shock

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CAPITULO
CUATRO






La mitad del primer trimestre había llegado a la Academia, y con el los exámenes se aproximaban para cada día de la siguiente semana. Cada parte del internado estaba repleto de muchachas con libros en manos, las pocas que aun tenían las agallas de divertirse estarían apuradas en los últimos días. Teniendo en cuenta la situación del año no le sorprende que el escritorio de su madre este repleto de papeles, se la veía ocupada, atareada y algo enfadada. Ya casi se cumple un mes desde que esta preso entre esas paredes, no hay nada nuevo. Sigue compartiendo tiempo con Sophia y Ayla, molesta a la princesita británica en cada ocasión que la veía y de vez en cuando sigue acostándose con la rubia que ahora sabe se llama Loren y para su mala suerte las anteriores muchachas habían acertado cuando le dijeron que cometió un error al estar con aquella chica. La rubia esparció el rumor que ella y Finn salían, por lo que por mas que coqueteara con otras en su tiempo libre, eran pocas las que se atrevían a apuñalar a la abeja reina por miedo al castigo que podrían recibir.

Por lo que el pelinegro solo ha estado con ella en las ultimas semanas, nada especial, de hecho quería terminar con la situación que comenzaba a  cansarlo. Lo haría ese día, corto y preciso, jamás le ha incomodado ver a una persona llorar.

— Finn, cariño. —después de unos largos minutos en los que solo reviso carpetas y papeles su madre parecía estar apunto de decirle la razón por la cual mando a llamarlo durante esa tarde.— Dime una cosa ¿te parece adecuado meter señoritas a tu habitación?

Sus ojos buscan directamente a Natalia que opta por retirarse para dejarlos solos, su mirada la incomodaba y solo eso necesito para descubrir que la castaña claro lo ha estado espiando por pedido de su madre. — ¿Señoritas? —suelta con descaro robandole una mirada feroz a Winona. Una carcajada sale de sus labios pero es corta, cínica, el hecho de saber que lo han estado vigilando como a un bebe lo enfurece.— No metí a ninguna "señorita" que yo sepa.. —cada palabra es más sarcástica que la anterior, acomoda su mentón entre sus dedos y de un segundo a otro una sonrisa traviesa resurge brillante entre sus gestos— Y si lo hice.. me pregunto, ¿que les enseñan en clase de modales, madre?

Un golpe sobre la mesa lo hace callar mientras una de sus tanta sonrisas se forma, cualquiera pararía al ver a su madre tan enojada, pero no él, él quería que explotará, que desee matarlo con los ojos.  Frustrarla hasta que no le queden ganas de seguir metiéndose en su vida. Puede ver como una vena sobresalta de su frente y cierra los ojos con fuerza.

— Aléjate de mis chicas, hijo. —suelta sin abrir los ojos, como si quisiera no verlo. No ver a su peor karma, su hijo era la persona mas cruel que ha conocido y no comprende como es que llego a ese punto.— Te lo prohíbo.

—Si...suerte con eso.


































Lucifer; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora