Epílogo

13.3K 1K 156
                                    

-¿Te puedes creer que ya hayan pasado cincuenta años de nuestra boda?.

-Parece mentira,¿verdad?. El caso es que cada día te veo más bella.

-Quizás sea por las alegrías que me das cada día. Me complace decir que finalmente nuestra familia se convirtió en una familia normal. Sin locas asediándonos, ni noticias inoportunas.

-Ha sido una vida feliz, ¿verdad?.

-No la cambiaría por nada, Alfasi. Pero ahora debemos atender a nuestros invitados. Las bodas de oro no se celebran todos los días.

En el jardín de la casa de los Alfasi, nos esperaban nuestros allegados. Hubo gente presente en nuestra boda que ya no estaba entre nosotros y aunque me resultó triste al principio, decidí mirar hacia delante y disfrutar de los que sí estaban: mis hermanos con mis sobrinos y sus esposas, Alí y Amina con sus hijos, Aisha y Lazard ya muy viejecitos y nuestro hijo Hadid. Soltero como siempre y sin perspectiva alguna de hacernos abuelos a pesar de sus treinta años.

-Soy joven, madre.

-No soy yo quien te diga nada al respecto de la edad pues te tuve cuando tenía cerca de cuarenta años pero sería bonito conocer a mi nieto.

-Mamá, tú y papá sois inmortales. Tenéis todo el tiempo del mundo para incluso verlo crecer si es que encuentro a la madre adecuada.

-La encontrarás cuando dejes de ser tan mujeriego, hijo.

Mis palabras no eran en vano. Mi pequeño Hadid, con sus hermosos ojos azules y su tez morena, poseía unos rasgos bastante atractivos que tenían locas a todas las chicas de la ciudad de Marrakech y parte del extranjero y él, simplemente aprovechaba todas las ocasiones sin remordimientos. A pesar de todo, era un hombre noble, con buenos principios y que nunca jugaba con los sentimientos de nadie.

-Tenemos un regalo para vosotros.

Alí, mi hermano, mi sostén en momentos de crisis y el mejor amigo que siempre había tenido nos habló con su hermosa y llena de arrugas sonrisa.

-No teníais por qué hacer nada por nosotros, hermano. Tan sólo queríamos disfrutar de ustedes en este día.

-Lo sé pero aguantaros el uno al otro durante tantos años merece ser recordado y que yo sepa no habéis vuelto a pisar Capri desde que erais jóvenes. Así que nos gustaría quitaros de en medio quince días para poder disfrutar de la mansión nosotros solos. Quizás le regalamos otro a Aisha y Lazard.

Le guiñó un ojo a Aisha quien tan sólo se limitó a sonreír. Había pasado por un resfriado bastante difícil de superar a sus noventa años pero supongo que la dieta de Lazard hacía a la gente inmortal de verdad.

Tras probar la tarta y brindar con nuestros amigos, nos retiramos pronto a descansar. Eran las cosas de pertenecer al grupo llamado tercera edad y es que el cuerpo ya no poseía el mismo aguante aunque el espíritu siguiese joven.

-Parece que la semana que viene viajaremos de nuevo a Capri. ¿Te hace ilusión?.

-Me da cierta morriña. Hace tanto que no vamos que temo tener sentimientos encontrados.

-No hay problema por eso. Cuando tengas nostalgia, tan sólo tienes que abrazarme y cuando los jóvenes vean a estos dos ancianos depravados, nos reiremos de sus caras sin que nada más nos importe.

-Me gusta esa forma de ver las cosas, marido.

-Y a mí me encanta verte despertar cada mañana a mi lado.

Hablando de despertares....volver a Capri resultó ser rejuvenecedor. Recordar cada lugar que habíamos visitado juntos cuando teníamos veinte años, fue bonito y gracioso a la vez pues acordarnos de cada anécdota vivida nos hacía reír hasta llorar.

-Es ahora cuando me doy cuenta del perfecto camino que hemos recorrido, Helen.

-¿No te habías dado cuenta antes?.

-Sí pero no de forma tan consciente como en este instante. Podría morirme ahora mismo y ser feliz porque no me arrepiento de nada de lo que he construido a tu lado.

-Mi viejito nostálgico....

Le dí un dulce beso en la mano y juntos nos acostamos sobre la cama con vistas al mar del hotel. Ver la puesta del sol mientra un delicioso olor a salitre se colaba por la ventana nos resultó tan relajante que acabamos dormidos cogidos de la mano, como cada noche durante cincuenta años.

-¿Abdel?.

De repente, me sentí tan liviana que no sabía si mi cuerpo seguía siendo mío o lo había dejado en alguna parte. Todo estaba oscuro y no había ni rastro del perfecto paraje donde me quedé dormida.

-¿Abdel?.

Joder. ¿Me habré muerto?.

Sentí un poco de miedo por unos instantes. Poco después, una luz dorada apareció trayendo a Abdel a mi lado.

-¿Estamos muertos?.

-Eso parece, Helen. Como también parece que nos hemos salido con la nuestra.

-¿Muriéndonos?.

-Muriéndonos a la vez. ¿Recuerdas nuestra promesa?.

-Como no. Juntos y de la mano.

-Pues aquí estamos. ¿A dónde te apetece ir?.

-A dónde sea que tú vayas.

-Entonces estamos de enhorabuena. no tenemos ni la más mínima idea de a donde ir pero sabemos que queremos ir juntos así que, señorita, si usted me lo permite,me gustaría cogerla de la mano y llevarla a explorar este mundo llamado universo.

-Que así sea.

Tomé su mano y juntos, tal y como habíamos planeado, nos fuímos a buscar nuevas aventuras.

Hacía un viaje sideral por las estrellas.....

♡♡♡♡♡♡♡♡Fin♡♡♡♡♡♡♡♡

Capítulo dedicado a LALOLA67 y a todas/os las/os que habéis seguido esta historia de principio a fin.

Feliz de que os haya gustado.

Atrapada((COMPLETA)) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora