Destinada
Destinada a ser grandes cosas, ser… grande, conocida mundialmente, que cada vez que su nombre se escuche decir, vaya acompañado de un “¡Oh…!”. Al menos, eso es lo que siente ella, lo que quiere. Pero no puede. Siente que puede hacer cualquier cosa que ella quiere, que tiene la habilidad necesaria para hacerlo, lo siente. Pero no puede. Siente la energía correr por su cuerpo cada vez que ve a alguien haciendo algo asombroso, siente que lo puede hacer, que lo puede lograr si eso es lo que decide. Pero no puede. Siente la necesidad de hacer tales cosas, de salir a correr y no parar nunca más, de sentir la adrenalina corriendo por sus venas. Pero no puede. Ella lo quiere hacer, lo necesita, lo desea. Pero no puede. Ella quiere que reconozcan su esfuerzo, sus habilidades. Pero no puede. Lo siente en el fondo de su corazón, algo que la impulsa a hacer tales cosas, a querer hacerlas, a necesitar hacerlas. Pero no puede. Siente que… está destinada a ser grande, lo siente. Pero no puede. No puede porque tiene miedo, miedo a fracasar, que se rían de ella, a no poder lograrlo. No puede porque tiene miedo que duela, que al final de todo el largo y duro camino, no pueda lograr nada, que no llegue a ser nada, solamente un persona más que vive en gran y maldito mundo llamado Tierra. No puede… porque tiene miedo, porque “ella”, soy yo.
