they dont like it when im down

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CAPITULO
SEIS


Como si la casa fuese pequeña seguía escuchando los gritos de sus padres en la gran sala, aún cuando hace más de quince minutos se ha alejado hasta la otra punta de la mansión para no hacerlo. Estaba sentando sobre el pequeño pasillo que rodeaba las esquinas de la casa, abrazando sus rodillas y apuntando con pies a los manzanos que habitaban su gran y verde patio. Sus ojos estaban clavados en su calzado, ese negro y elegante que es obligatorio en su uniforme, pican, y su vista se nubla levemente por la fina capa de agua cristalina que se posa sobre ellos.

Ese medio día su colegio hizo dos llamadas urgentes, una a su madre y otra a su padre, para abarcar de manera definitiva la mala conducta de su hijo. El azabache tenía un largo historial de payasadas, como solía decirle su madre de manera inocente, pero la realidad era que el estudiante de ultimo año al que apodaban el engendro del diablo no hacía más que sacarle canas verdes a sus docentes y directores. La gota que colmó el vaso fue esa mañana, pues el pecoso de rizos púrpuras no tuvo mejor idea que evadir el examen de historia que le tocaba ese día y para el que claramente no había estudiado nada haciendo una amenaza de bomba. Sabia que, por protocolo, el colegio debía evacuar el lugar, llamar a la policía y hasta que no confirmen la ausencia del arma nadie podría entrar. Serian unas cinco horas, y no tendrían más remedio que mandar a todos los estudiantes a sus casas.

Claro que no contó con la impaciencia y rencor de los directivos hacia su persona, gracias a eso fue el primero en caer tras esa broma pesada. Si bien no tenían pruebas, no les hacían falta, eran una institución privada y como tal tenían derecho de admisión, si querían echar al muchacho podrían hacerlo, pero antes debían hablar con sus padres. Ambos, padres.

Así que eso pasó, tanto Marcus como Winona fueron obligados a asistir ese medio día a la reunión con la directora que canto casi cuarenta razones por las que ese chiquillo no era bienvenido en un colegio de tal prestigio, sus padres lucharon pero no había más que hacer.

Lo expulsaron.

Uno creería que esa era la razón por la que el ex matrimonio estaba furioso, pero no, la molestia era que sus " travesuras" los apartaron del trabajo. Ambos cancelaron reuniones para atender tal asunto, y no pararon de decir su descontento con su inmadura e irresponsable actitud frente a la vida.

Lucifer; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora