it's such a shame for us to apart

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CAPITULOTRECE

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CAPITULO
TRECE


La nieve se había instalado de manera voraz en cada rincón externo al internado, no había manera de pisar el suelo del patio sin mojarse los carísimos calzados en el proceso gracias a un incidente que deshabilito la máquina quitanieve, por lo que ese invierno en especial iba a ser de puertas para adentro y, en caso contrario, con botas impermeables 24/7 protegiendo los delicados pies de las internas, claro que la mayoría prefería mantenerse a salvo en el cálido comedor o ver una película antigua en sus cuartos tapadas por una manta y bebiendo chocolate caliente a arriesgarse a pescar un resfriado y correr peligro de perder la posibilidad de asistir al baile de invierno en la semana entrante. Todas se mantenían entusiasmadas por aquel tema, el baile de invierno de Altagracia era conocido por ser exclusivo para las alumnas de último año y sus decoraciones preciosas que lograban robar el aliento de cualquiera, los rumores sobre tal misterioso baile rondaban por los pasillos de la academia desde su creación en 1920, y desde entonces el secreto del salón tradicional que aguarda ser espacio del más mágico y elegante baile de todos los tiempos pasa de director en director. Sin lugar a dudas perderse la única chance de resolver tan enigma era imperdonable, y por lo tanto cada interna iba más abrigada de lo normal, ese violento invierno no iba a arruinarles tal fiesta. No mientras puedan evitarlo.

Una que quizá había exagerado con la prueba de hielo era Maddison, la del noroeste casi ni podía cruzar los brazos gracias a la manda de suéteres que vestía bajo su abrigo Channel de tono amarillo, y sus piernas apenas si se movían a causa de las dos medias que cubrieran su bronceada piel. Sin lugar a dudas Maddie era una de las internas que fantaseaba con el baile de invierno desde que escucho por primera vez la historia de sus paredes blancas cual escarcha en su primer año en el internado, pero sobre todo su entusiasmo se debe a la leyenda del amor encapsulado que escucho esa misma vez. Según dicen, si vas acompañada por la persona correcta y comparten un beso frente a la fuente congelada, su amor permanece encapsulado como un fino copo de nieve que jamás se derrite. Claro que la bailarina estaba ansiosa por hallar esa mengada fuente y besar a su novio hasta que su lengua lo atraviese como si de una traqueotomía se tratara.

— Y dicen que la pista parece hecha de hielo, y todo brilla como diamante, oh y que la música parece del cascanueces y todo es perfecto..—enumera entusiasmada la mayor de las Ziegler dando giros pirouette bastante torpes gracias a su excesiva ropa— Como si fuese un cuento de hadas, y la mejor parte es la del amor encapsulado ¿la han oído?

— Nos la contante ayer, y ante ayer, y ante ante ayer. —musita rodando los ojos Kenzie mientras apura el paso para llegar hasta su hermana mayor.— ¿Podemos no hablar del baile de invierno?

— Tú solo estás de amargada porque eres del penúltimo año y no puedes ir.—acusa simpática la mayor de las Ziegler mientras detiene su paso en la gran avenida antes de llegar al bus que las llevaría a hacer las compras navideñas como de costumbre.— Pero no llores, Kenzie, el año entrante será tu turno. Ahora podrías ser menos grinch y alegrarte por nosotras. —codea a la pelirroja a su lado— ¿no crees Sadie?

Lucifer; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora