El Joker

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El Joker

Con una sonrisa encantadora y ojos amables, me extendió una bonita carta en la cual se veía dibujado al Joker en el centro. La  tome entre mis manos; unas corrientes eléctricas recorrieron todo mi cuerpo, de pies a cabeza, ida y vuelta sin parar. Mis piernas cedieron y caí al frio suelo, sin sentir dolor alguno, cerré los ojos.

Una carta blanca giraba en el medio de un salón igual de blanco. Giraba y giraba, cada vez más rápido. Hasta que se detuvo, mostrándome al sonriente Joker, que me regalaba su exótica sonrisa.

Un lado de la carta.

Siempre tienes dos opciones, la que esta relativamente bien y la otra. Nadie dijo cual era la que debías escoger, pero el sentido común se ocupa de nominar a una como «correcta» y a la otra como «incorrecta», claro, dependiendo de tu situación, y tú eliges lo demás. Puedes elegir la opción incorrecta, pero eso da igual, lo importante es lo que decidas mostrar al mundo entero. Y aquí viene lo interesante, si bien puedes elegir la opción denominada como «incorrecta», tu puedes elegir mostrarte al mundo como si hubieras escogido la opción denominada como «correcta». Un lado de la carta… escondida para los espectadores de las sombras, que observan en silencio a su nuevo compañero de alma, sin rencor, sin criticar, le dan la bienvenida a su nuevo amigo que sin preocuparse de nada más camina feliz hacia el bando que eligió inconscientemente, que lo acogerá y cuidara como uno más, sin darle importancia alguna a sus decisiones tomada anteriormente. Esto es lo que podría llamarse el… «Lado incorrecto» según como se lo mire.

La sonrisa del Joker fue desapareciendo a medida que la carta se giraba lentamente en un grado de 180, ahora, dejando a la vista al As de corazones, piques, tréboles y rombos.

El otro lado de la carta.

Siempre hay dos caminos por los cuales puedes caminar como tú decidas. Siempre… deciden el camino que los beneficie más que el otro y sin importar que, se muestran como son, da igual lo que hayan hecho para llegar hasta donde están ahora mismo, ellos son felices y no les importa en lo más mínimo lo que los demás piensen de ellos. Tienen su decisión tomada y así será, hasta el día de su muerte. El otro lado de la carta… enseñada a los idiotas avariciosos que desean con fervor seguir los mismo pasos que su portador, alabando a un sin sentido esplendor de gloria y dinero, que recibe sus halagos con enormes sonrisas en el rostro, saludos sutiles y gestos agraciados, que luego son odiados a espaldas del portador de tal riqueza e idiotez, más aun de los ignorantes que le lustran los zapatos para poder obtener sus dineros. Esto es lo que podría llamarse como el… «Lado correcto» según con que ojos lo mires.

Mis ojos se abren y vuelvo a la realidad. Unos ojos agradables y una sonrisa encantadora me reciben, me ayuda a levantarme del suelo, y en el momento en el que cruzo por su lado, escucho que me susurra:

«Oh, pero crees que me eh equivocado. Pues yo no, da igual, soy el comodín y puedo ser cualquier carta del mazo, así que para mí… todo está mezclado»

Pero, podría jurar que él nunca había abierto la boca para decir tales palabras, es más, cuando me gire para comprobar que lo que había escuchado provenía de aquella boca, solo puede ver un pequeño atisbo de su sombro desapareciendo por la  vuelta de la esquina y una carta con un sonriente Joker que caía lenta y pausadamente hacia el suelo.

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