—"Pimentel, tu entrada sin que la pasma sospeche, son los conductos de ventilación".— escucho a Zabdiel por el pinganillo de mi oído.
—"¿Alguno sabe si en unos conductos alguien puede morir?"— agrega Johann.
—"Vera, cierra la puta boca".— le pide Zabdiel. —"¿Cabrera, estás en posición?"—
—"Estoy en posición".— dice mientras empiezo mi camino en los conductos
—Camacho, te toca.— digo una vez he llegado al final del camino.
—"Ah sí."— cinco minutos después, escucho tres disparos la cual es mi señal.
Subo sin mayor dificultad a los conductos de ventilación del banco, y me arrastro en ellos mientras escucho gritos y suplicas a través de mi pinganillo.
—"¡Buenas tardes señores!"— habló Richard. —"Por si no se habían dado cuenta, esto es un pequeño asalto".— vaciló un poco.
—"Las personas que apreciéis vuestra vida, por favor dejad vuestros objetos de valor en la bolsa negra que voy a pasar y agachaos al suelo con las manos en la cabeza. Los que ya queráis iros, quedaos de pie y yo me encargo de que dejéis este mundo con pase VIP".— pidió después de una pausa, payaso hasta rompiendo la ley.
Tras unos minutos, salí de los conductos dando directo al interior de la caja fuerte y empecé a coger pasta como si de eso dependiese mi vida... que en realidad es así, como nos pillen no salimos dentro de 60 años, mínimo. Yo no sé otros, pero a mí eso de pasar mi juventud en una cárcel como que no llama mi atención.
—¿Puedes darte prisa con ese dinero?— me pide Yoandri. —Soy muy joven y hermoso para la cárcel.— divo.
—"Si lo que te preocupa son las duchas, no te preocupes, ese culito tuyo es todo mío, nena."— dice Johann para fastidiarlo.
—Gilipollas.— le dice mientras me pasa las bolsas con el dinero falso y sonrío.
—"Vosotros, dejad el momento gay y poneos al loro; ya después te lo follas, Vera".— dice Richard.
—"Tenéis tres horas para salir de ahí. Cabrera y Pimentel, vosotros tenéis una hora".— avisa mientras le pasó tres bolsas repletas de dinero a Yoandri.
—Recibido.—
—No sé vosotros, pero a mí no me da la puta gana de que unos maricones vean mi culo y mi polla cuando me ducho.— dije cuando iba por la quinta maleta.
—"A mí si sólo es con Cabrera, acepto."—
—Jódete.— le dice desde arriba agarrando la bolsa.
—"Señora tranquila que no vamos a matar nadie."— Richard intenta clamar a una señora muy pesada con que no la maten. —"¡García! Deja de comer y haz tu trabajo."—
—"Sólo a ti se te ocurre traer comida a un atraco."— dijo Zabdiel.
—"Es vuestra culpa, no me dejasteis comer antes de venir a robar."— se excusó.
Sé que es increíble porque parecemos salidos del circo, pero aquí donde nos veis, somos la banda más temida de Europa.
Se podría decir que somos algo así como sicarios que organizamos robos a bancos para matar el tiempo, necesidad no tenemos si soy sincero, pero es divertido.