Capítulo Diez. A Solas

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En un arrebato y notando la corta distancia que nos separaba, me giré quedando casi a la misma altura que él pudiendo mirarlo a los ojos, notando su agitada respiración sobre mí. Volví a acercarme a él. Quizás se apartase o se dejase besar.No lo sé. Pero yo debía aprovechar las oportunidades que la vida me otorgaba y esta, era una de ellas.

Logré alcanzar sus labios, besarlo, demostrarle mi cariño y mis ganas de amarlo. Contra todo pronóstico, Abdel me devolvió el beso, dejándose llevar por la pasión, acariciando mi cintura con timidez. Yo toqué su cuello y todo se desvaneció como castillos construídos en el aire. Se separó de mí abruptamente y fue corriendo hacía el agua. Sospechaba la razón pero bastante tenía con lo mío como para ponerme a pensar. Tan sólo observé como el gran Abdelkader Alfasi,  el hombre más guapo al que había besado en mi vida, se sumergía en el agua permaneciendo en ella por más tiempo del considerado como límite para que empezaran a salirte escamas.

De puro coraje, me eché hacía atrás en la hamaca y cerré los ojos para escuchar el mar. ¿Qué coño estaba pasando entre Abdel y yo y por qué siempre se empeñaba en salir corriendo o dar explicaciones absurdas cuando nos besábamos?.

¡¡Dios mío!! ¿Será gay? ¿Tendrá mujer?. ¿Una promesa que le impida entregarse a una mujer?.

Mil cosas pasaron por mi cabeza de las cuales sólo un uno por ciento eran factibles, el resto cosas que una inventa cuando no es capaz de comprender las cosas que pasan a su alrededor. Sentí unas gotitas de agua fría sobre mi cuerpo que me hicieron abrir los ojos. Para mejorar las cosas, Abdel estaba frente a mí con su divino cuerpo moreno y mojado.

¡Qué cosas te pasan, Helen!

-¿Querías algo?.

-Hablar contigo.

-Abdel, la situación es embarazosa. ¿Crees qué hablar sobre el tema nos hará sentirnos mejor?.

-Sí, si te explico mis razones. ¿Puedo sentarme a tu lado?.

-Adelante.

Me incorporé para hacerle un hueco y el se acomodó junto a mí.

-Helen pero es más que evidente que entre nosotros existe una atracción física demasiado fuerte y ambos lo sabemos.

-Pensé que tú no estabas aún enterado de la noticia.

-No soy tonto. Soy consciente de lo atractiva que eres y mi cuerpo no es idiota. Reacciona a tí con la mínima caricia.

-¿Y qué es lo que pretendes decirme?.

-Esto puede sonarte raro o incluso atrevido pero puedo darte mi cuerpo si así lo deseas,Helen pero, con todo mi pesar, he de decirte que no puedo amarte.

-¿Estás casado, Abdel?.

-No,Helen. En absoluto. De estarlo, nunca te hubiese propuesto acompañarme pero, para mi desgracia,mi persona conlleva más problemas de los que me atrevería a compartir contigo. No quiero involucrarte de ese modo.

-Me parece muy bien que me expreses tu punto de vista, Abdel pero , ¿Y si es demasiado tarde para mí?.

-Nunca te obligaré a permanecer a mi lado, Helen. Si crees que sufrirás estando conmigo, yo seré el primero en dejarte en la puerta de tu casa de nuevo, en devolverte a la vida que tenías antes de conocerme.

A la mierda de vida que tenía antes de conocerte....

-¿Serás capaz de contarme algún día tus motivos, Abdel?.

-No tendría ningún problema. Tan sólo tengo que buscar fuerzas y me temo que la mina está casi agotada.

Miré al frente, a las suaves, tranquilas  y transparentes aguas del Mediterráneo, tan diferentes a las inglesas donde el mar rugía frío y espumoso con su azul profundo. No pude evitar establecer una relación entre esos dos mares y yo misma.

Atrapada((COMPLETA)) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora