Capítulo 21. A pesar de todo, siempre seremos familia

227 10 59
                                    

Después de ese grito, el tiempo pareció ralentizarse para Huey, no sabía qué estaba pasando exactamente. Era consciente que una intensa luz brillaba ante él, podía notarla a pesar de sus párpados cerrados, al igual que también notó el calor reconfortante que acompañó esa luz. Su cuerpo se movió por instinto y su otra mano también apuntó hacia donde recordaba que estaba su hermano menor con la moneda y entonces lo notó, una extraña sensación saliendo de él y viajando por sus brazos. Huey abrió los ojos y se vio a sí mismo envuelto en una luz blanca, y en ese instante, de sus manos salió un rayo de luz, una luz cegadora que rompió la burbuja que lo mantenía prisionero y viajó velozmente hacia Dewey y Scrooge.

Huey no sabía exactamente qué acababa de pasar o más bien, qué acababa de hacer él, sólo sabía dos cosas, que fuese lo que fuese lo que había hecho, había liberado a su tío-abuelo de la moneda, al mismo tiempo que también lo había protegido junto a Dewey del ataque de Magica. Y la segunda cosa qué sabía, era que estaba agotado después de hacer eso, en realidad, más que cansado, se sentía exhausto.

Huey seguía envuelto en esa luz blanca que lo mantenía flotando, pero cuando la luz se desvaneció, la gravedad inmediatamente tiró de él y cayó. Afortunadamente había una de las montañas de dinero de su tío cerca, por lo que cayó sobre las monedas y comenzó a rodar montaña abajo. Siguió rodando y rodando hasta que llegó a los pies de esta, luego se quedó inmóvil, mareado y débil. Sintió que ni siquiera tenía fuerzas para moverse.

Podía escuchar sonidos de lucha de fondo, y también las voces de su tío-abuelo y de Magica, aunque no podía entender qué se decían, su mente estaba demasiado confusa para eso, para él todo eran murmullos ininteligibles. Huey sintió que alguien le tocaba el hombro y hacía rodar su cuerpo para que quedara boca arriba.

El chico trató de abrir los ojos, de ver quien le movía, pero sus párpados se negaban a cooperar. ¿Por qué estaba tan cansado? En realidad, lo único que quería hacer el trillizo mayor era dormir y descansar (se sentía como si necesitara dormir una semana entera). Le encantaría poder olvidarse de todo lo que estaba pasando y sentirse seguro nuevamente con su familia en la mansión...

"¿Huey?" preguntó una voz asustada de repente. Huey pudo distinguir la angustia en esa voz...

"Huey ¿estás bien?" preguntó la voz nuevamente. Huey reconoció esa voz, era Louie, Louie le estaba llamando, y su hermano sonaba preocupado, casi parecía estar al borde de un ataque de nervios.

Escuchar la voz de su hermano hizo que Huey se esforzara nuevamente y más que antes en abrir los ojos. Lenta y pesadamente, logró separar sus parpados, y la vista borrosa y distorsionada de su hermano menor le recibió. Louie sonrió aliviado, aunque claramente seguía preocupado por el aspecto que presentaba el trillizo vestido de rojo y Huey no podía culparlo, lo que había visto de sí mismo le había sorprendido, mucho, ¿qué debía haber sido verlo desde afuera?

"Oh, Huey, ¿estás bien?" preguntó Louie un poco más tranquilo que antes, pero todavía bastante angustiado.

Verle en ese estado, hizo que Huey sintiera la urgencia de hacerle saber a su hermano que estaba bien, pero la verdad, seguía tan cansado que lo que hizo fue responder con voz débil y sincera:

"He... es... estado m-mejor"

Louie soltó una risita nerviosa, aunque trató de disimularlo, y luego con una suave sonrisa, le dijo al patito vestido de rojo:

"Oye, sé que tal vez no es el mejor momento, pero lo que has hecho hace un momento ha sido bastante impresionante"

Huey parpadeó nuevamente, su visión era mucho más clara ahora, a continuación, sonrió suavemente y preguntó:

Un gran poder conlleva... muchos problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora