the blonde boy

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CAPITULO CUATRO

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CAPITULO
CUATRO.

El cielo de California era maravilloso, exactamente a las 7:00 pm se teñía de un rosa precioso, despejado, además aves cantaban en sincronía volando sobre su cabeza mientras atravesaba el verde jardín. Quiere creer que el motivo de la boba sonrisa en sus labios es el bello paisaje, aunque se conoce demasiado bien como para creer esa falacia. Finn Wolfhard no le sonría al cielo, ni menos a las aves. La verdadera razón yacia en lo más profundo de su mente, intentando hacerse lugar entre sus pensamientos. Incluso llegaba a alterarlo pero ,a decir verdad, eran pocas las veces las que el azabache se encontraba feliz, así que sin más continuo sonriendo ignorando la razón original. De camino a la oficina de su madre divisó a una bella rubia buscando algo en su casillero, y por más de que esa imagen casi altera su paz no bajo su sonrisa y continuó silbando con elocuencia en su rítmico caminar.

Una vez que esta por cruzarla, y sabiendo que tiene toda su atención, se acerca hasta rozar su oído con su lengua y decir en un susurro:
— Mantén distancia con todo lo que rodee a Millie, no más juegos Loren.—
Amenaza con malicia para luego besar sonoramente su mejilla.

No busca respuesta ni menos la espera, fue un "tramite" de paso. Su madre lo esperaba y no pensaba perder tiempo con aquella arpía. Al cruzar el escritorio de Natalia le dedica una sonrisa, la rubia lo ve extrañada, no era esas típicas sonrisas arrogantes o soberbias que el chico llevaba en su rostro habitualmente. No, era una genuina, amable. Esta lo ve pasar como si un mismísimo fantasma atravesara la puerta, es inevitable pensar que estará tramando, después de todo si lucifer se ve en calma lo más probable es que una tormenta de miserias se aproxime.
Al entrar puede ver como Winona lo espera sentada del otro lado del escritorio, unas galletas recién horneadas aparecen en la escena siendo el plato principal. Cómodo se sienta frente a ella y toma una para luego morderla sonoramente, como un niño mimado come con una sonrisa en sus labios imposible de interpretar, pero no es ningun desconocido quien esta mirando atraves de sus ojos burlona. Se trata de aquella que le ha dado vida, su madre lo conoce incluso más que si mismo.

Y por eso mismo se habían reunido esa mañana.

— El otoño esta llegando con rapidez, las hojas ya han comenzado a marchitarse. —comenta la señora meneando el té entre sus manos.
Finn permanece callado. Su madre tenía la costumbre de soltar pensamientos ligeros como el aire antes de llegar al punto central, el pelinegro adaptó esa peculiaridad de Winona y por eso mismo su silencio es paciente.— Supongo que no pasará mucho hasta que empiecen a caer.

El sonido de la taza de té colocándose sobre el fino platillo de porcelana es lo único que se escucha a estas alturas en la gran oficina. La mujer llevaba una sonrisa ladina en sus labios que comenzaba a alterar al azabache, ya impaciente, por su innecesaria tardanza.

Lucifer; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora