Era inmadurez pura cada pelea o discusión inevitable pero a ella no le agradaba, no soportaba verlos así. Y entre tantos cristales dispersos como gotas de lluvia que reflejaban su pálido rostro distante de aquél sueño que no quería soltar, se acercaba a él con un ancla antigua llena de pesares y resentimientos que se desencajaba de su lugar cada vez más permitiéndole al barco desplazarse por aquellas aguas tormentosas, antes calmas, y caer en un remolino gigantesco, aquél riguroso remolino al que llamamos olvidó... Aquél lugar mental acomplejado a dejar atrás todo lo “innecesario” y donde todos hemos olvidado aquellas palabras dulces que en cierto punto hasta nuestros peores enemigos nos dijeron algún día pero que nunca notamos por lo mezquino que es el pensamiento abstracto de nuestra maquinaria mental.
Fue al escuchar una gota caer que recordó las heridas de su amigo, »Su orgullo no le permitirá siquiera tratarse las heridas, podrían infectarse«, le buscó en todos los túneles subterráneos llenos de plantas fantásticas y animales como venidos del Inframundo. Tomó una de aquellas flores brillantes y la ocupó como farol.
Era un laberinto infinito, hasta parecía que él se le escondía y por ello no podía acatar su pedido mental de tratar las heridas de aquél adolescente. Y fue allí que lo escuchó. Algunos pasos seguidos de un goteo que hacían un eco infernal, lo encontró tratando de vendarse sus heridas, al parecer su orgullo había desaparecido tan pronto Norman se largó, eso la preocupo más.
Emma sin darse cuenta estaba apunto de caer fuera de los túneles directo a un barranco, y en un acto certero, sintió dos brazos que la rodeaban y un pestilente hedor a sangre. Estaba molesto...
-¡Joder Fíjate por donde caminas! — dijo Ray molesto.
Ray estaba alterado, trataba de sonar normal pero simplemente no podía, ella estuvo apunto de caer. Él estaba temblando, se sentía inútil »Soy una mierda de amigo ¿Cómo pasa esto?«, y fue hasta ese entonces que Emma se detuvo a pesar donde estaba y al verse en tal posición llena de pericia soltó un gritó que calló Ray con una de sus manos para no llamar a los “Demonios”. Ray la bajo al tenerla en tierra, la flor había caído por el barranco.
-¿Qué diablos te sucede Emma? — dijo Ray con una mirada oscura mientras ocultaba con su cabello sus largos ojos.
-Yo... — Emma se quedó corta de palabras al verle el rostro a su amigo.
-Primero Norman y ahora tú ¡Todos quieren joderme la vida!. ¡Todos están dispuestos a quejarse de mí, a molestarme!. ¡Pero no les daré el gusto! No es justo... —. Dijo Ray con sus ojos al borde del llanto.
- ¡¿Entonces por qué diantres nunca hablas conmigo?!. ¡Siempre cargas con todo tú solo, ha sido así durante mis 15 malditos años de vida!. ¡Si tú y Norman ni siquiera confían en mí ¿Cómo puedo llamarme su hermana?... Esto es igual a cuando estábamos en Grace Field —. Susurró Emma luego de haber liberado de mala manera su frustración casi al punto de llorar—¿Por qué nunca lo hacen?. ¿Tan estúpida me creen?.
A Ray no le gustaba verla así, había echo todo eso por ella, había recorrido todo ese camino por ella, había sacrificado tanto por ella sólo para verla feliz, pero justo ahora ella hacía lo opuesto, odiaba cada vez que Norman se entrometía en sus asuntos por qué siempre terminaban de igual manera. Justo ahora, lo único que podía sentir hacía aquella persona de cabello nevado era un poco de desprecio.
Él la abrazó, era su forma de pedir perdón, ella ocultó su cabeza en el pecho del mayor y poco a poco se sereno al punto de estar tranquila.
-Emma, Norman llegó al campamento junto con su escuadrón al parecer alguien o algo los atacó demaciado fuerte, me obligó a traerte aquí luego de decirme que algo venía, al parecer este es uno de los cuarteles secretos de Minerva tan secreto que ni los Ratri lo conocen es un buen lugar tiene espacio, una pequeña armería, una cocina no muy grande es parecido a BO6-32 pero más pequeño. Me separé de Don y Gilda... Realmente no sé dónde están, soy un desastre ¿Verdad? —. dijo Ray con tono lúgubre.
-Gracias — Le Susurró Emma al oído.
Siempre se sentían mejor luego de perdonarse entre sí, más que hermanos eran como uno sólo; sentían lo que el otro añoraba, lo que el otro quería, y el motivo es claro, puesto que pasaban más tiempo entre ellos que con las demás personas. Apenas y socializaban con Don y Gilda.
-Te voy a Curar las heridas — anunció Emma sacando de su bolsillo una venda enrollada.
Ray sólo sonrió ante la cara que puso la chica al decírcelo y de como de manera anormal su antena se retorcía cual gusano. Se querían mucho pero uno de los dos le guarda un secreto indeseable al otro que tal ves podría quitarles su felicidad.
-oye estoy toda llena de sangre por tu culpa, ahora apestare — se quejó Emma mientras vendaba a su amigo.
-Las hemos pasado peores así que no te quejes, como la vez que te comiste una cosa similar a un sapo y todos creímos que te dío hepatitis —. Dijo Ray con una sonrisa burlona y un par de carcajadas luego de terminar de decir su frase.
Siempre era así, peleaban y se reconciliaban felizmente, aunque ninguno de los dos quería ceder al final lo hacían ambos por el bien del otro, porque lo que menos querían era que el otro estuviera triste, a menos que ambos no estuvieran tristes ninguno tenía el derecho de estarlo.
Ambos terminaron en conjunto dormidos, sin ser si quiera advertidos de las personas que habían penetrado en su actual recinto. Un miembro de los Ratri había llegado junto con su escuadrón pero... ¿Quién le había dicho a él?. Ray se despertó alarmado por el retumbar de los pasos en el suelo, »¿Un demonio?. ¿Norman?... ¿Los Ratri?« su último pensamiento lo congelo, observó a Emma al lado suyo. Estaba dormida. No tuvo más opción que despertarla »Este lugar no tenía una capa tan gruesa de polvo, tampoco olía lo suficiente a humedad y los artículos no estaban en mal estado, pero entonces por qué Norman nos a...« pensó Ray para luego percatarse de que su amiga ya estaba despierta.
-¿Vinieron personas? — dijo Emma al sentir las vibraciones en la Tierra.
-Hay 7 habitaciones, 1 de ellas tiene la pared hueca y de dirige a una cueva por la cual se puede salir al exterior; serán aproximadamente 3 hombres... No podremos con ellos, sinos atrapan estamos muertos, al parecer todos caminan juntos, no creo que sepan de nuestra existencia —. Argumentó Ray pensante.
-Pero y ¿si hay alguien fuera? Deberemos de matarlo...—. dijo en un susurro Emma.
-No... Tú, no, yo me encargaré —dijo Ray —. Fue útil recorrer este lugar.
Emma no pudo responder a la broma de Ray por sus nervios, hace años les había pasado lo mismo, pero esta vez Yuggo y Lucas no estaban más con ellos. Corrieron a la derecha pasando por el lado de la diminuta cocina, por la izquierda pasando por el comedor y por la derecha nuevamente. Llegaron a su destino.
Ray y Emma rompieron la pared sin mucho escándalo, recorrieron un largo camino en línea recta. Ya se podía sentir el aire fresco, ya se podían oir a los grillos cuando al lograr salir escucharon el sonido más indeseable, alguien había cargado una bala en su arma.
-Ustedes son como cucarachas que nunca mueren, pero esta bien, las cucarachas morirán hoy.
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El Mezquino Sonar De Un Tic Tac [Cancelada]
FanfictionLos veo pelear una y otra y otra vez, los veo discutir "¡Comprende que no puede ser!" "¡¿Es qué no lo vez? esa es la solución!". Los veo enojarse entre si, los escucho gritarse entre si ¿Era necesario tanto por un sueño tan inexistente como el sueño...