I can't

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CAPITULO
SEIS

En un internado tan prestigioso como lo es Altagracia todas las internas deben gozar de una gran educación por encima del promedio. Cualquiera que tuviera una nota más baja que el límite requerido tendría que someterse a un periodo de intensificación hasta lograr aprobar la materia, ninguna de las internas deseaban llegar a ese punto, o por lo menos Millie no tenía pensado hacerlo durante los dos años que le quedaban en la Academia. Sabía lo complicado que era aquel periodo gracias a que Sadie tuvo que sacrificar sus vacaciones de verano estudiando matemáticas para recursar la materia, y por lo que la pelirroja dijo no lo había disfrutado mucho, por lo tanto prestaba su 100% de atención al pizarrón y a todo lo que saliera de la boca del profesor Keery procurando tomar apuntes de todo lo importante sin distraerse por los comentarios inapropiados de sus compañeras.

No podía juzgarlas, era fácil distraerse en su clase. El profesor Keery era un hombre simpático, inteligente y por sobre todo apuesto. Apenas tenía 26 años y ya había recibido su profesorado en literatura y ejercía su cargo en la Academia más prestigiosa del país.
En un internado sólo para señoritas donde lo que abundaban eran monjas un hombre como el es un diamante en bruto, era su cabello brillante, sus labios rosados, eran sus fuertes brazos los que lograban que las estudiantes perdieran rumbo de la clase y terminarán con la materia baja a fin de año.

Era una ecuación sencilla; un profesor sexy logra que las alumnas reprueben. Sin embargo –y cabe aclarar– Millie jamás en sus cuatro años de instituto ha recursado su clase ni su nota ha bajado del 8, por más que en unas ocasiones sabe que tal vez se lo merecia. Era una situación extraña, según sus amigas se debe a que el profesor tiene una especie de crush en ella o algo por el estilo, lo cual en sus adentros no tiene ningún sentido, pero sinceramente prefiere no pensar demasiado en ello.

— Esta buenísimo. —exclama Lilia aprovechado que Keery se da media vuelta para escribir algo en la pizarra.
Millie observa divertida a su amiga quien se encuentra sentada a su lado, la rubia no había copiado ni una palabra durante toda a clase.

— Tendrás más tiempo para verlo en las vacaciones sino copias, Lils. —sugiere la castaña sonriendo de lado.

— ¡Vamos Millie! —exclama viéndola de reojo— Nadie puede prestar atención en literatura si un bomboncito como él está dando la clase. —la voz de Sadie hace que ambas chicas volteen hacia el banco detrás suyo donde la pelirro y Maddie se unían a la charla.

— Que extraño, a mi no me parece tan difícil aprobar literatura.— al escucharla sus tres amigas ríen por lo bajo.— ¿Qué?

— ¿En serio no te parece extraño que de 24 alumnas la única que apruebe sin problemas siempre seas tú? —Maddie se apresura a preguntar en un intento de hacer reaccionar a su amiga, para las demás era obvio lo que pasaba allí. Millie niega con la cabeza sin entender.— El profe está liado contigo desde que te presentaste el primer dia y dijiste que tu libro favorito era la letra Escarlata.

Lucifer; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora