twelve

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Cinco tenía su mirada baja, sólo escuchaba lo que yo le decía. Le conté todo, absolutamente todo. Todos los detalles de mis sueños, fue todo detalladamente, hasta cómo me sentía.

Yo continúe hablando, aún que 5 sólo escuchaba y no hacía ninguna mueca o facción, no dije absolutamente nada. Terminé de contar todo, y parecía que no iba a decir ninguna palabra.

—¿Cinco?

Levantó su mirada y me vió fijamente. Él tenía de esas miradas que podían penetrarte y hacerte sentir incómoda, y es exactamente la mirada que me dió. Suelo percibir el estado de ánimo de las personas, y él sólo se sentía confundido. “Quizá debería ayudarlo” pensé. Pero, no se puede ayudar a alguien que no lo permite, y que simplemente me ve como un robot. Sería en vano.

Rascó su nuca, y cambiaron todos sus gestos de la nada.

—¿A qué crees que se deba todo esto?—me preguntó, seco.

—No lo sé, 5. Pero papá quiere que consiga ese libro. Y es lo que haré.—dije seria, no iba a demostrar que la actitud de 5 me dolía. Estaba haciendo frío, era ya bastante tarde, así que tomé la chamarra que tenía encima de la cama. —¿Vendrás conmigo?—le pregunté, volteando a verlo.

—Sí, supongo. ¿Cuál es tu plan?—contestó, caminando hacia mí.

—No hay plan, 5.—le dije. Lo jalé de la camiseta y lo metí junto conmigo al salto de lugar, justo fuera de la casa de Bill.

—Debiste avisarme. Los tuyos marean.—renegó. —¿Tocamos?

—Por supuesto que no. ¿Ya viste la hora?—contesté obvia. 
—Cinco. Mira.—apunté las bicicletas de los chicos. Estaban aquí.

—Oh...—me miró. —Entonces lo más normal sería tocar.—dijo y comenzó a tocar la puerta, cómo si estuviera desesperado. —¿Por qué no hay timbres aquí?—reí.

—¡Hola, chicos!—saludó la madre de Bill, abriendo la puerta. —¿Buscan a los chicos? Están arriba.

—Sí... Queríamos pasar a recoger algo que olvidamos.—le dije, sonriendo. Atrás de mí estaba Cinco con una sonrisa de par en par, fingiendo ser niño bueno.

—Oh, pasen.—abrió totalmente la puerta. —Están arriba.—asentí y entramos, Cinco comenzó a subir las escaleras e imité la acción. De un momento a otro, justo en frente de la puerta de Bill, me detuvo. Puso su mano en medio de mi camino. —Escucha.—susurró.

—Hay algunas páginas en blanco. Pero después de ellas viene la continuación, no tiene sentido lo que dicen. Así que supongo que las que están en blanco tuvieron algo.—se escuchaba Stan.

—Mierda, deberían decirle la verdad a...

—Richie, ¿desde cuándo te importa tanto ella?—interrumpió Eddie.

—Richie, se la diremos. Sólo que, ella ya se dio cuenta del libro. Pero, parece ser que no sabe qué es.—dijo Bill.

Mi piel se erizó al escuchar eso, o es mucha coincidencia, o de verdad es lo que estoy pensando. Cinco me tomó del brazo, pero resistí a este. Deslice mi mano izquierda a la derecha, convirtiéndome en invisible. Traspase la puerta de Bill, dejando ver a todos los chicos sentados sobre el suelo. Miré atentamente lo que hacían, sentándome sobre la cama.

Ahí estaba, el libro. Justo en medio de ellos. Mi estado de ánimo cambió radicalmente, me sentía asustada y confundida. ¿Por qué mierda ellos tenían ese libro?

—Mierda, que frío hace. Parece que comenzará a nevar aquí dentro.—dijo Richie, aventantandose sobre la cama, cayendo su cabeza justo en mis piernas. Mierda.

“Cero, ¿qué haces?” sonó la voz de Cinco en mi cabeza. Ignoré lo que me decía, estaba centrada en el libro.

—¿De verdad ella es tan peligrosa?—le preguntó Eddie a Bill.

—No lo es. Nosotros la conocimos, chicos. Es buena persona. Creo que de quién debemos temer es del hermano, no sabemos absolutamente nada de él.—contestó Bill, hojeando el libro.

No entiendo absolutamente nada.

—Bill, pero probablemente ella se enojara porque le hemos estado mintiendo. Creí que le contaríamos todo en cuanto la conociéramos, no fingir que no sabemos quién es.—decía Stan.

—Yo no sé si puedo aguantar más con la mentira.—dijo Richie.

—No se lo he dicho porque está él. Aidan. Yo jamás invoque al chico, se me hace muy raro que él esté aquí cuando sólo invoque a Cero.

—Creo que no se llama Aidan, se llama Cinco.—le dijo Richie a Bill.

¿De qué mierdas estaban hablando y porque era de nosotros?

“Cero, sé que estás ahí. Estás escuchando lo mismo que yo?”

“Bien, gracias por ignorarme. Entraré por la puerta y es una lástima que yo no soy invisible. Esos chicos nos están ocultando algo.”

Qué pasara lo que tenía que pasar. Cinco saltó dentro del cuarto y los chicos lo miraron asustados.
Borré el efecto de ser invisible, ahora estaba ahí con ellos. Los chicos volvieron a gritar, volteandome a ver. Richie saltó corriendo de la cama.

Alcé mi mano y atraje hacia mí el libro, flotando en una bola de humo roja. Bill tenía los ojos abiertos como platos, al igual que los demás, pero Bill era el único que no demostraba miedo. Sí no de asombro.

—Bien, ¿nos explicarán porque mierda saben tanto de nosotros?—les dijo con gestos de enojado, 5. Eddie puso sus manos sobre su rostro.

—¿De dónde sacaste este libro, Bill?—le pregunté fríamente a Bill, mirándolo a los ojos.

—Lo encontré en una casa abandonada.—contestó seco. —Cero, yo...

—¿Cero?—pregunté confundida. —¿Tú por qué me dices así?

—Ese es tu nombre.—me dijo Richie. —Todos nosotros ya lo sabíamos, pero Bill nos obligó a no decir nada. Podrías empezar matándolo a él.

—¿Qué?—se metió Cinco. —¿Qué saben de nosotros?

—Sólo sé de Cero. El libro...—apuntó el libro que tenía sobre las manos. —¿No sabes lo qué es?

Todo el cuarto estaba en silencio, sinceramente, tenía miedo de saberlo. Me miraban atentos, esperando alguna respuesta, pero no sabía que contestar.

—¿Es algo malo?—pregunté, con ganas de llorar.

—Mierda, que frío hace.—repitió Richie.

—¿De verdad no lo sabes?—me preguntó Bill. Cinco caminó hacia mí y alzó su mano, pidiendo el libro. Lo miré fijamente, no estaba segura de querer hacerlo.

—Confía en mí.—me dijo, sentándose a lado de mí. Moví la mano con la que mantenía el libro flotando, y lo dejé caer sobre las manos de Cinco.

Los demás chicos miraban atentos, sin facciones en el rostro.

Cinco abrió la primera página del libro, dejando ver la misma portada, pero sin las letras borrosas. Esta página no estaba gastada.

“Proyecto 0”

000 ; «Número 5»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora