three

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—¡Klaus! ¡Qué fue lo que te dijo?—decía Luther golpeando ligeramente los cachetes de Klaus.

—¿Ya regresé?—contestó Klaus, con los ojos entre cerrados.

—¡CUATRO, IMBÉCIL!—gritó cinco poniéndose encima de Klaus. —¡Despierta imbécil! No hay tiempo que perder. ¿Qué fue lo que te dijo papá?

—Me dijo que...—comenzó a levantarse, cinco se hizo a un lado. —Que somos unos imbéciles, jamás detendremos el apocalipsis. Estaba haciendo un robot, un tanto extraño... Era así cómo mamá.—rascó su cabeza. —Era una chica. Bastante guapa, por cierto. Pero... Recomiendo que nos vayamos a dormir para tener una muerte menos cruel y...

—No. No puede ser. ¿No le preguntaste la manera en qué podemos detener esto?—dijo Diego.

—Sí. Y me dijo que el objetivo lo tenía frente a mis ojos, pero somos tan estúpidos que no nos damos cuenta. Perdimos a Vanya y creo que ese era el objetivo.

—Pero Vanya está viva. Ella no puede serlo. Sólo sería... Matarla, hacer un viaje corto y matarla antes de que sepa sus poderes.—dijo cinco, a lo que todos quedaron en silencio, Allison hacia gestos de desaprobación.
—No. Definitivamente eso no lo es. Fue muy estúpido de mi parte decirlo, lo siento.

—Frente a tus ojos... Dijiste qué veías que papá hacia una robot, ¿no? Alguien como mamá.—dijo Luther.

—Sí. Podría decir que era prácticamente Iron Man.—contestó Klaus riéndose.

—Díganme que no solo yo lo estoy pensando.—dijo Diego.

—Papá ya había creado a una hija hace años.—dijeron todos al mismo tiempo. Klaus se asustó.

—Mucho antes que a nosotros.—añadió cinco. Todos se miraron entre sí. Hubo un silencio de aproximadamente 40 segundos.

—Mierda.—soltó Klaus mirando algo no fijo.

—Debemos encontrarla.—dijo Luther, caminando hacia las escaleras.

—¡Probablemente papá apenas se suicidó! Espera un poco.—gritó Diego.

—No voy a esperar.—regresó Luther, mirando a todos. —Voy a salvar a todos, salvarnos. Cueste lo que cueste.

—Luther, por primera vez en tu vida hazle caso a uno de tus hermanos.—contestó amenazante Diego. Los hermanos estaban frente a frente.

—¿Qué está pasando aquí? ¿Qué hacen todos ustedes aquí?—dijo Pogo. —¿Qué pasa con Vanya?

—Pogo. Necesitamos que nos hables con la absoluta verdad.—le dijo Luther.

—Acabo de regresar del futuro, que para mí era presente. El mundo se está acabando, en algunas partes se supone que ya debe estar destruido todo, sólo nos queda un par de horas. Sé que sabes que papá se suicidó, Vanya tiene poderes. Hay algo más que necesitamos saber, pero no podemos llegar a ella.—explicó rápidamente cinco.

—¿A ella?..—replicó Pogo, algo confundido.

—A nuestra otra hermana.—contestó Diego. —Es una.. ¿Robot?

Pogo automáticamente nos miró confundidos. Su cara demostraba que no entendía nada, pero una parte dentro de él creía en lo que cinco le dijo. De alguna manera u otra, el Sir. Reginald ya le había hablado de eso a Pogo.

—Sí... Ella es Cero.—contestó Pogo, suspirando. —Ella fue creada, pero prácticamente es cómo uno de ustedes. Su padre, le hizo tener todos sus mismos poderes para saber la manera de controlarlos. En ella, al ser un robot, no existía la ignorancia y sabía perfectamente cómo usarlos. Prácticamente fue creada por prueba, fue y es la mayor inversión de su padre... Es, todos ustedes en una sola persona. Sí así pueden llamarlo.
Pero, ha pasado tanto tiempo y ella pudo haber evolucionado demasiado. La última vez que la vi, comenzaba a practicar su poder de invisibilidad. Eso fue hace 12 años.
Cero es un robot. Tiene venas, sangre, arterias, piel, pulmones, todo lo que un humano podría tener. Pero sólo es para poder aparentar una vida normal. Su corazón es un pedazo de metal, un chip. Es su hermana.

—No puedo creerlo. ¿Cómo es qué ella al ser creada antes de nosotros, es cómo nosotros?—renegó Luther.

—¡Entonces también ve muertos! Necesito preguntarle tanto. ¡Necesitamos encontrarla!—dijo Klaus.

Diego y Cinco analizaban la situación. ¿Cómo llegar a ella? E indirectamente... ¿Cómo es que tienen una hermana?

—¿Cómo la encontramos?—preguntó Cinco.

—Luther y tú, tienen un chip conectado con Cero. Él se los puso cuando Cero predijo el fin del mundo y la desaparición de Cinco.

—Entonces, por qué ella no paró el fin del mundo?—preguntó Diego.

—Su padre los estaba preparando.

—¿Un chip, yo?—dijo indignado Cinco.

—¿Y yo?—imitó Luther.

—Está en la parte baja de su abdomen.—contestó Pogo.

Cinco y Luther automáticamente bajaron su mirada hacia esa parte de su cuerpo, y por dentro de su piel se veía una luz azul vibrante. Producía un sonido bastante fuerte y aturdente.

—¿Cómo podemos saber dónde está?—preguntó Cinco.

—Haz un salto a otro lugar.—dijo Pogo.

—Pero necesito saber cómo es ella. No sé nada sobre... Cero.—dijo Cinco.

—Tiene ojos azules, un azul muy potente, cómo el mar. Su cabello es café, café chocolate. No parece negro. Tiene nariz pequeña, labios considerables. Parecía de 16 años cuando papá la construía.—describió Klaus.

—Tomen a Vanya, y vámonos de aquí. Supongo que el chip servirá de algo.

000 ; «Número 5»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora