Vecinos ➥Baekyeon (EDITANDO)

Capítulo 18

Les seré sincera.

No estoy bien.

¡BESEEEEEEEEEEEE A BAEK! Creo que estoy a punto de volverme loca. Pasó ayer pero todavía no puedo olvidar eso. Incluso soñé que lo besaba.

Sentí algo en mi estomago pero era que tenía que ir al baño.

No puedo, no puedo, no puedo. En realidad no sé que me pasará cuando si da la casualidad de que nos besemos. Tal vez me de un infarto y pum, se acabo la historia de su kuin.

Bien, todo iba muy bien. Por lo menos puedo ya hablar un poco con papá. Antes ni nos podíamos ni siquiera ver porque comenzaba la pelea. No se que me pasa, cambiando de tema, ya no soy la misma de antes, para nada. Antes hacía todo pero todo tipo de locuras. Después de que conocí a el tocinito no soy tan loca.

Me siento algo rara, por lo que dijo la "señora" aquella vez. ¿Será que tengo que confesar mis sentimientos? Cielos, no se como pude enamorarme de él, si fuera la yo loca de antes estuviese diciendo que solo tengo una obsesión con él, pero no es así. Siento algo más, pero lo más doloroso del amor es que no sabes si esa persona también tiene sentimientos por ti. Causa intriga, y no es que voy a ir y le pregunto si siente algo por mi ¡No! Aunque sería buena idea.

—¡Taeyeon, baja a desayunar!

—¡Voy!

Por primera vez en mi vida me siento tan indefensa, tímida, no ser capaz de decir lo que siento nunca fue lo mio. Lo mio es decir lo primero que se me ocurra. No soy de esas chicas tímida que tienen amoríos de seis a siete años ocultando. No va conmigo. Solo quiero ser fuerte y decirle.

—¡Taeyeon!—Me paré de la cama y salí de mi cuarto, bajé las escaleras. Dejé mi mochila en la mesa y fui al comedor.

—Buenos días, mami.—La abracé por la espalda y ella sonrió.

—¿Estas cariñosa porque sabes lo que hiciste, eh?

—¿Que hice?—Pregunté acomodando mi flequillo.

—Te comiste todos los tocinos de nuevo.

Ah, eso. Jiji, es que me recuerdan a mi Baek y me imagino que me lo como completo. Bien, debo ir a un psiquiatra.

—Ya, mamá, si quieres voy y compro.—Se volteó y me miró sin poder creerlo.

—¿Tienes fiebre, cierto?—Tocó mi frente y negué.

—Estoy mucho más sana que un niño de cinco años. No te preocupes, soy una chica responsable e iré a comprar después de que salga.—Mordí un sándwich.

—Estas cambiada, hija.—Me sonrió y cuando iba a decir algo escuché una voz chillona. Mamá me dio el dinero y luego escuché más cerca la voz.

—Hello, mami.—Pasó a mi lado y besó a mamá.

—¿Y esa alegría?—Bajé la cabeza mientras me comía mi sándwich viendo mis mensajes.

—Lo que pasa es que hoy saldré con un chico.

ALERTAAA.

Giré rápidamente hacía ella pero para que no se dieran cuenta volteé de nuevo. Esto es algo muy raro, no, ¿y si es el tocino? NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

—¿Ah si? ¿Con quien?—Pregunté y me miró con una ceja alzada.

—Con un chico.

Tonta.

Terminé mi sándwich y cogí mis cosas. Salí y afuera me encontré con Baek.

Cielos, la curiosidad me comía por dentro, devorando poco a poco mis intestinos.