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-No entiendo nada- dijo Juliana cubriéndose la boca.

Lucia solo pasaba la mirada entre las dos mujeres enfrente de ella, se dio cuenta que Valentina iba a explotar por lo que interrumpió rápidamente

-Antes de que grites, tienes que escuchar mi explicación, las dos tienen que hacerlo.

-¿Qué es lo que vas a explicar?- preguntó Valentina bastante alterada.

¿Por qué todos se empeñaban en decidir por ella? Era el pensamiento de Valentina, sabía que no solo ella había jodido su vida, habían sido todos, increíble que las personas que alguna vez quiso fueran las culpables del infierno en el que estaba.

-Valentina, deja que Lucía explique todo, tal vez podamos entender.

-No hay nada que entender Juliana- respondió Valentina antes de detenerse bruscamente, miró como Juliana se sorprendió, Valentina no había pronunciado su nombre en mucho tiempo.

-Les explicaré, después puedes gritarme todo lo que quieras Vale- dijo Lucia mirándola -Cuando Juliana mandó los papeles de divorcio, tú los firmaste y me pediste a mi hacerlos válidos, ¿recuerdas?

-Por supuesto- respondió Valentina.

-No lo hice, deseche esos documentos.

-¡¿Qué?!- gritó Valentina.

-Lo has escuchado.

-¡¿Te volviste loca?!- volvió a gritar Valentina.

-Val... cálmate, no vas a solucionar nada gritándole- interrumpió Juliana a lo que Valentina le lanzó una mirada de muerte.

Juliana veía únicamente hielo en la mirada de Valentina, sabía hasta donde Valentina podía llegar a enojarse, también sabía que lo último que debió haberle dicho era que se calmara, eso la haría enojar aún más, si era eso posible, tenía que hacerlo o se lanzaría en contra de Lucía.

-No me digas que me calme- dijo Valentina enojada.

-A ver Vale, yo sabía su relación desde el principio, claro que enterarme gracias a la prensa que ustedes se habían casado me sorprendió enormemente, pero aún asi sabía que ustedes se amaban, después llegó la amenaza del padre de Juliana y todo se fue al carajo... comprendí la razón por la que Juliana se fue, pero también tenía la esperanza de que algún día iba a regresar.

-Evidentemente no lo hizo- interrumpió Valentina por lo que Juliana iba a hablar pero Lucía le ganó la palabra.

-Escúchame... tenía esa esperanza, sabía que si ese divorcio no se llevaba a cabo, se verían obligadas a encontrarse una vez más, aunque el tiempo pasara, esa fue la razón por la que lo hice- dijo Lucia.

-¡¿Quién te dio el maldito derecho de decidir sobre nosotras?!- volvió a gritar Valentina.

-Lo siento Vale... pero no me arrepiento de lo que hice, ustedes se volvieron a ver.

-¡Diez años después!

-Pero lo hicieron Valentina.

-Es que no estas entendiendo Lucia, nuestra historia se acabó, Juliana se va a casar en unos meses- dijo Valentina mientras luchaba enormemente para no abrumarse, no podía perder la compostura.

-Asi es- respondió Juliana.

-Y ahora probablemente le lleve más tiempo... gracias a tus malditas decisiones, ella sigue atada a mí- respondió Valentina.

-Miren... ya les expliqué lo que sucedió, si lo que deseas Vale es una disculpa entonces me disculparé... lamento la situación, la verdad no pensé que tomaría tanto tiempo su reencuentro y ya no supe como remediarlo, me voy, ustedes tienen que hablar, creo que se lo merecen.

-Te voy a agradecer que ahora si prepares los documentos de divorcio correctamente, sin trucos, y por supuesto sin que la prensa se entere- ordenó Valentina.



-Tu y yo tenemos que hablar- dijo Juliana cuando Lucia se fue, sabía que probablemente Valentina estaba pensando mil cosas a la vez, al igual que ella, pero ya estaba aquí, asi que era tiempo de aclarar algunos asuntos.

-Lo siento ¿de acuerdo? No tenía idea de lo que había hecho Lucia.

-Eso ya lo entendí Val, pero no me estoy refiriendo a eso, tenemos cosas que hablar y aclarar.

-Tú y yo no tenemos nada de qué hablar Juliana.

-Te equivocas, tenemos muchas cosas que decir.

-Necesito alcohol para tener esa conversación, ¿quieres tomar algo?- preguntó Valentina.

-No... es muy difícil que yo tome, y tenía la idea de que tú ya no lo hacías- dijo Juliana mirando fijamente a Valentina, quien por un momento bajo la mirada.

-Usted no me conoce señorita Valdés- respondió Valentina alzando la mirada.

-¿De verdad? ¿Nos trataremos asi? ¿Utilizando los apellidos?- pregunto Juliana con tristeza.

-Tengo que hacerlo- respondió Valentina buscando entre los estantes una botella de alcohol.

-No Val, no es necesario- dijo Juliana en cuanto Valentina se volvió a sentar.

-Lo es Juliana.

-¿Por qué?

-Porque de lo contrario me vendré abajo y es algo que no puedo permitir- respondió Valentina permitiendo que por unos segundos sus ojos mostraran alguna emoción.

-Conmigo nunca fuiste asi Val, nunca tuviste que mantener una defensa tan alta.

-Y mira lo que sucedió, he tenido una vida de mierda estos diez años- dijo Valentina antes de darle un largo trago a la botella.

-No te puedes emborrachar Val- dijo Juliana con paciencia.

-Tranquila... el alcohol hace mucho tiempo dejó de tener efecto en mí.

-¿Y entonces por qué tomas? Si ya no te hace efecto sería algo innecesario.

-En la lucha para evitar volverme loca leí alguna vez que con el alcohol podías olvidar, habría que intentarlo ¿no?, tal vez un día consiga hacerlo y podré pasar página.

-A ver dame- pidió Juliana extendiendo la mano para que Valentina le diera la botella.

-Tu no tomas- replicó Valentina.

-No dije que no lo hago, dije que era difícil que tomará, difícil, más no imposible.

-Tú sabrás... ten- dijo Valentina extendiendo la botella hacia Juliana.

-La verdad yo si supe mucho de ti en estos años, estas en cualquier periódico de México, también en algunos internacionales, y en cualquier sitio web- explicó Juliana con la voz ronca luego de darle un largo trago a la botella.

-¿Y fue bueno o fue malo?... no te molestes en responder, ya sé la respuesta- dijo Valentina rodando los ojos.

-¿Cuál es la respuesta?- preguntó Juliana.

-¿Hablaremos con sinceridad?

-Por supuesto, nunca te he mentido Valentina, no pretendo hacerlo ahora.

-Está bien... sé cómo me describen en la prensa, hasta tengo un apodo que la verdad es bastante asertivo, muchos dicen que soy la...

-La mujer de la mirada de hielo- completó Juliana.

-¿Cómo lo sabes?- preguntó Valentina sorprendida.

-Te lo dije, yo si he sabido de ti estos años.

-¿Y sabes por qué lo dicen?

-Por supuesto, según los medios de comunicación, nadie puede sostenerte la mirada- respondió Juliana antes de reír levemente.

-¿Por qué te ríes?- preguntó Valentina confundida.

-No te gustará saber la razón.

-Te lo estoy preguntando ¿no?, es porque quiero saber.

-Dicen que nadie te puede sostener la mirada, que tienes una mirada tan fría que es imposible hacerlo... pero ellos no saben algo... yo sí puedo- dijo Juliana clavando su mirada en los profundos ojos azules de Valentina.

Siempre fuiste tú JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora