Diciembre 16, 2006.—Te ves hermosa hija —sonrío y me hace una seña para que me acerque. Lo hago —Sabes, siempre imaginé que Thomas y tú terminarían juntos, es decir, ustedes dos siempre estaban juntos y recuerdo que él te defendía cada vez que tenías problemas en la escuela o cuando alguien te molestaba.
Miro hacia el suelo sonriendo recordando esos momentos. No es que me molestaran mucho pero las pocas veces que los otros niños lo hacían recibían un puñetazo de Thom, aunque él era el que siempre salía perdiendo.
—¿Crees que papá estaría feliz? —sé que la pregunta la toma por sorpresa, su reacción me lo dice.
—Estoy segura que él estaría feliz de la mujer en la que te has convertido y bastante de acuerdo con Thom —me sonríe y también lo hago. Lagrimas amenazan con salir de sus ojos.
—Oh mama —la atraigo hasta mí con un abrazo y permito que llore en mi hombro.
Las veces que hablamos sobre papá son pocas, la verdad ni siquiera puedo recordarlo porque cuando murió por la leucemia yo apenas tenía unos meses de nacida. Fue muy duro para mamá afrontar criar a una niña sola, pero salió adelante y eso me hace sentir muy orgullosa. Papá fue el amor de su vida, como una vez me dijo, y aunque prácticamente sin mi está sola me ha dicho que le gusta de ésa forma, ella está consciente de que nadie ocupará el lugar de papa y tampoco quiere intentar llenar ése espacio, está bien de esa forma; sola. Por ello paso siempre las vacaciones en casa, quiero saber si ella está bien sin mí y acompañarla.
Me separo de ella y limpio sus lágrimas.
—Estoy bien estoy bien —sorbe su nariz y sonríe —sólo me hacía falta desahogarme un poco. Ahora, no te pongas triste por mí, ve, disfruta de tu cita y sé feliz cariño.
No puedo evitar lanzarme a sus brazos de nuevo y ella ríe pero me recibe con cariño. El timbre nos sobresalta a ambas.
—Yo abro, quiero saludar a Tommy —asiento y rio por el apodo que aún conserva para él.
Muerdo mi labio nerviosa. No sé a dónde vamos ni qué haremos y de hecho aún ahora me debato por mi elección de vestuario. Opté por un vestido casual con mangas cortas, ceñido hasta la cintura y luego suelto hasta la mitad de mis muslos. Unas zapatillas decoran mis pies y en general es algo sencillo.
Mi madre me llama. Doy una bocanada de aire y tomo mi pequeño bolso para atravesar la puerta de la cocina y ver a un Thomas que me observa intensamente.
Deduzco por su vestimenta que no vamos a un lugar muy formal. Lleva puesta una camisa de botones azul junto con unos jeans negros. Los aros en su oreja no están presentes pero el de la nariz sí. Rio y muerdo mi propio arito.
Mi madre carraspea y llama mi atención para darme una sonrisa y un pulgar arriba deseándome suerte. Desaparece por la puerta de la cocina.
—Vaya, tú, estás hermosa —sonrío y se acerca a mí.
—Gracias… Así que ¿A dónde iremos? —la curiosidad me come y el ríe.
—Aún no lo sabrás. No es nada grande pero sí es especial porque estaremos juntos —bajo mi cabeza tímidamente pero él pone su dedo y alza mi mentón.
Me ofrece su brazo y lo tomo. Caminamos hasta su auto mientras mi corazón va a mil por hora.
—Tengo una pregunta… Bueno en realidad tengo muchas preguntas —ríe concentrado en el camino y no puedo evitar observarlo.
—Pues adelante, supuse que las tendrías. Yo tengo muchas respuestas.
Muerdo mi labio y ordeno mi formulario de preguntas porque la verdad es que son muchas.
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Canciones Olvidadas.
Teen FictionThomas sólo quería compartir su talento, sólo quería poder llegar a los corazones de la gente con sus letras y su voz. Con aquellas canciones inspiradas en lo que a escondidas sentía por ella. Pero la ambición fue más fuerte y lo sobrepasó como una...