Las noches siguientes fueron como de costumbre: llegaba al club, realizaba mi show y me iba a casa. No había visto a Justin, y me pareció extraño, ya que me había dicho que me esperaría en la salida todas las noches hasta que aceptara salir con él. Tal vez se había cansado. Suspiré. No me importaba, ¿verdad? Era mejor para mí si él se cansaba de ir detrás de mí.
Estaba en mi camerino preparándome para salir y servir. En el club nos turnábamos para servir las bebidas a los hombres, tres veces en una semana me tocó el turno para servir
bebidas y sonreír a todos los hombres.
Oí que llamaban a la puerta.
- ¡Rose! ¡Soy yo! - exclamó Alain. Noté su tono, y supe lo que eso significaba. Por lo general, cuando Alain tenía un tono de exclamación en su voz, era entonces cuando tenía algun chisme que contar. Abrí la puerta y se metió dentro con rapidez.
- ¿Qué pasa? - le pregunté, mientras buscaba la ropa interior. Elegí un short corto negro, y un top a conjunto ajustado en la cintura.
- Así que hoy de negro, ¿eh? - me preguntó mirándome mientras me
ponía mi ropa. - ¡Vaya! ¡Tienes unos pechos muy bonitos! - dijo, cuando me quité el sujetador para ponerme el top.
- ¿Cuál es el chisme? - pedí, porque estaba segura de que ella no estaba allí para halagar mis pechos.
- Bueno, Kage me invitó a salir. - dijo sonriendo. Oh, así que finalmente había decidido dar un paso más en esa loca relación de sexo que tenían.
- Eso es bueno.
- Supongo que sí. Pero ya sabes, no he tenido una cita desde hace tiempo. - explicó preoucupada. - Me refiero a que todo lo que he estado haciendo es desnudarme y ****. - ella encendió un cigarrillo. - ¿Qué pasa si las cosas se enredan?
- Es sólo una cita, Alain. No es como si estuvieras preparándote para un examen, sólo tienes que ir y divertirte. - dije sonriendo.
- Tienes razón. - ella respiró el humo. Me acerqué al espejo. Me peiné mi cabello castaño largo, y echo el polvo facial para iniciar mi maquillaje.
- ¡Ah, casi se me olvida! Oí a Megan hablando con el jefe.
- ¿Y qué?
- Le estaba pidiendo que la próxima vez que el chico caliente viniera, se ofreciera ella. - habló emocionada, como si hubiera descubierto un nuevo planeta. Pero eso fue interesante, a veces, cuando teniamos clientes calientes, nuestro jefe tendía a ofrecer las mejores chicas a los clientes más ricos. Así que Megan quería ser ofrecida a Justin. - ¡Eso no es todo! También dijo que no habías echo un buen trabajo, porque él no ha vuelto.
- No entiendo por qué me odia, en serio. - dije. Oímos un golpe en la puerta. Alain fue a abrir.
- ¡Lo sabía! - nuestro jefe entró dentro. - ¿Qué estás haciendo aquí? Saca tu **** a trabajar ahora. - rodé los ojos mientras me ponía la máscara. Él acostumbraba a cambiar de estado de ánimo como una persona bipolar. Un minuto estaba contento, y al siguiente enfadado sin ninguna razón. Alain y yo salimos del camerino. - Y Alain, que ésta sea la última vez que te vea holgazanear. - le amenazó, y desapareció por el pasillo.
- Es una locura. - dijo Alain cuando entramos en el bar.
- No... ¿cómo puedes decir eso? - dije con sarcasmo.Nos acercamos a la barra. Paul, el camarero, estaba realizando un show
con botellas de whisky. Era guapo y musculoso, pelo rubio y ojos azules. Todo el mundo comenzó a aplaudir cuando él terminó.- ¿Cómo va la noche? - le pregunté sonriendo.
- Gracias a dios que estás aquí. - suspiró con alivio. - Alain, zona 4 y 5. - le dijo.
- Nos vemos. - susurró Alain caminando hacia su zona. Era un club, así que el club se dividía en zonas.
- ¿Cuál es mi zona? - le pregunté a Paul mirando a su alrededor. Megan estaba en la zona 1 y 2, sacudiendo su culo a su paso.
- Zona VIP, Rose. - gritó antes de servir un par de copas. Genial, no me gustaba esa zona. Allí estaban los hombres más ricos y arrogantes. Caminé entre los hombres, que me daban miradas sucias. Cuando llegué a la zona VIP, Desiré se acercó a mí.
- ¿Adivina quién está aquí otra vez? - preguntó con tristeza.
- No me digas que es Ramsel, por favor. - exclamé, y Desiré se limitó a asentir con la cabeza.
- No te preocupes, iré con él. Ve a las salas de la izquierda. - dijo sonriendo.
- Gracias. - contesté, y caminé a la zona de la izquierda.
Moví una de las cortinas, y había un hombre ya acompañado.
- Lo siento. - dije, y me moví a la siguiente cortina.
- Justin. - dije sorprendida. Se apoyó contra el sofá con la copa de whisky en una de sus manos. Estaba otra vez de negro, y sus ojos eran más oscuros de lo normal. Su cabello castaño cubría parte de su frente, sus labios estaban mojados, supuse que acababa de tomar un sorbo de la bebida.
- Qué bien te queda el negro. - su voz sonaba arrogante y segura. ¿Por qué tenía que ser tan caliente? - ¿Me extrañaste, Rose?
- Eso es lo que quisieras. - dije caminando dentro de la pequeña habitación, estaba solo, así que tenía que servir. Me senté junto a él en sofá, pero con un poco de distancia.
- ¿Me tienes miedo? - preguntó mirándome directamente a los ojos.
- No. - contesté segura. No le tenía miedo, tenía miedo de sentirme tan a gusto con él, eso no podía ser bueno.
- ¿Estudias, Rose? - preguntó interesado. Como si no lo supiera ya, si había encontrado cuál era mi verdadero nombre, sabría muchas otras cosas sobre mí.
- Supongo que ya sabes lo que hago.
- ¿Qué quieres estudiar?
- Derecho. - contesté orgullosa, porque me graduaba en un par de meses.
- Abogada, interesante. - dijo sonriendo. ¿Estaba siendo amable?
- ¿En qué trabajas? - la pregunta salió de mi boca antes de que pudiera detenerla.
- Me gradúe de la universidad hace dos años. Ahora, soy el presidente de mi propia empresa. - el notó el asombro en mi rostro. - ¿Qué? ¿Esperabas que fuera un niño mimado que depende de la fortuna de sus padres?
- Sí. - contesté.
- Bueno, mis padres son ricos, pero yo no quiero depender de ellos. Así que trabajé duro para construir mi propia empresa. - explicó mientras bebía de su whisky.
- Espero encontrar un buen trabajo cuando me gradúe. - le dije con honestidad, realmente esperaba que pudiera retirarme del baile y tener un trabajo decente.
Y era agradable hablar con él. No trataba de poner sus manos sobre mí, ni nada. Era agradable que él me estuviera escuchando, los hombres siempre preguntaban cosas, pero no escuchaban, su atención estaba en mi cuerpo todo el mundo.
- Vas a ser una buena abogada. - dijo sonriendo. Sus labios estaban mojados, rojos... Dándome cuenta de lo que estaba pensando, aparté la vista sonrojada. - Te ves hermosa cuando te sonrojas. - estaba tan avergonzada. La máscara cubría mi cara hasta la nariz. Pensé que él no se había dado cuenta.
Miré su vaso, y estaba vacío.
- Iré a por otro whisky. - le dije de pie. Él se limitó a asentir. Bajé las escaleras y me dirigí al bar, donde Paul se veía ocupado sirviendo bebidas. - Whisky. - le pedí. Alain apareció a mi lado.
- Margarita, por favor. - le dijo a Paul. - ¿Qué tal tu noche? Oí que Ramsel estuvo aquí de nuevo.
- Sí, pero Desiré está con él. Estoy con... - Alain levantó una ceja esperando mi respuesta, y entonces se dio cuenta de por qué me detuve.
- Oh, estás con el chico caliente, ¿verdad? - dijo, al tiempo que Paul ponía nuestras bebidas sobre la barra. Cogí el vaso y me alejé sonriendo. - Qué morro. - oí decir a Alain detrás de mí.
Subí las escaleras y cuando abrí la cortina, me sorprendió encontrar a Megan casi encima de él. Justin tenía su copa llena de nuevo.
- ¿Megan? - pregunté enfadada.
- Estamos ocupados. - dijo para que me fuera.
- ¿Puedes disculparnos un segundo? - le pregunté a Justin. Él asintió, mientras sacaba a Megan de encima de él.
- ¿Qué demonios estás haciendo? - le pregunté.
- Mi trabajo. Estaba solo.
- En primer lugar, él no estaba solo, estoy con él. Y en segundo lugar, ésta no es tu zona. - le explique.
- He cambiado de lugar con Desiré. - respondió cruzando los brazos alrededor de su pecho. - Además, no se queja de mis servicios. Ni siquiera ha preguntado por ti. - eso hirió mi orgullo un poco.
- ¡Haz lo que quieras! - exclamé, y la empujé dentro de la habitación.
Caminé por el pasillo y me bebí el whisky de una sola vez. No me gustaba beber, pero en ese instante lo necesitaba. Estaba furiosa. ¿Quién se creía que era aquella rubia de bote? Quería seguir hablando con Justin, y ella lo había estropeado.
Di media vuelta y me acerqué de nuevo a la habitación. Abrí las cortinas, y Justin y Megan me miraron sorprendidos.
- ¿Quieres que te sirva ella o yo?