Capítulo 8

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-Emma, te he dicho ya que nada malo pasará solo por que no comencemos hoy la expedición —. suspiró — No hay los suficientes recursos, además nada malo pasará, todavía falta una semana.

-¡Te lo volveré a repetir una y mil veces si ha de ser necesario! Te lo ruego..., Vamos por ellos hoy —. Suplicó Emma con ojos llorosos, su instinto le decía que algo andaba mal.

Ray pensó un buen rato antes de soltar su veredicto final con respecto a la pelea que sus dos amigos entablaron anteriormente, suspiró y movió sus labios para formular: — Emma basta, creo que Norman tiene Razón.

Emma suspiró e hizo un puchero al mismo tiempo, sentía una incesante sensación de pesadez en el estómago como si algo malo pasará, sin embargo se resignó a acabar la tenue pelea con una dulce sonrisa. Era hermosa, sintieron sus dos testigos. Norman suspiró con pesadez y luego se frotó los ojos con sueño, realmente el no dormir no le hacía ningún bien a su pálida piel, deecho sus bolsas inclusive se resaltaba a medidas despampanantes que ni en Ray se veían; Ray se relamío los labios discretamente, el aire del refugio era seco y como una esponja toda la humedad era absorbida por las paredes. Era extraño. Emma al ver a Norman tan cansado no lo soportó, y le ofreció su hombro como soporte para que juntos llegarán a la habitación del anteriormente mencionado. Ray les vió por un segundo de mala manera, realmente no sabía el porqué de su acción tan impulsiva, suspiró y él también le dió un brazo.

- Vamos, estas demasiado cansado... Todo esto puede esperar a mañana tienes razón — dijo Emma con una sonrisa melancólica en sus finos labios de durasno.

-Gracias por comprender — dijo Norman con tono dulce.

Ray seguía sin decir nada incluso cuando salieron de la habitación de Norman. Solo ellos podían verlo en estado de debilidad. Bárbara se les presentó como obstáculo del diálogo de Ray hacia Emma al aparecer como un respecto frente a ellos y sin avisar, ella sin dudas tenía el cuerpo de una mujer pero la astucia de una niña.

-¿El jefe se ha dormido? — masticó un poco de la carne que cargaba, ella en su rostro tenía sangre — Eso es un alivio, el jefe llevaba varios días negándose a dormir y callendo rendido al sueño en cualquier lado —. Dijo Bárbara con alivio mientras soltaba un suspiro.

- Comprendo — susurró Ray sin ánimos, eso era ya una costumbre para Emma.

- Descuida, si necesitan que duerma otra vez no dudes en llamarme —. Dijo Emma con una sonrisa resplandeciente, que opacaba cualquier brillo estelar.

Bárbara se fue librando el camino para el par de adolescentes; Ray al final no se atrevió a decir nada, no tenía derecho alguno sobre Emma... Definitivamente no. Emma le sonrió a Ray mientras caminaba de espaldas por las escaleras, era muy hábil.

-¿alguna vez te ha gustado alguien? — preguntó ignorante de la situación Emma — Me gustaría saber como es gustar de alguien, los libros hablan de eso pero no logro entender.

Ray paró en seco ante la pregunta y es que la deecho sobraba incluso la duda. A Ray le gustaba Emma y eso era obvio, ella ignoraba ese hecho.

Ray suspiró y aun con sus hombros tensos trató de formular una respuesta adecuada, después de todo su amigo gustaba también de ella y él no era egoísta, así que los dejaría ser, mientras él, le rogaba a gritos y golpes bajos a su corazón guardar silencio y sólo observar. Se sentía bien el tenerla cerca, pero también se sentía bien el tenerlos cerca a ambos...

Esperar un día... Plafff... Fue lo peor que pudieron haber echo...

Se escucharon gritos y más gritos llenos de dolor y desesperación de los más pequeños, los grandes no podían siquiera ponerse sobre ambas piernas..., Los demonios errantes se daban un bufet con carne de la tan ansiada Grace Field House... Aquellos seres que parecían tener un exoesqueleto. Se habrían cráneos a montón mientras las mamás no podían ni hablar y eran deboradas aun con vida.

El Mezquino Sonar De Un Tic Tac [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora