Capítulo 21: Génesis Oscuro

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*Perspectiva de Kenta*

*Horas más tarde*

Estaba aún en el inframundo, me había decidido por pasear para conocer mi entorno y aprender de él, no siempre se puede visitar el infierno, lo que no dejaba de llamarme la atención era el enorme barranco donde habían centenares de seres oscuros que se lastimaban y comían entre sí, pensé un momento y me percaté que ese sitio estaba situado en el mismo lugar que está el Cañón Amatista, saber este dato era cuanto menos perturbador, pues esa fosa estaba llena de posibles personas que murieron y ahora sufren el castigo por sus pecados, mientras exploraba, noté que las columnas de fuego que salían del suelo también me llamaban la atención, no paraba de salir fuego de estas, al intentar acercarme me era imposible respirar, el calor del aire era demasiado para soportarlo, me retiré de allí y me dispuse a explorar más. Alcé mi vista hacia arriba y noté que una gárgola enorme sobrevolaba el lugar, me quise acercar para verla más de cerca, hasta que una mano oscura me tomó por el brazo y me haló hasta detrás de una roca enorme, era Sombrío, quién me preguntó en voz baja:

-¿Qué crees que haces?-

Lo miré confundido, no entendía lo que había hecho, le pregunté:

-¿Acaso no puedo ver la gárgola?-

Él me dijo:

-¿¡Estás loco!?-

Continué interrogándolo:

-Si es una gárgola de Darko, ¿Por qué estaría loco sólo por acercarme a ella?-

Me dijo bajando la cabeza:

-La gárgola no es de Darko-

Lo volví a mirar confundido y le pregunté:

-¿Entonces de quién?-

Sombrío se alejó de mí mientras decía:

-Eso es un secreto, solo no te acerques a ella, ¿ha quedado claro?-

No me dijo más nada, solo se fue, cuando me asomé por la roca para ver si estaba la gárgola, había desaparecido y al horizonte no lograba divisarla. Me decidí por volver a la habitación de Luna, descansar un poco, este sitio parecía succionar mis energías hasta agotarlas, mientras caminaba de regreso, me acerqué demasiado al borde de la fosa donde estaban aquellas almas perdidas, una mano salió de allí y me tomó por el tobillo con fuerza, miré inmediatamente a donde provenía la mano y me percaté que era un hombre mayor, su cabello era blanco como el mío, pero supongo que será por la vejez, su piel pálida y boca casi sin dientes resaltaban en él, al mirarlo me gritó:

-¡Ayúdame por favor!-

Tenía dos opciones, pisarle la mano y patearlo para hacer que cayera al sitio de donde escapó o halarlo para sacarlo de allí, de repente, un ser oscuro le mordió la pierna con fuerza, el hombre soltó un desgarrador grito de dolor que hizo que en mi interior, las ganas de salvarlo aumentaran, le disparé un rayo de energía al demonio haciendo que cayera y halé al hombre para sacarlo, una vez fuera, el hombre se puso de rodillas con las manos en el suelo diciendo mientras jadeaba de cansancio:

-Gracias, de verdad muchas gracias-

*Narrador*

Kenta, quien había salvado a alguien por primera vez en su vida, le sonrió al hombre y le dijo:

-No hay nada que agradecer, solo no se meta en más problemas-

Pronunciadas esas palabras, un fuerte dolor de cabeza atacó a Kenta, el dolor aumentaba cada vez más hasta el punto en que el joven sentía que su cabeza estallaría en mil pedazos, Kenta se llevó las manos a la cabeza y cayó de rodillas entre gemidos de dolor, con dificultad miró hacia su derecha, cerca de una roca, un ser de color azul tenía su mano alzada hasta la altura de su cabeza con el puño cerrado, era aquel esbirro que tenía potentes poderes psíquicos, este le dijo enojado:

Luces y Sombras [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora