"¿Quién soy?"

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Urie Bauin... (Multimedia)

— Ella es una fell— le dijo Saizen dentro de la burbuja— Es suficiente razón como para asesinarle. ¿No lo crees?— aturdió a Haise.

Comenzó a liberar energía oscura. Su humor era el peor, el enojo era alto, el pulso acelerado y le miedo comenzó a carcomer todo su ser.

<<¡!>>

Haise hundió sus dedos en la burbuja y comenzó a agrietarla. Una vez se debilitó, la quebró solo con el peso tormentoso de su enojo, la sangre le hervía y el pulso le temblaba y aun así en menos de dos segundos logró generar una daga y hacer un corte, pero Saizen mirando su ataque un poco atrasado, esquivó el corte, pero no por completo: tenía un rasguño leve en su mejilla que sangraba poco. Y antes que Haise hiciera otro, lo detuvo.

— Alto ahí muchachote— dijo Saizen liberando toda su presión espiritual sobre Haise. No pudo con tanto de golpe, así que su cuerpo cayó bajo la presencia de Saizen y quedó completamente inmóvil de rodillas intentando soportar su presión espiritual.

Su cuerpo, congelado. Su enojo, su rabia, su ira y la energía oscura que comenzó a liberar se detuvieron, junto con su alma...

Sentía que el corazón sacudía su cuerpo mientras Saizen lo detenía.

***

Saiko estaba de pie, sangraba por sus labios debido al golpe imprevisto, y limpiaba sus ropas del polvo que por alguna razón el espacio en blanco conservaba.

— No quiero luchar contra una mujer— comentó Cazal formando el portal para llevarla con él como si fuese todo.

— No te he preguntado— desconsideró Saiko mientras generaba hielo en sus manos.

Unió sus manos al estilo "kamekameha" XD, y liberó un rayo azul celeste de hielo que Cazal esquivó. Saiko siguió atacando, esta vez con orbes de hielo que se expandían... Cazal comenzó a huir para no dejarse tocar por uno y así ser congelado. Pero se detuvo y con su katana comenzó a cortarlos.

— Sería fácil solo venir conmigo— intentó convencerla una vez más.

Pero ella, testaruda como ella, terca como ella y cruel como ella: lo rechazó.

Generó una cadena de hielo con un filo y la arrojó contra Cazal.

Cazal inmutado solo colocó su brazo horizontal frente su pecho y lo extendió: desviando según la posición la cadena de hielo.

El hombre de los ojos ámbar vivos y brillantes pasó la yema de sus dedos por sobre el recazo de su katana: colocó el filo entre sus dedos y cortó ligero entre ellos, haciendo que una pequeña gota de sangre recorriera el camino hasta llegar a la punta de su dedo y caer. Pero antes de que tocara el suelo, su dueño la detuvo.

Y de ella formó un lazo y un hilo de sangre. Manipuló el hilo hasta dar cerca de Saiko, y el mismo comenzó a estirarse y extenderse hasta rodearla.

Formó un vórtice.

Cazal tronó los dedos y el hilo de sangre se transformó en una cúpula, roja transparente: una cúpula de sangre la atrapó.

— Rei...— se interrumpió así mismo—. Saiko... solo vamos, te prometo que estarás bien— aseguró y dio su palabra.

Saiko intentaba que su mirada atravesara los fuertes ojos de Cazal. Pero no lo logró, intentaría encontrar otro plan.

<<Veamos, si al menos, es distraído>> se propuso a intentar.

— Saiko... prometo que te mantendré a salvo— reiteró el ojos ámbar.

— ¿Usted sabe contar?— interrogó muy tonta.

<< ...¿?...>> Cazal se extrañó.

Y pensó un poco...

— Si...— respondió siguiéndole la corriente algo confundido.

— Entonces no cuente con eso— dijo mientras concentró el keno dentro de su cuerpo y lo liberó de golpe haciendo presión y destruyendo la cúpula en donde estaba.

Volvió a generar las cadenas, y el poder del hielo que se unía con su keno le generó también un par de alas de hielo. Comenzó a perseguir a Cazal con los filos de las cadenas, destruyéndose cada vez que Cazal las cortaba o las mismas chocaban contra el suelo.

<<Ella es muy rápida>> rechizó luego un fragmento de un filo que cortó les rasguñara el costado de su frente.

Cazal se detuvo, clavó su katana en el suelo; se alejó rápidamente antes de que un filo impactase contra su cuerpo.

La espada comenzó a liberar unas raíces rojas que llegaron hasta Saiko, la tomaron desde sus pies y la ataron. Poco a poco comenzaron a subir hasta su cuello y luego (a un ritmo más lento) por sus alas.

—Detente ya— pidió.

— Dime tu nombre— pidió a jadeos, sintiendo que las raíces le robaban la energía.

— Cazal...— dijo tomando su katana—. Ediseo Cazal— culminó.

— ¿Por qué insistes tanto en evitar una lucha?— interroga la chica moviéndose como si intentara hacer caer las raíces que estaban sobre su cuerpo.

— No es necesario herir a alguien como tú— explicó breve.

— ¿Y quién soy yo?

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Sassán...

Linaje Baudin (&quot;Los Baudin&quot;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora