━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO DIECINUEVE BROKEN HEART ONE MORE TIME ━━━━━━━━━━━━
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MAL MOVÍA EL BRAZO con notable molestia en cambio Jelsen prefería ni acercarse, estaba seguro que si hasta respiraba cerca de ella podría morir. Lo mejor era no arriesgarse. Igual la ayudaba pasándole los ingredientes con sus justas medidas listas para echar al tazón y preparar otra poción.
Las clases ya habían terminado y mientras todos estaban en sus clases extracurriculares ellos se vieron en la necesidad de preparar otra mezcla ya que la anterior alguien la había usurpado y solo sabrá Zeus que hicieron con ella.
Mal estaba pensativa — pero más que nada molesta con el idiota que le robó su fórmula — trataba de imaginar quién fue el que la robó. Y cuando lo encuentre lo o la mataría.
— ¡Agh! — azoto molesta la cuchara en el tazón — ¡Tardamos mínimo creo tres intentos antes de la ultima de la cual no estamos seguros que haya funcionado, aun faltaba la lágrima y seguimos en la misma mierda! — gruñó mientras se alejaba del boil en cambio Jelsen se acercó y siguió batiendo.
El peliblanco suspiro preparado para decir sus primeras palabras después de media hora de silencio.
— Solo quedará estar muy al pendientes de los alumnos. Una pareja extraña..., alguien actuando muy feliz o enamorado...
— ¡Si! — grito obvia haciendo que el chico diera un respingo en su lugar — ¡Pero el daño ya está hecho! — se cubrió la cara desesperada — Nos cuesta mucho hacer una simple poción de amor ahora imagínate con el hechizo anti-amor... Si el hada madrina nos descubre me regresará a la isla.
Jelsen miró a su amiga con pena y con cuidado se acercó a ella y puso sus manos en los hombros de la pelimorada despacio esperando que no reaccionara de mala forma por el contacto físico. Ella destapó su rostro y lo miró algo aturdida, ese tipo de apoyo era nuevo, hizo un intento de sonrisa para el chico mientras el la tranquilizaba con la mirada.
— Estaremos bien ya lo verás, el hada madrina es la persona más bondadosa que conozco. Solo debemos tener cuidado y practicar más, todo saldrá bien.
Mal se le quedó viendo a los ojos sin saber exactamente qué sentía, simplemente no quería alejarse.
Podría ser una escena bastante turbia para cualquiera de sus conocidos siendo que ambos eran las personas más frías y secas de todo Auradon.
— ¡Mal! — habló una voz entusiasmada en la entrada de la cocina y ambos chicos se alejaron nerviosos uno del otro.
Crystal sin notar nada raro en aquel momento corrió a abrazar a la pelimorada muy feliz. Le agradaba tanto esa chica y la veía tan escasa de amor que se juró a si misma que le daría todo el cariño posible.
