¿Entonces es un trato?

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Beyond en multimedia.


—Bien, solo si puedes transportarte— condiciona Haise.


— ¡Genial! Dame el número de edificio, y habitación— Saiko B.


Haise pasó los datos y se fue a sentar a la sala.

Se preguntó por un momento por qué el nombre de teléfono de Saiko estaba registrado solo con la inicial de su apellido. Y luego vio a Urie llegar a la sala detrás de él.

—Estaba cómodo, ¿Por qué te levantaste?— extrañó.

—Por...— se interrumpe.

Una presión espiritual fuerte pero que disminuía se comenzaba a sentir. Urie levantó su guardia, y Saiko apareció de la nada tirada en el suelo, jadeando.

—Por ella...— finalizó Haise con una sonrisa engreída de "que más perro".

—Saiko ¿Estas bien?— interrogó Urie.

—No...o— Responde con dificultad— Si me toc... an... se mue... mueren...—. Finaliza a la defensiva.

— ¿Qué hiciste?— volvió a interrogar en un tono de llamado de atención.

—No lo... sé— Intentó colocarse de pie.

—Haise, tómala sin importar si te intenta arrancar la cabeza, llevala al cuarto 3 y recuéstala— ordena—. Iré a traerle algo— Se marcha.

— Te voy a cargar, no intentes nada— avisa y ruega Haise.

Pasaron los minutos, y Saiko despierta, se había desmayado a causa de la falta de keno.

Ya amaneció. Saiko se había quedado a dormir a causa de sus auras en cero; le explicó a los chicos que cuando un raza gasta sus energías a cero no puede reponerlas hasta que algo mínimo vuelva a su cuerpo y de inicio a la compensación. Así que los chicos la dejaron en una de las habitaciones vacías del departamento.

Haise y Urie se levantaron, ambos durmieron en el mismo cuarto por esa noche. Prepara el desayuno Haise mientras Urie se alistaba, y Saiko aún estaba dormida...

— ¿A qué hora inician las clases en el instituto femenino?— pregunta curioso Haise al ver a Urie salir de la habitación mientras se arregla la corbata.

— A la misma hora que ustedes— aclara saliendo de la habitación 3, la chica más tierna.

— ¿Qué?— sorprendido.

— ¿Cómo tienes puesto tu uniforme?— curioseó.

— Fui hace nada con las energías que restauré durante la noche. Pero ahora estoy baja— agrega.

—Bien, considerando que nuestra residencia queda más cerca que la tuya, no está mal— comenta Urie.

—Lamento no haberles dicho nada, de verdad. Pero no quería despertarlos— Agrega y continua—, es más, Haise cocinó para mí y yo se los quería agradecer, que me dejaran quedarme aquí— finalizó.

— No hace falta, somos amigos. Para eso estamos— alega Haise.

—Gracias, es poco tiempo, pero he tenido buena vibra de ustedes. Así que vengan. Ya termine de hacer unas cosas para irnos— dice Saiko.

— ¿Qué?— Haise.

— ¿A dónde iremos?— averigua Urie.

Ella miró su reloj.

Linaje Baudin ("Los Baudin")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora