. ━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO DOCE NICE TOO MEET YOU, CARLOS ━━━━━━━━━━━━
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día de la bienvenida
HECTOR ESTABA LO que seguía de triste, estaba enfadado, furioso.
Bianca literalmente lo había dejado con el corazón en mano en su habitación, y lo peor es que ya no había vuelta atrás.
Se calmo y por fin fue a darles su canasta a los hijos de Cruela de Vil y Jafar.
Tocó aún un poco molesto, pero no quería ser grosero con los estudiantes de intercambio.
No escucho respuesta del otro lado así que abrió la puerta confundido encontrándose con ambos descendientes en el suelo peleando por el control remoto.
— ¡Primero el chocolate! — Reclamó el peliblanco mientras forcejeaba — ¡Ahora esto! ¿¡Siquiera sabes usarlo!?
Héctor aún anonadó por eso carraspeó anunciando su presencia haciendo que los chicos desde el suelo lo miraran, el más joven lo miró como su salvación mientras que el de pelo largo le lanzó una mirada molesta.
— ¿Quién eres y que quieres? — preguntó de forma brusca Jay.
Iba a responderle pero la voz del otro chico lo interrumpió.
— Ayúdame — le extendió la mano con voz ahogada.
Héctor resoplo y se acercó dispuesto a separarlos pero el chico Arabe se paró antes frente a él como retándolo. El pelirrojo quiso reír, no era por sonar presumido pero ese chico no tenía ni idea de con quién se metía, el era más alto que el cómo por diez centímetros además por ser un semi-dios lo superaba en fuerza.
— Bienvenidos a Auradon — sonrió tranquilo como si nada y pasó de largo al de gorro y posteriormente ayudar a levantar al que suponía era hijo de Cruela.
Carlos le sonrió un poco, agradecido. Gesto que Héctor respondió. Tampoco quería empezar mal con ellos y como dijo antes, contenía su enojo por lo antes sucedido con Bianca. La tenía fácil con el pequeñín, lucia agradable y tranquilo, el otro chico parecía una patada en los...
— Mi nombre es Héctor, hijo de Hércules — se presentó mientras dejaba en una pequeña mesa la canasta de bienvenida que Bianca había preparado.
