Capítulo 9

280 21 3
                                    

Luna de hermoso resplandor, que es acompañada a la vista por pequeños puntos blancos que rogan por no ser indeterminados. Exuberante flora, plantas que podrían comerte de un mordisco, flores brillantes como diamantes blancos y demás colores; fauna magnífica con animales tan bellos como libélulas fosforescentes... Era ya entonces de noche y aquella sinfonía espectral compuesta por rayos y truenos, acompañaba hasta el fin a los intrépidos viajeros que buscarían hasta en el último gramo de tierra a aquel azabache que les habían robado; aquellos aventureros aventurados en aventura con desventura al final...; Sin un gramo de reproche en sus ojos como espejos brillantes que reflejaban el negro y espeso bosque, cuyos árboles no tenían formas normales y el tronco no podía diferenciarse de la tierra obscena ante él, cubría más de la mitad del mismo tal como si fuera pintura.

Aquellos sudores fríos junto con miradas de desesperanza, aquel llamamiento tan horroroso al pecado de la pereza... Aquellos latidos en el pecho, eran incesantes y siniestros, Emma no lograba saber comprender ¿por qué se sentía así?.

Sus cabellos eran ondeaban cual bandera por el viento, el amanecer y aquellas hebras naranjas de tono casi rojizo, se fusionaban con el cielo haciendo parecer que toda la bóveda celeste era parte de su cabellera y que las nubes serían sus arreglos..., Aquella uñas que eran mordidas y remordidas por la chica dueña de ellas, en sus labios se colocaba casi su mano entera para cada uña esperar por su turno. Deseaba llorar, mas ella no lo lograba y sólo retenía aquel llanto sublime bañado de amor fraternal... Le extrañaba, deseaba al menos haberse disculpado con él, porqué, ella en el fondo sabía que él realmente sólo le daba consejos y que ella había sido una perra al darle esa reacción a un buen consejo.

Leslie meditó un momento, mantuvo la respiración una milésima de segundo y dijo: — Tranquila, si yo les conozco bien todas sus mañas y creo hacerlo, sólo hay un sitio al que podrían haberlo llevado —. le dijo Leslie sin verla, pero con un deje de tristeza en su voz al ver a Isabella quien era cargada por el mismo.

- Me gustaría tener en mí, algo de la seguridad que tiene usted, talvez así me sentiría tranquila —.  reprochó Emma la vaguesa de la actitud del hombre.

- Querida e inocente Emma, el estrés crea meramente arrugas y como vez, mi casa, es casa para alternativos quienes ya dejaron los pesares carnales atrás — suspiró — ¿Por qué  habría de ser yo una persona estrazada?.

Ellas palabras de ese hombre, el oirlas salir de sus labios; le era Repugnante. Quería que en su lugar fuera Yuugo quien la molestase, pero en lugar de para mal sería para bien, para hacerla olvidar sus problemas y divertirla un rato, claro, al final él sería reprochado por Lucas, cada vez que estuviera a punto de pasar la raya de lo indigno, y desquicie de su oyente querido. Les extrañaba, mucho más para aquellas fechas que hace un par de años fueron víspera de aquella trágica noche  infernal.

Un susurro al viento inescuchable; habló al viento pero nadie logró entenderle ni un solo siseo..., Una mirada de tristeza y vivas lágrimas que cual lluvia emergían de su ojos, pero en lugar de como las nubes ponerse blancas y hermosas, se volvieron tristes y opacos.

Aquel suceso maldito los había dejado sin recursos siquiera. Ya era muy malo dormir en el árido suelo, ahora dormiran en la árida arena totalmente hambrienta. Desprovistos de todo techo, comida o incluso agua (ésto gracias a su ubicación); Emma tuvo que tragarse todo el orgullo que dentro de ella había, mantenía latente el que, una cicatriz abierta le había dejado, sin dudas le odiaba pero, ¿Qué podía hacer en un caso como ese? La respuesta es nada. Debía como siempre al final de todo tosco proceder de parte de ella... Correr por la ayuda de su albino amigo.

El Mezquino Sonar De Un Tic Tac [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora