. ━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO DIEZ HOW DOES SHE KNOW YOU LOVE HER? ━━━━━━━━━━━━
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Horas antes de la llegada de los villanos
CAMINABA DE UN lado a otro buscando las palabras correctas.
— Querido Hector yo... agh soy pésima en esto. Debería seguir con lo de la bienvenida en lugar de perder el tiempo en esto...
Bianca tenía demasiadas cosas en la cabeza y no podía concentrarse por ese maldito y hermoso pelirrojo, incluso hasta había mensajeado con Eric pero se encontraba ocupado y no podría "entretenerla" un rato.
Buscaba la forma de disculparse por su actitud pero a la vez de ¿rechazarlo? Pero era tan difícil, ella no quería eso y seguir haciéndose la loca con el tema ya no seguiría funcionando como hasta ahora. Pero si era necesario lo haría hasta que se le ocurriera un mejor plan.
Seguía repasando cosas de la fiesta aunque ya todo estuviera listo no porque quería la perfección absoluta, solo ya no tenía nada más en que poder distraerse.
Todo el drama consigo misma no pasaba por alto por alguien muy cercana a ella, Mariela.
La estuvo ayudando con ciertos detalles, decoraciones y con las porristas. Toda la semana tuvo esa rara actitud y sus sospechas fueron confirmadas ese mismo día cuando la espió por unos segundos y "practicaba" las palabras que le diría a su primo.
Rodó los ojos.
No entendía porque ambos se lo complicaban tanto, el la quería, ella lo quería ¿cuál era el problema? Ah si, su "propósito" y esas cosas con las cuales ya la tenía harta. No decía que estuviera mal pero era muy exagerado el no dejarse querer por algo que no tenía nada que ver, pero conocía la estúpida ideología de Bianca, creía que al tener a Héctor se haría más vulnerable o débil, en lo cual estaba totalmente errada.
Y así como también tenía el conocimiento de que aunque no lo admitiera y con o sin ser novios Héctor ya era su debilidad, siempre fue su talón de Aquiles un tema demasiado delicado y confuso para ella. No era la misma cuando estaba con personas que le daban igual que con el. Pero esa venda en los ojos que se negaba a quitarse era su problema.
Mariela era muy diferente en ese aspecto. Ella no tenía si quiera la intención de parecerse o superar a su madre, cada una era diferente y aquellas diferencias las hacían ellas mismas, no sería una copia ni una versión mejorada, le gustaba quien era siendo ella misma. Aunque no fuera libre del todo, las etiquetas y tantas opiniones en su vida la tenían aterrada y encerrada en un escaparate de moda y perfección.
Volviendo al tema incluso una vez entre todos — claro que sin Héctor y Bianca— apostaron sobre ambos, cuando andarían y ese tipo de cosas, el único que prefirió guardarse su dinero fue Chad, solamente dijo: