>Lo que pasó en Londres me hizo tener fuerzas para enfrentar todo sin importar las consecuencias. Digamos que estaba cegado por la idea de poder estar juntos. Disculpa, no cegado, motivado, sí, esa es la palabra... Hablé con mamá, le dije lo que estaba a punto de hacer y ella estuvo de acuerdo, sólo quería lo mejor para mi, así que lo hice; escribí ese largo mensaje descargando un poco de lo que sentía, imagino que lo leíste.

Me observa y asiento. Sigue hablando solo que ésta vez no despega su mirada.

>>Por supuesto los abogados de la disquera comenzaron a trabajar rápidamente y me demandaron por querer violar el contrato. Iba a tomar el poco dinero que tenía a mano para contratar un abogado pero Bran me salvó. Le pidió a su padrino que por favor me ayudara y así lo hizo, fue mi abogado, en todo ése proceso otra disquera me contactó, ellos dijeron que podían sacarme de todo ése lío solo si aceptaba firmar para ellos. Dudé, lo hice demasiado pero el padrino de Bran dijo que el contrato era totalmente seguro y llegamos a un acuerdo en el que lo renovaría cada tres meses y así no tendría que estar atado por años si en algún momento quería abandonar la música. Ellos me ayudaron a ganar el juicio y a librarme de la demanda. Pero seguiré con la música Kiara. Es algo que me apasiona y amo. Sé que es nuestra primera cita pero no es nuestro primer encuentro así que lo diré; Amo la música pero te amo mucho más a ti. Sin ti no hay inspiración y sin ti no hay música. Te entenderé si no quieres pasar por ésto porque de nuevo me iría a Estados Unidos sólo que ésta vez con la seguridad de que volveré y de que seguiré siendo yo. Tú tienes la decisión.

Canciones Olvidadas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora