Capítulo 2. Un nuevo rumbo

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En la actualidad

Un cuervo negro como la noche y con bombín sobrevolaba el puerto de Duckburg, buscando un barco en concreto. Como cada mañana, volaba hacia allí y se posaba en un rincón para observar qué hacían los ocupantes de ese barco, un pato adulto y tres hermanos trillizos, sobrinos del pato adulto. Desde que les encontró viviendo en ese barco anclado en el puerto de la ciudad, ni un solo día había dejado de vigilarles, tratando claro está de evitar que ellos le vieran.

Su vida, en los últimos diez años, no había sido nada fácil. Se había visto forzado a vivir atrapado bajo la apariencia de un pájaro común y corriente, quedando además totalmente despojado de sus poderes. Ahora tenía que actuar como uno de ellos para no llamar la atención, mientras vigilaba y trataba de descubrir la identidad del pato que le había hecho eso. Algo que hasta el momento todavía no había logrado determinar.

Sabía que el responsable de su actual estado era uno de los niños a los que trató de secuestrar esa noche hace mucho tiempo, pero por desgracia, no era capaz de decir cual de los tres había sido. Los observó con atención, mientras iban creciendo, tratando de descubrir si alguno de los tres, o tal vez todos ellos poseían magia, pero no dio resultado. Ninguno de ellos dio muestras de poseer magia o de verse atraído hacia ella.

Tal vez eso fue porqué Donald era muy sobreprotector con esos niños, en serio, de un modo exagerado, parecía que nunca les quitaba los ojos de encima, y cuando lo hacía era porqué él estaba trabajando y había otra persona con los niños. Aun así, Poe había seguido muy de cerca el crecimiento de los tres patitos. Sabía sus nombres, cuál era el mayor, el mediano y el más joven de los tres, y también conocía bien sus personalidades.

Huey, el que vestía de rojo, era el hermano mayor, era el más responsable de los tres patitos, y siempre parecía querer proteger a sus hermanos, hasta el punto en que en ocasiones parecía dispuesto a sacrificarse por ellos, asegurándose de que los otros dos estaban a salvo, ese comportamiento desinteresado era el mismo que el del niño de esa vez, pero, por otra parte, al trillizo mayor le apasionaba todo lo que tuviera que ver con la ciencia, y con los hechos reales y experimentables, Donald parecía, tal vez conscientemente, haber alimentado esa faceta del niño, hasta el punto en el que el chico anunció que quería unirse a los Junior Woodchuck, acrecentando así su pasión por la lógica y rechazando la idea de que pudiera existir nada sobrenatural. Eso lo alejaba de la posibilidad que él fuera el niño que le derrotó hacía años. Pero también parecía tener cierto miedo a lo desconocido, el mismo miedo que mostraban los tres patitos cuando Poe los vio por primera vez, ese miedo podría significar que su subconsciente estaba abierto a la posibilidad de la existencia de algo más que lo lógico, lo que, aunque muy improbable, también lo convertiría en un posible poseedor de magia.

El segundo de los hermanos se llamaba Dewey y vestía de azul, él era un niño inquieto y revoltoso, parecía tener energía sin límites, algo bastante común entre los magos y hechiceros, pues para realizar según qué hechizos, se gastaba mucha energía, y si el mago no tenía suficiente fuerza o no estaba entrenado en realizar ese tipo de hechizos, eso podría llevar a un resultado infructuoso y hasta peligroso. Además, al hermano mediano se le solían ocurrir ideas descabelladas a las que, sin nadie saber cómo, solía arrastrar a sus otros hermanos, lo que solía terminar en broncas y castigos por parte de su tío. Ese niño, con su instinto aventurero y abierto a la posibilidad de que existieran toda clase de fenómenos, naturales o paranormales, parecía el candidato idóneo para poseer magia, pero sus ansias de destacarse por encima de sus hermanos lo hacían parecer un poco egoísta en ocasiones, en demasiadas en realidad, lo que discrepaba considerablemente con la actitud que mostró el bebé que buscaba.

El hermano más joven vestía de verde y se llamaba Louie. A simple vista el chico parecía ser bastante perezoso y tranquilo, sólo preocupándose por él mismo y sus propios intereses, pero al mismo tiempo, ese niño poseía una extraña habilidad para conseguir todo lo que quería sin apenas esforzarse, era probablemente mucho más listo y maquinador de lo que la gente le daba crédito, con una inteligencia tal vez comparable a la de su hermano vestido de rojo. Algunas de sus maquinaciones eran casi maquiavélicas y únicamente sus hermanos parecían darse cuenta de eso, y tan conscientes parecían que comenzaron a llamar a su hermanito con un apodo, el "trillizo malvado". Poe sentía que el carácter de ese niño lo hacía bastante adecuado para la magia... especialmente la magia negra, pero al igual que el niño de azul, al hechicero convertido en cuervo le costaba ver en ese niño al bebé que le plantó cara para defender a sus hermanos, aunque... por otra parte, con este chico, la posibilidad de que se pusiera de pie para hacer frente a quien intentara hacer daño a su familia también era muy posible, aunque no lo mostraba muy a menudo. Otro aspecto de ese chico que a Poe le llevó bastante tiempo descubrir, era que se trataba de un patito bastante sensible, y aunque enmascaraba muy bien sus emociones, estaba claro que muchas de las cosas que sucedían a veces le afectaban, profundamente, eso lo hacía buscar consuelo en sus hermanos mayores, especialmente Huey. Tal grado de sensibilidad también era usual entre los que poseían magia.

Un gran poder conlleva... muchos problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora