Capítulo 14

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Sakura había olvidado por completo que tenía una cita con Karin para ir de compras. Se acordó cuando oyó al perro ladrando junto a la puerta a las once de la mañana.

Nada más abrir, entró la pelirroja con cara de preocupación y le dio un abrazo.

–¿Estás bien? –dijo Karin a modo de saludo–. ¡Válgame Dios! ¡Qué historia tan repugnante publica esta mañana la prensa! –se echó un paso atrás para mirar a la pelirrosa–. No creerás una sola palabra de eso, ¿verdad? –Sakura se mordió el labio inferior, pensando la respuesta–. Sasuke no te mentiría nunca. Puedes fiarte de él. Suigetsu me dijo que la palabra es ley para su hermano. Si él te dijo que no se acostó con esa mujer, es que no lo hizo.

–Estuvo a punto de hacerlo –dijo al fin la ojijade, sintiéndose ofendida de nuevo.

–Pero no lo hizo, eso es lo que importa –dijo la chica tomando a su amiga del brazo–. Hay algunas mujeres que son verdaderas depredadoras sexuales. Ven a un hombre rico y poderoso como un trofeo a conquistar. Pero Sasuke es demasiado inteligente para dejarse atrapar por una cazafortunas de poca monta como ésa. Confía en él. Está empeñado en sacar adelante vuestro matrimonio y por nada del mundo haría ahora una cosa así.

–Hace sólo un par de meses que le conoces y parece como si lo conocieras ya mejor que yo –dijo la pelirrosa con una triste sonrisa.

–Bueno, conozco muy bien a Suigetsu y creo que los dos hermanos están cortados por el mismo patrón –dijo la de lentes–. Y ahora, salgamos de compras. He dejado a Katsu muy contenta con Hitomi, pero tampoco quiero abusar. Mi suegra está muy triste tras la muerte de Madara. ¿Cómo se lo está tomando Sasuke?

–No habla mucho de esas cosas –respondió la ojijade–. Para él, es un hecho más de la vida. Siempre se lo toma todo así. Nunca exterioriza sus sentimientos, pero estoy convencida de que sufre cuando está solo. Ahora está fuera de viaje.

–¿Le dijiste que ibas a salir de compras?

–No, no me lo preguntó –dijo ella moviendo la cabeza–. Lo único que sé es que no quería que fuera con él.

Karin frunció el ceño.

–Quizá no quería que te cansases con tantas horas de viaje. Alojarse en un hotel, aunque sea de la cadena Uchiha, puede resultar agobiante, especialmente estando embarazada.

–No sé...

–Tú querías realmente estar con él, ¿verdad? –dijo la chica tocándole un brazo afectuosamente.

Sakura se mordió el labio de nuevo para contener las lágrimas.

–Lo que realmente quiero es que me ame. ¿Es eso mucho pedir?

– ¿Cómo sabes que él no te ama? –Exclamó Karin–. Hay muchas formas de expresarlo, además de con palabras. Sé que las palabras son importantes, yo necesito oírlas también. Pero algunos hombres no se sienten a gusto revelando su amor a la persona a la que aman. Son cosas de hombres.

– ¿Y a ti?, ¿te dice Suigetsu que te ama?

–Sí, pero no me lo dijo hasta después de nuestra reconciliación. Ten paciencia, Sakura. Hace sólo unas semanas estabais enfrentados en un enconado divorcio. Supongo que no está dispuesto a que puedas tener algún poder sobre él, confesándote lo mucho que te necesita y te ama. Podrías sacar provecho de ello. Ningún hombre en su sano juicio querría hacerlo y menos un Uchiha. Ya sabes lo orgullosos que son.

Sakura sabía que su amiga tenía razón, pero lo que no creía era que Sasuke la amase como ella como ella deseaba. Lo único que podía hacer era esperar a que su hijo consiguiese hacer su relación más sólida. Quizá entonces, él pudiera abrirle su corazón y decirle lo que sentía realmente por ella.

Divorcio para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora